El goleador que lleg¨® del futuro
Kerzhakov, fichado como un proyecto, es ya un fijo en el Sevilla
Una de las claves de los ¨¦xitos recientes del Sevilla es la previsi¨®n, los muchos y buenos profesionales que se dedican a pensar en lo que se va a necesitar en el curso que est¨¢ por venir o incluso en el m¨¢s all¨¢. Alexander Kerzhakov (Kingisepp, Rusia; 1982) lleg¨® al Sevilla el pasado mes de diciembre, tal y como lo defini¨® en ese momento Juande Ramos, "como un refuerzo para el a?o pr¨®ximo". Sin embargo, desde el pasado enero, le ha hecho participar en diez partidos de Liga (cuatro goles), cinco de la Copa de la UEFA (un gol) y tres de la Copa del Rey. El ruso es ahora la pareja favorita del t¨¦cnico para acompa?ar a Kanout¨¦ en la delantera sevillista. El director deportivo del Sevilla, Ram¨®n Rodr¨ªguez Monchi, le augura un protagonismo especial en la recta final de la Liga: "Es un jugador inteligente, trabajador y con mucho, mucho gol. La puede liar en el Bernab¨¦u el domingo o en cualquier otro lugar o contra cualquier oponente. ?l le meti¨® el primer gol al Bar?a en Sevilla (2-1) cuando ¨ªbamos perdiendo con uno menos".
El ruso hizo personalmente todo lo posible por jugar en Espa?a
Kerzhakov le hab¨ªa entrado por la retina a los ojeadores sevillistas que lo siguieron en la selecci¨®n sub 21 y en el Mundial de 2002 y la Eurocopa de 2004. Pero sufrirlo con el Zenit de San Petersburgo en tres partidos en la Copa de la UEFA fue mucho m¨¢s convincente. Juande Ramos vivi¨® un enamoramiento muy similar al de Johan Cruyff con Hristo Stoichkov en las semifinales de la Recopa contra el CSKA de Sof¨ªa en 1989. Cruyff supo hacer del b¨²lgaro uno de los pilares de su famoso Dream Team; Ramos cuenta con Kerzhakov para el equipo con el que sue?a alcanzar metas a¨²n m¨¢s altas. "Comparten esa competitividad tan propia de los jugadores de los pa¨ªses del Este de Europa, pero son jugadores y personas muy distintas", puntualiza Monchi. Pero ramalazos similares tienen.
El pasado 12 de abril, Ramos sustituy¨® al ruso cuando apenas quedaban unos minutos por disputar de la eliminatoria de cuartos de final de la Copa de la UEFA en White Hart Lane. El Tottenham necesitaba marcar dos goles para pasar. Kerzhakov no quiso ni ponerse el ch¨¢ndal sobre los hombros y se dedic¨® a acompa?ar los pases entre sus compa?eros con ol¨¦s. Un miembro del equipo t¨¦cnico del conjunto londinense salt¨® como un resorte y se puso a increpar al delantero dici¨¦ndole: "No somos toros, un poco de respeto". El sevillista no pudo hacerle menos caso ni mirarle peor y no llegaron los sopapos porque alguien se meti¨® por el medio.
Al igual que el b¨²lgaro, Kerzhakov es una estrella en su pa¨ªs. A los 20 a?os autoriz¨® que se escribiera su autobiograf¨ªa bajo el t¨ªtulo Antes y despu¨¦s de los 16. Casado y con una hija, sus supuestos romances con famosas deportistas de su pa¨ªs tambi¨¦n fueron objeto de cotilleo e incluso lleg¨® a hacer comunicados p¨²blicos para negar alg¨²n ligue.
Como futbolista, Kerzhakov es un producto de la escuela de f¨²tbol del Zenit, de cuyo primer equipo es el m¨¢ximo goleador de la historia con 64 goles en 159 partidos, mientras que en los 37 con Rusia logr¨® ocho.
Sin embargo, lo pas¨® mal para salir de su club. El Sevilla le hab¨ªa tentado en verano y el jugador estaba dispuesto a todo para ir al Sevilla y a la Liga -en el club confirman que cobra menos que en el Zenit-. El entrenador del equipo ruso, Dick Advocaat, no contaba con ¨¦l, simplemente porque el jugador s¨®lo pensaba en irse y el club le amenaz¨® con venderle al Dinamo de Kiev, al CSKA de Mosc¨² o al Newcastle con tal de abortar su pase al Sevilla. Al final, el equipo andaluz aument¨® su oferta de un mill¨®n y medio de euros hasta los cinco.
Sus primeros amigos han sido el alem¨¢n Hinkel, Poulsen y el preparador f¨ªsico Marcos ?lvarez, que le traducen las ¨®rdenes t¨¢cticas al ingl¨¦s. Pero en el f¨²tbol su mejor interlocutor es Kanout¨¦. El ruso trabaja en horizontal cuando el africano lo hace en vertical y viceversa. Con sus movimientos rasgan las defensas para que entren los extremos... y los goles.
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