El Tribunal Supremo de EE UU restringe el derecho a abortar
La sentencia proh¨ªbe la pr¨¢ctica del aborto por nacimiento parcial
El derecho al aborto qued¨® brutalmente mutilado en Estados Unidos el pasado mi¨¦rcoles tras una sentencia del Tribunal Supremo que ratifica una ley federal prohibiendo el llamado "aborto por nacimiento parcial". Con cinco votos frente a cuatro, el m¨¢ximo ¨®rgano judicial estadounidense, de mayor¨ªa conservadora, daba un portazo a 24 a?os de legislaci¨®n en los que preservar la salud de la mujer hab¨ªa sido la prioridad clave de toda regulaci¨®n relacionada con la interrupci¨®n voluntaria del embarazo.
Seg¨²n el Supremo, la llamada Ley de Prohibici¨®n del Aborto por Nacimiento Parcial, (un t¨¦rmino que no existe en el lenguaje m¨¦dico y que ha sido acu?ado por los conservadores estadounidenses) aprobada por George W. Bush en 2003, no es anticonstitucional y por lo tanto no entra en conflicto con Roe v. Wade, la hist¨®rica sentencia con la que ese mismo ¨®rgano judicial abri¨® las puertas al aborto libre en 1973.
La pr¨¢ctica prohibida, conocida en el lenguaje m¨¦dico como dilataci¨®n intacta y extracci¨®n, se utiliza en el segundo trimestre de embarazo y consiste en hacer salir las piernas y el torso del feto y despu¨¦s aspirar el contenido de la caja craneana para facilitar la extracci¨®n de la cabeza. No es una pr¨¢ctica muy com¨²n, puesto que entre el 85% y el 90% de los abortos se realizan durante el primer trimestre de embarazo y con el llamado m¨¦todo de aspiraci¨®n.
Sin embargo, seg¨²n la Asociaci¨®n de Ginec¨®logos y Toc¨®logos de Am¨¦rica, esta pr¨¢ctica quir¨²rgica es necesaria en la mayor¨ªa de los casos de abortos tard¨ªos para salvaguardar la salud de la mujer. La otra alternativa es practicar una ces¨¢rea o como apunta la sentencia, desmembrar el feto antes de extraerlo previa inyecci¨®n letal para que cuando comience el aborto el feto no est¨¦ vivo (esta pr¨¢ctica no ha sido penalizada).
Pese a ello, el presidente George W. Bush hab¨ªa promulgado la ley ahora ratificada en la que se condenaba apenas de hasta dos a?os de c¨¢rcel a los m¨¦dicos que utilizaran este m¨¦todo por considerarlo inhumano para el feto. El texto, que no contemplaba que pudiera aplicarse ni siquiera cuando la salud de la mujer estuviera en peligro, era la culminaci¨®n de los quince a?os de intentos de los grupos antiabortistas por modificar el debate en torno al aborto y apostar por defender los derechos del feto en lugar de criminalizar a la mujer. El Congreso la hab¨ªa aprobado durante el mandato de Bill Clinton, quien la hab¨ªa vetado en dos ocasiones y el propio Tribunal Supremo se hab¨ªa opuesto a versiones anteriores de la misma promulgadas por estados como Nebraska, donde en 2000 fue abolida una ley similar por no admitir la excepci¨®n del riesgo de salud para la mujer, uno de los pilares de Roe v. Wade (la sentencia que abri¨® la puerta al aborto en EE UU).
Sin embargo, los miembros del Tribunal Supremo han cambiado desde entonces y ahora la balanza de los conservadores pesa m¨¢s. De ah¨ª que la sentencia, en la que se asegura que "quienes se oponen a la ley no han demostrado que sea inconstitucional en la mayor parte de los casos", sea especialmente significativa y sirva para medir hacia d¨®nde van a ir los tiros tras la entrada en el tribunal de John Roberts y Samuel Alito, nombrados por Bush el pasado a?o. Mientras el primero sustitu¨ªa al tambi¨¦n conservador William Renquist, Alito remplazaba a Sandra Day O'Connor, una juez m¨¢s progresista que vot¨® en 2000 en contra de la ley de Nebraska.
Bush celebr¨® la sentencia con estas palabras: "El fallo es la confirmaci¨®n del progreso que hemos hecho a lo largo de los ¨²ltimos seis a?os para proteger la dignidad humana y preservar la santidad de la vida. Continuaremos trabajando para que llegue el d¨ªa en que todos los ni?os sean bienvenidos a la vida y est¨¦n protegidos por la ley".
"La decisi¨®n de hoy es alarmante puesto que tolera e incluso aplaude la intervenci¨®n federal para prohibir en todo el pa¨ªs un procedimiento considerado necesario y correcto en ciertos casos. La decisi¨®n s¨®lo puede ser entendida como un esfuerzo por restringir un derecho reconocido una y otra vez por esta misma corte" asegur¨® la juez Ruth Bader Ginsburg, uno de los cuatro miembros que opinaron en contra.
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