Cuando los Latin King hacen de padres
Miles de j¨®venes ecuatorianos, hu¨¦rfanos de la inmigraci¨®n, acaban enrolados en las bandas callejeras
A Fernando lo deportaron de Espa?a en 2006. Anduvo durante cuatro a?os y medio de "ac¨¢ para all¨¢", como dice, hasta que la polic¨ªa lo pill¨® sin papeles en Murcia y lo mand¨® de regreso a Ecuador con la prohibici¨®n de volver durante cinco a?os. Tiene 29 a?os y es un rey de los Latin King. Fernando, Eduardo, Chicho, Kalef...
Son miembros de la Naci¨®n Latina, como les gusta llamarse, y representan el lado m¨¢s duro de la realidad de marginaci¨®n social y pobreza de Ecuador y del fen¨®meno de la inmigraci¨®n. Todos son de los barrios del sur de Quito, una zona econ¨®micamente deprimida y deprimente y, para todos, Espa?a es una referencia.
El mayor ¨¦xodo de pandilleros a Espa?a se produjo entre 1998 y 2000
La novia de Fernando, una reina de la organizaci¨®n, vive en Madrid; la madre de Fabi¨¢n dej¨® Ecuador hace siete a?os y sus hermanos poco despu¨¦s; Eduardo tiene una hermana en Barcelona casada con un espa?ol y a ¨¦l, padre de dos peque?os, le gustar¨ªa mudarse con su familia. Para Chicho, el m¨¢s peque?o de los cuatro, con 19 a?os, es un lugar donde hay muchos hermanos. Los Latin King, para ellos, son la familia que suple todas las ausencias.
"Muchos hermanos tienen a sus padres lejos desde hace mucho tiempo, en Espa?a, Italia, Portugal... Para todos es muy duro, pero nos tenemos a nosotros y eso ayuda mucho", dice Kalef, que con apenas 22 a?os lleva mucho tiempo en los Latin King, pr¨¢cticamente desde que se fue su madre. En noviembre planea reunirse con ella y sus hermanos en Getafe (Madrid). Tiene dos sue?os, "limpiar el nombre de la Naci¨®n" y ser militar.
Kalef, como sus hermanos, vive all¨¢ por la zona de Chimbacalle, donde los Latin King nacieron hace unos 15 a?os en el parque Primero de Mayo, un sitio donde hoy hay un ret¨¦n policial permanente y al que los taxistas no saben llegar a la primera. Es una zona marginal, con un alto ¨ªndice de criminalidad y calles llenas de baches y casas bajas que alguna vez fueron provisionales y se convirtieron en definitivas. No hay colores y muchas de sus calles huelen a comida, a tortilla de ma¨ªz y a cerdo frito. Cerca pasa el r¨ªo Mach¨¢ngara, que arrastra todos los desperdicios de la capital. Eduardo no trabaja, Chicho tampoco y Fernando pasa todo el d¨ªa en los cibercaf¨¦s. Ellos, como la mayor¨ªa de los j¨®venes ecuatorianos de pocos recursos, no son optimistas sobre su futuro ni les interesa la pol¨ªtica, s¨®lo su hermandad, s¨®lo viven para los Latin King.
"En este momento, la Naci¨®n est¨¢ dividida en Espa?a", explica Eduardo, de 30 a?os, que es el portavoz. Lleva casi la mitad de su vida en la organizaci¨®n, desde que se fund¨® en Ecuador. "S¨®lo en Madrid conviven dos grupos, uno que sigue las reglas de la organizaci¨®n, que proh¨ªben delinquir y consumir drogas, y otra que se ha descarriado por culpa de un mal l¨ªder". Eduardo se refiere al fundador de los Latin King en Espa?a, Eric Javier Velastegui, que en 2006 fue condenado a 21 a?os de prisi¨®n por robo y secuestro de una pareja, que concluy¨® con la violaci¨®n de la mujer.
"Velastegui era corona en Espa?a, el m¨¢ximo l¨ªder, y lleg¨® a juntar hasta 2.000 miembros. Pero tras su detenci¨®n esa estructura ¨²nica se desmoron¨® y ahora hay varias facciones. Lo que intentamos es unirlas otra vez para llevar a la organizaci¨®n hacia un proceso de legalizaci¨®n similar al que unos pocos ya han logrado en Barcelona
[se refiere a la Organizaci¨®n Cultural de Reyes y Reinas Latinos de Catalu?a]. Queremos ser una asociaci¨®n para dedicarnos a nuestro verdadero objetivo: preservar lo latino y ayudar a los nuestros. En Ecuador, el proceso de legalizaci¨®n ya est¨¢ en marcha y va a buen ritmo. No voy a negar que la organizaci¨®n ha delinquido muchas veces, pero salvo por facciones que a¨²n creen que el crimen es el camino, los dem¨¢s no queremos nada de esto. De los mil miembros activos que hay en Ecuador, te aseguro que s¨®lo el 20% delinque", explica Eduardo.
Chicho y Eduardo han conocido la c¨¢rcel. Ambos aseguran que si la pisaron no fue por un delito, sino por la persecuci¨®n a la que est¨¢n sometidos por la polic¨ªa ecuatoriana. "La vida aqu¨ª no es f¨¢cil para nosotros y la polic¨ªa la hace m¨¢s dif¨ªcil. Cuando necesitan culpar a alguien: un Latin King", se?ala Eduardo, que asegura que la organizaci¨®n ya no se financia con el tr¨¢fico de drogas u otros delitos, sino con "la aportaci¨®n" de los miembros, que en Ecuador es de un d¨®lar semanal y en Europa unos seis euros.
"Es un estigma", comenta Fernando. "Durante los a?os que estuve en Espa?a me esforc¨¦ por limpiar el nombre de la Naci¨®n, sobre todo en Madrid, donde est¨¢ muy manchado. Trabaj¨¦ en Carrefour, en la construcci¨®n, de limpiacristales, y de poco sirvi¨®. Se hicieron muchas cosas mal y nos costar¨¢ lograr que la gente no nos vea como delincuentes".
Los Latin King dicen que sus a?os m¨¢s violentos han pasado. Testigo de ello son, por ejemplo, el centenar de miembros que cumplen condenas por asesinatos en la c¨¢rcel de Guayaquil. La migraci¨®n les ha arrebatado a muchos miembros y hoy ya no son un problema para la seguridad p¨²blica como s¨ª lo son, y muy graves, las maras centroamericanas.
El mayor ¨¦xodo de miembros a Espa?a se produjo entre 1998 y 2000. "Se iban unos cien al a?o", cuenta Eduardo. "Fueron solos, a probar fortuna, pero a pocos les fue bien... Ya en los ¨²ltimos a?os la migraci¨®n de miembros baj¨® mucho, los canales de entrada a Espa?a se fueron cerrando y ahora est¨¢ complicado. Van aquellos que se reagrupan con sus familias o los que logran casarse con una espa?ola", comenta sonriendo. "Lo que hacemos siempre es notificar que un miembro va para all¨¢. Como est¨¢ todo sobre nosotros en Internet, tenemos que estar seguros de que el que se presenta en Espa?a como miembro realmente lo es. ?stos van con una consigna, la de ser un buen Latin King".
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