Libros que venden felicidad
Tamaro, Coelho y Bucay dan las claves del ¨¦xito de los textos que abordan esta tem¨¢tica
Cada vez hay m¨¢s atajos hacia la felicidad. Y est¨¢n revestidos de libros que abordan esa tem¨¢tica en ensayos, gu¨ªas e incluso novelas que intentan conjurar la frase de Voltaire: "Buscamos la felicidad, pero sin saber d¨®nde, como los borrachos buscan su casa sabiendo confusamente que tienen una".
En esas andan millones de lectores de todo el mundo. Sobre todo desde los a?os noventa con la proliferaci¨®n de estos temas de autoayuda que tienen a la novela como nuevo lazarillo. Entre sus autores destacan Paulo Coelho y Susanna Tamaro. En 20 a?os, el brasile?o ha vendido cien millones de ejemplares de sus obras, especialmente de El alquimista; y la italiana, 13 millones de Donde el coraz¨®n te lleve, mientras su segunda parte, Escucha mi voz, ya ha pasado del mill¨®n en seis meses.
Tamaro: "El aut¨¦ntico tab¨² de nuestros d¨ªas no es el sexo, sino el coraz¨®n con sus luces y sus sombras"
Muchos cr¨ªticos consideran que estas obras son "una forma aberrante de religiosidad"
Es un subg¨¦nero literario en el que se invita a buscar el sentido de la vida, las maneras de enfrentar sus desaf¨ªos y de llegar al autoconocimiento, al tiempo que reivindica los sentimientos sin temor a expresarlos. A dar pistas sobre los atajos que conducen a la felicidad, ya sea a trav¨¦s de un abc de recomendaciones o de una historia. Un tratamiento con tantos simpatizantes como cr¨ªticos que los consideran, incluso, "una forma aberrante de religiosidad. Pretenden resolver una proyecci¨®n trascendente del hombre que antes se hac¨ªa con las lecturas de la vida de los santos", afirma Manuel de Lope, autor de Bella en las tinieblas.
"Yo no s¨¦ c¨®mo son todos esos autores", reconoce Maite Montes, licenciada en Historia del Arte y gran lectora, "pero lo que s¨¦ es que muchos de los que critican no hacen su valoraci¨®n tras una lectura, sino sobre prejuicios y clich¨¦s. Ning¨²n tema es malo a priori, otra cosa es el resultado y las preferencias tem¨¢ticas y estil¨ªsticas". Lo que deja claro Montes es que ley¨® el best seller de Tamaro sin percibir los calificativos con que se describen estos libros. Y tiene pendiente leer El alquimista. Pero eso ser¨¢ cuando termine Suite francesa, de Ir¨¨ne N¨¦mirovski, premio Renaudot 2004 y una de las novelas mejor valoradas por la cr¨ªtica en los ¨²ltimos a?os.
?Qu¨¦ conecta, entonces, a estos lectores? La mayor¨ªa, seg¨²n la fil¨®sofa Maria ?ngels Filella, "est¨¢n unidos por el ansia de felicidad que les aguijonea, y que quiz¨¢ han intentado saciar en el campo del amor, del consumismo o del ¨¦xito personal en su profesi¨®n. Y estos libros prometen ensayar ese camino, independientemente de su nivel social y cultural".
A ese camino lleg¨® Tamaro (Trieste, 1957) gracias al boca a o¨ªdo tras la publicaci¨®n de Donde el coraz¨®n te lleve en 1993. Las claves de ese ¨¦xito, cree Tamaro, pueden estar en que "en un mundo globalizado, que vive en una constante exaltaci¨®n de la raz¨®n y de sus progresos, hablar del coraz¨®n es una provocaci¨®n. El aut¨¦ntico tab¨² de nuestros d¨ªas no es el sexo, que se ha reducido a un producto de intercambio, sino precisamente el coraz¨®n, en la complejidad del ser humano, con sus luces, sus sombras y el misterio de su existencia". Sobre los aspectos que unen a sus 13 millones de lectores, piensa que usaron la novela como una "carta colectiva con la que poder decir a las personas cercanas lo que ellos no hab¨ªan sido capaces de expresar". Paulo Coelho (R¨ªo de Janeiro, 1947), en cambio, tiene poca idea de la f¨®rmula de su ¨¦xito: "Si me pusiese a buscar una respuesta, pienso que mi escritura se volver¨ªa artificial".
Son libros que llenan un vac¨ªo en la gente, afirma Jorge Bucay (Buenos Aires, 1949), autor de Amarse con los ojos abiertos y 20 pasos hacia delante. Estos lectores, agrega el psic¨®logo argentino, "consideran que la idea de lo que tienen no alcanza a satisfacer necesidades como la de ser feliz, y la forma de suplir las necesidades no son iguales para todos. Estas lecturas gustan porque tratan aspectos elementales de la vida que se suelen descuidar u olvidar, y se escriben de manera directa".
Recetas de felicidad encuadernadas en vista de que las coordenadas del mundo ya no son las mismas. Lo recuerdan Elena Ram¨ªrez, de Seix-Barral (editora de Tamaro en Espa?a y de otra autora de l¨ªnea parecida que empieza a triunfar, la francesa Anna Gavalda), y Berta Noy, de Planeta (sello de Coelho). Seg¨²n su experiencia, el respaldo del p¨²blico se debe a que en una era globalizada "que en teor¨ªa mejora la vida, la verdad es que no hace a la gente m¨¢s feliz y, por el contrario, agobia m¨¢s". A lo que se suma la crisis de fe y de religiones tradicionales que han llevado al ser humano a buscar respuestas en medios alternativos.
Como estos atajos de papel enrutados hacia la felicidad, pero acusados de se?alizaciones sensibleras e irresponsables. Una pol¨¦mica que Maite Montes zanja reivindicando el valor de la lectura y que desdramatiza citando a Woody Allen: "La ¨²nica manera de ser feliz es que te guste sufrir".
Dos d¨¦cadas buscando nuevos caminos
EL AUGE de estas felicidades de papel lleg¨® en los noventa con ensayos de psic¨®logos como Daniel Goleman con su Inteligencia emocional y Jorge Bucay con sus libros de autoayuda o superaci¨®n; tambi¨¦n de fil¨®sofos tipo Lou Marinoff y su M¨¢s Plat¨®n y menos prozac, y m¨¢s recientemente espa?oles como el cient¨ªfico Eduardo Punset con El viaje a la felicidad, uno de los m¨¢s vendidos en 2006.
El resultado es un cat¨¢logo del abc para encontrar la felicidad puesto en entredicho por algunos. No tanto por el tema en s¨ª mismo, sino por la manera como se suele abordar en la literatura, y que muchos califican de edulcorada y de baja calidad literaria. El novelista Manuel de Lope dice que en la misma balda coloca estos libros y los esot¨¦ricos. "Llenan un vac¨ªo, s¨ª, pero ese argumento es complaciente. Responden a una necesidad religiosa. A un sentimiento de trascendencia m¨ªstica que est¨¢ marginado, buscan ir m¨¢s all¨¢ de la realidad y pretenden resolver una proyecci¨®n trascendente del hombre que antes se hac¨ªa con las lecturas de libros de santos y personajes ejemplares. Son formas aberrantes de religiosidad". Los cr¨ªticos generalizan, afirma Bucay, "simplemente prefieren otro tipo de lecturas. Olvidan que por eso no pueden descalificar a los otros. Seguramente estos libros no est¨¢n escritos para ellos".
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