Jacinto P¨¦rez Iriarte, periodista
Trabaj¨® en la transici¨®n en 'Intervi¨²' y era director editorial en el grupo Vocento
Durante los a?os duros del franquismo, Jacinto P¨¦rez Iriarte dio mucha guerra. Pero ¨²ltimamente sab¨ªa apreciar el silencio en sus retiros de una casa en la Alcarria y los sonidos m¨¢s especiales de la m¨²sica donde quisiera que estuviese. El pasado viernes la traici¨®n de un infarto le arranc¨® una vida dedicada sin descanso al periodismo, el pensamiento y la cultura, que sab¨ªa disfrutar a conciencia con un libro en la mano, con la escritura, dentro de un museo, en el cine, en un teatro, en una sala de conciertos, donde daba gusto verle entrar con esa expectaci¨®n de quien sabe que se dirige muy probablemente a los brazos del deleite sin precio en un recital de piano, en una ¨®pera de cualquier ¨¦poca.
Naci¨® en Pamplona en 1946 y tuvo el virus del periodismo en casa porque su padre se dedicaba al oficio. As¨ª que no hubo lugar para las dudas con cara al futuro y quiso estudiarlo en la escuela de la Universidad de Navarra. De all¨ª sali¨® para San Sebasti¨¢n y entr¨® en La voz de Espa?a, donde trabaj¨® en la secci¨®n de internacional. Comprometido, luchador, quiso ser actor directo de la historia en un pa¨ªs que avistaba una salida digna a lo que hab¨ªa sido la mugre del franquismo y la opresi¨®n y se afili¨® al Partido Comunista de Espa?a en el Euskadi.
Antes de la muerte de Franco hab¨ªa fundado la primera revista de informaci¨®n hecha completamente en euskera, Berriak, aunque en plena caldera hirviente de la transici¨®n se mud¨® a Barcelona donde trabaj¨® en la revista Intervi¨². All¨ª, con el ¨¦xito editorial de la publicaci¨®n "que en aquella ¨¦poca llegaba a vender un mill¨®n de ejemplares", dice su amigo y compa?ero Miguel Larrea, llegar¨ªa a ser subdirector, entre las portadas del destape y las nuevas primaveras con un PCE reci¨¦n legalizado. Periodismo y pol¨ªtica se confund¨ªan entonces entre las aspiraciones ut¨®picas de un pensamiento de izquierda que ¨¦l nunca abandon¨® y en el que todav¨ªa indagaba en sus art¨ªculos.
De Intervi¨² pas¨® a la revista Actual, que no cuaj¨® y despu¨¦s se traslad¨® a Madrid, donde vivi¨® con su mujer, nuestra compa?era en EL PA?S, Julia Luz¨¢n. En la capital fue testigo directo y particip¨® en la privatizaci¨®n de los diarios que pertenecieron a la prensa del movimiento en los primeros a?os ochenta. Ahora era director editorial de Tecorp, la divisi¨®n de revistas corporativas del grupo Vocento. Ah¨ª ha trabajado 10 a?os en los que se ha encargado de una docena de revistas que ha puesto en marcha. "Era un hombre de pensamiento hondo con una capacidad enorme para crear equipos", a?ade Larrea. Hoy ser¨¢ incinerado a las doce en el tanatorio de Tres Cantos. Sus hijos, sus hermanos, su familia, sus amigos y Julia le acompa?ar¨¢n en ese ¨²ltimo y extra?o viaje que va desde la presencia al recuerdo.
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