La guerra ya no es lo que era
La ¨²ltima producci¨®n con el nombre del veterano historiador brit¨¢nico Eric (o E. A.) Hobsbawm, el mejor y mayor senior en su parcela, es una colecci¨®n de art¨ªculos, algunos de ellos, conferencias, lo que suele ser una forma menor de estar en la faena, pero la primera comprobaci¨®n positiva es que no s¨®lo son piezas valiosas sino que forman un todo panor¨¢mico, de forma que el libro habr¨ªa sido igualmente presentable con m¨ªnimos retoques como artefacto unitario. Y la reflexi¨®n de Hobsbawm se refiere, fundamentalmente, a la guerra y al uso unilateral y abusivo que la ¨²nica gran potencia superviviente hace de ella.
Tras un siglo XX en el que ha habido tantos comienzos como finales, revoluciones que estallan e imperios que desaparecen, el mundo, si no al final de la historia, t¨¦rmino que Hobsbawm cort¨¦smente desprecia, s¨ª se halla viviendo un cambio de signo. La guerra made in fin-de-siglo se aparta de la geometr¨ªa, que hoy puede parecer cl¨¢sica aunque haya durado s¨®lo unas d¨¦cadas, de frentes delimitados y trincheras, de contrincantes exclusivamente estatales, y paces con las que sab¨ªa uno a qu¨¦ atenerse. La guerra de hoga?o puede tener todav¨ªa un actor conocido, el Estado, pero sus oponentes carecen de domicilio fijo, infraestructuras p¨²blicas y objetivos reducibles a tratados de paz. La mafia, el crimen organizado, el llamado terrorismo islamista son sombras contra las que se combate y que con frecuencia se magnifican por el solo hecho de afirmar que se les est¨¢ haciendo la guerra. Pero no s¨®lo eso, se dan tambi¨¦n situaciones en las que en vez de guerra lo que hay son operaciones puntuales por parte de unos y otros como la violencia insistente pero difusa, inasequible a los acuerdos en Oriente Pr¨®ximo, la insurrecci¨®n contra el Estado colombiano, o los fen¨®menos terroristas de los que ETA parece en Europa un ¨²ltimo mohicano criminal. Todos ellos, datos que, seg¨²n el autor, seguir¨¢n informando la realidad globalizada del siglo XXI, y en los que el actor estatal dif¨ªcilmente podr¨¢ dar una terminaci¨®n militar a la contienda; tanto cuanto que si existe una globalizaci¨®n de esa violencia sin blancos a los que apuntar, se carece, en cambio, del tipo de poder que pudiera combatirla, que s¨®lo podr¨ªa ser una autoridad unificada a nivel planetario.
GUERRA Y PAZ EN EL SIGLO XXI
Eric Hobsbawm
Traducci¨®n de Beatriz Equibar, Ferr¨¢n Esteve, Tom¨¢s Fern¨¢ndez y Juanmari Madariaga
Cr¨ªtica. Barcelona, 2007
179 p¨¢ginas, 19,95 euros
Y en ese contexto, una ¨²ni
- ca superpotencia, Estados Unidos, dirigido por un presidente Bush que "en vez de pol¨ªtica, hace teatro", recurre a lo que llama guerras, pero que son simples operaciones unilaterales de castigo, con el objeto, que el historiador ridiculiza, de imponer su concepci¨®n del mundo al mundo. Prop¨®sito vano ¨¦ste, subraya, porque, afortunadamente, la opini¨®n norteamericana no est¨¢ interesada en pagar el precio de ese Nuevo Orden Mundial de esa pax americana que, seg¨²n Washington, s¨®lo puede adoptar la forma de un imperio. El Estado-naci¨®n pierde legitimidad ante sus ciudadanos, pero no por ello desaparece; vira hacia una relativa impotencia, pero no hay nada en el horizonte que parezca capaz de sustituirlo. Y esa par¨¢lisis -parece entreleerse- en la obra de Hobsbawm, la pagamos todos.
Cada texto es, por a?adidura, un acercamiento a grandes cuestiones de nuestro tiempo, que el autor suscita con agudeza y aplomo, pero que, y eso es tambi¨¦n muy bueno, se presentan ante el lector para que ¨¦l mismo rellene las casillas vac¨ªas, para que siga su camino por un sendero esbozado y desbrozado. Muchos son por ello los interrogantes que el autor alinea o menciona en passant, como cuando le lanza otra gentil pulla al giro ling¨¹¨ªstico, la teor¨ªa de que cada ¨¦poca lee y da su respuesta a su manera a los conflictos del pasado. Hay mucho Hobsbawm ya publicado para que pueda practicar el autor ese preciso giro.
Un volumen rico y breve, denso y luminoso, bien traducido, menos cuando se confunde el domesday book con el d¨ªa del juicio final, que se trata, en realidad, del censo de hogares de Inglaterra en el siglo XII. A sus 90 a?os el autor es un senior siempre renovado.
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