La oposici¨®n amenaza con boicotear la elecci¨®n del islamista Abdul¨¢ G¨¹l como presidente turco

La oposici¨®n laica amenaz¨® ayer con hacer descarrilar la elecci¨®n del primer presidente islamista en la historia de Turqu¨ªa. Socialdem¨®cratas y conservadores confirmaron que boicotear¨¢n hoy la primera votaci¨®n parlamentaria para designar como nuevo jefe de Estado para un mandato de siete a?os a Abdul¨¢ G¨¹l, ministro de Exteriores y n¨²mero dos del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas turcas), la formaci¨®n islamista moderada que controla 353 de los 560 esca?os del Legislativo.

Su objetivo es forzar la anulaci¨®n del proceso electoral ante el Tribunal Constitucional -un baluarte del Estado laico- por no reunir el qu¨®rum de dos tercios de los diputados que, seg¨²n sostienen, exige la Carta Magna para la elecci¨®n presidencial. Los partidos laicos buscan adem¨¢s el adelanto de los comicios legislativos, que ser¨ªa inexcusable seg¨²n la Constituci¨®n si fracasa la elecci¨®n presidencial indirecta en el Parlamento.

Con esta estratagema legal, los diputados de la oposici¨®n expresan la inquietud en la sociedad turca ante la concentraci¨®n de poder en manos de un partido islamista. Las organizaciones y partidos laicos han convocado este fin de semana una manifestaci¨®n en Estambul en defensa de la separaci¨®n entre religi¨®n y Estado en Turqu¨ªa, donde un 99% de la poblaci¨®n es musulmana. El pasado d¨ªa 14, una marcha similar reuni¨® a m¨¢s de medio mill¨®n de personas en Ankara.

Tras 80 a?os de dominio casi absoluto de las instituciones, los partidos surgidos del r¨¦gimen fundado por Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk, se han visto expulsados del Gobierno y arrinconados en el Parlamento por el AKP, que crearon G¨¹l y Recep Tayyip Erdogan, primer ministro, tras apartarse del islamismo ortodoxo y adoptar una l¨ªnea prooccidental. Con esta estrategia, que les ha valido para acaparar el poder en el Gobierno y el Parlamento, esperan apoderarse de la presidencia de la Rep¨²blica, instituci¨®n con competencias formales de la que se ha servido el aparato kemalista para torpedear sus reformas educativas y el nombramiento de altos cargos afines.