Stoner es inalcanzable
El piloto de Ducati se impone por tercera vez esta temporada, con Rossi impotente tras ¨¦l
Subido a su Ducati, una flecha pintada de rojo, Casey Stoner puede con todo. El piloto australiano ha encontrado en el taller italiano un complemento perfecto al que Bridgestone, la marca que le suministra los neum¨¢ticos, ha acudido justo a tiempo para rematar un conjunto que resulta inalcanzable para los dem¨¢s pilotos de MotoGP.
A sus 21 a?os, el corredor m¨¢s joven de la parrilla confirm¨® ayer los vaticinios que le se?alaban como favorito en Shanghai. El circuito chino posee la recta m¨¢s larga del campeonato (1.202 metros), la mejor noticia para el equipo que tiene la moto m¨¢s potente. El escenario le vino de perlas al piloto de Kurri-Kurri, que se ha paseado en tres de las cuatro carreras disputadas hasta ahora y es, junto a Valentino Rossi, el opositor m¨¢s firme al t¨ªtulo de la categor¨ªa.
Cada una de sus victorias se ciment¨® en las rectas, donde la Ducati libera todo el potencial que esconde en su panza y supera a cualquier moto que se ponga a tiro. Como ocurri¨® en Qatar, ayer le toc¨® bailar a Valentino Rossi. Convencido de lo dif¨ªcil que le resultar¨ªa retener a Stoner, el heptacampe¨®n le super¨® en los primeros giros, siempre en la zona revirada, y trat¨® de echar el ancla para atarle en corto. Nada que hacer. Cada vez que ambos enfilaron alguna de las dos rectas largas, la Desmosedici de Stoner super¨® a la M1 de Rossi que, impotente, asisti¨® a la escapada de su rival. Para colocar su moto por delante, Rossi deb¨ªa frenar m¨¢s tarde que el corredor aussie, asumiendo un riesgo que, en alguna ocasi¨®n (vueltas 8 y 16), le llev¨® a entrar demasiado largo en los virajes. Al contrario le ocurr¨ªa a Stoner que, amparado en la ligereza de su moto, circul¨® siempre tranquilo, sin la angustia que supone el verse obligado a adelantar en las frenadas.
Al de Ducati le basta muy poco para adelantar. Tan sencillo como enderezar la moto lo antes posible al salir de las curvas y, con su cuerpo a¨²n descolgado, abrir el comando del acelerador. La flecha roja de Bolonia sale como un tiro y permite adelantar, en aceleraci¨®n, a quien viaja encima de ella. Y eso resulta un lujo impagable a d¨ªa de hoy en MotoGP.
Atr¨¢s quedan los tiempos en los que Stoner rodaba m¨¢s tiempo por el suelo que encima de su moto. Rolling Stoner, le apodaban. El control electr¨®nico de tracci¨®n que incorporan las modernas MotoGP le protege de salir escupido por los aires tras abrir el grifo del gas demasiado pronto, una escena muy habitual en su etapa en dos y medio. Gracias a un ordenador, Casey puede acelerar a fondo sin mayor preocupaci¨®n, pues sabe que, del motor, brollar¨¢ s¨®lo la potencia justa que le permita salir lo m¨¢s deprisa posible. Y Stoner sali¨® de todas las curvas como un cohete, sin que nadie pudiera presentarle batalla por m¨¢s que Rossi fue el ¨²nico que lo intent¨®. Y s¨®lo durante 16 vueltas. Ocurri¨® que el italiano trat¨® de adelantarlo en una horquilla a la derecha y se sali¨®. Cuando enderez¨® su Yamaha y regres¨® a la pista lo hizo tercero, por detr¨¢s de John Hopkins, a quien super¨® dos vueltas despu¨¦s. Para entonces, Stoner se limitaba a administrar los tres segundos de margen que ten¨ªa, hasta completar las ¨²ltimas cinco vueltas.
Casi transcurrido el primer cuarto del campeonato, Stoner firma el mejor inicio en la categor¨ªa pesada de un piloto australiano, y supera a dos mitos del motociclismo como Mick Doohan y Wayne Gardner. Cuando fich¨® por Ducati a principios de a?o, muchos temieron que la amalgama entre su arrojo y la potencia de la Ducati devendr¨ªa una combinaci¨®n explosiva. Lo visto hasta ahora denota lo contrario. El conjunto que forman Stoner y su moto resulta inalcanzable.
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