Conchita Montenegro, actriz
Fue una estrella internacional del cine espa?ol en los a?os cuarenta
Conchita Montenegro ha muerto a los 96 a?os, con la discreci¨®n con que se mantuvo durante sus ¨²ltimos a?os. Alejada de prensa y cotilleos, nadie la ve¨ªa, ella no se dejaba ver. Hab¨ªa engordado con los a?os, no se ve¨ªa a s¨ª misma en p¨²blico, y prefer¨ªa que la gente recordara aquella otra bell¨ªsima imagen de seductora con la que hab¨ªa conquistado parte de Hollywood y varias cinematograf¨ªas europeas, especialmente la francesa la italiana. Cuando algunos intentaron que reapareciera, ella escurr¨ªa el bulto. As¨ª ocurri¨® cuando el festival de San Sebasti¨¢n, ciudad en la que hab¨ªa nacido en 1912, quiso rendirle un homenaje proyectando La mujer y el pelele (1928), una de sus pel¨ªculas mudas, en la que mostraba una provocadora desnudez. "Pero no era yo la de esa secuencia", se excusaba: "Mis padres no me lo hubieran permitido; era una doble"...
Tras protagonizar 37 pel¨ªculas, la ¨²ltima de ellas en Espa?a, Lola Montes, de Antonio Rom¨¢n, en 1944, abandon¨® el cine debido a su matrimonio con el embajador espa?ol en el Vaticano Ricardo Gim¨¦nez Arnau. Desapareci¨® as¨ª la legendaria Conchita Montenegro y renaci¨® en la intimidad la original Concepci¨®n Andr¨¦s Picado. Nunca m¨¢s se supo de ella p¨²blicamente. Quedaban atr¨¢s sus trabajos en las versiones hispanas de las pel¨ªculas de Hollywood, sus conquistas y ¨¦xitos como bailarina (al inicio, en pareja con su hermana), sus pel¨ªculas junto a Buster Keaton, Ram¨®n Novarro, Robert Montgomery, Leslie Howard, Victor McLaglen, Charles Boyer, Jorge Rigaud... dirigidas algunas por Robert Siodmak, Van Dyke, Fitzmaurice... Se la hab¨ªa llegado a considerar la Greta Garbo europea, hab¨ªa sido contratada por la Fox y la Metro, y con esa fama regres¨® a Espa?a tras la Guerra Civil, aunque desgraciadamente para interpretar pel¨ªculas de menor val¨ªa. Fue, por ejemplo, la protagonista de Rojo y negro (1942), pel¨ªcula que a pesar de su falangismo fue prohibida tras su estreno, dado que el personaje que interpretaba la Montenegro estaba en amores con un joven comunista. O Boda en el infierno (1941), en la que Conchita interpretaba a una rusa disconforme que pretend¨ªa huir de su pa¨ªs (el infierno) y que para lograrlo se casaba con un (noble) marinero espa?ol. O una pel¨ªcula decididamente menor, ?dolos, en la que se enamoraba de un torero inveros¨ªmil interpretado por Ismael Merlo. En Espa?a, pues, le hicieron pagar sus pecados extranjeros.
Puede que Conchita Montenegro no fuera una gran actriz, pero logr¨® alcanzar el tratamiento de estrella internacional en una ¨¦poca en la que eso significaba mucho. Quiso llevarse consigo todos sus secretos, y lo logr¨®. Viv¨ªa olvidada por casi todos, aunque agradec¨ªa alguna llamada espor¨¢dica record¨¢ndola. Contestaba afablemente con cortes¨ªa de otros tiempos, rechazando siempre cualquier tributo o entrevista. "Yo no soy nadie, hijo. Es mejor que ve¨¢is mis pel¨ªculas. Yo ya no soy la que era...".
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