Una geograf¨ªa de la soledad
?Y si tu hogar es de cuatro y el m¨ªo de uno? Verdades estad¨ªsticas: tenemos un hogar de 2,5 para cada uno. La famosa par¨¢bola de los 0,5 pollos per c¨¢pita palidece frente a ¨¦sta, porque los pollos al fin y al cabo se pueden partir en dos mitades -y en cuatro cuartos-, no as¨ª los familiares. Y sin embargo, ese simple promedio parece funcionar bastante bien si uno quiere esbozar una geograf¨ªa provincial de la soledad.
El n¨²mero de miembros por hogar es m¨¢ximo en Ceuta (3,6), Melilla (3,5), Las Palmas, Murcia y Pontevedra (3,1). Ya conocemos esta pauta, muy similar a la que dibujaba la edad de la madre al tener el primer hijo: un eje principal norte-sur -con el sur mostrando las madres m¨¢s j¨®venes, el mayor n¨²mero de hijos y las viviendas m¨¢s populosas que el norte- al que se superpone alguna excepci¨®n gallega: una comunidad norte?a con un estilo m¨¢s bien meridional en estos cap¨ªtulos de la sociolog¨ªa.
El m¨ªnimo n¨²mero de miembros del hogar (2,6) aparece pertinazmente en seis provincias: Girona, ?vila, Zamora, Soria, Teruel y... Ourense, en lo que supone una especie de excepci¨®n gallega a la excepci¨®n gallega mencionada antes.
?Son estos promedios un buen indicador de la soledad? "Un buen control es lo mejor para estropear un gran experimento", como dice mi corresponsal Don North (http://blogs.elpais.com/javier_sampedro/). ?ste puede ser uno: si lo que medimos ahora es el porcentaje de "hogares con un miembro" (?se podr¨ªa llamar a esto monogares?), vemos que la marca absoluta la exhibe tambi¨¦n Girona (27,7%), y el resto de las provincias del desamparo tambi¨¦n cuadran razonablemente bien. He aqu¨ª un tipo de control que no ha estropeado el "gran experimento" anterior (un mal control, en la nomenclatura de Don North).
?sta es una situaci¨®n bastante com¨²n, en realidad, y ello se puede considerar una refutaci¨®n de la par¨¢bola de los 0,5 pollos per c¨¢pita con que se suele denostar a la estad¨ªstica. Much¨ªsimas variables se distribuyen por la poblaci¨®n, o por el territorio, siguiendo curvas predecibles -la m¨¢s habitual es la campana de Gauss, que se llama tambi¨¦n "distribuci¨®n normal", en honor a su alta frecuencia-, y esto convierte las simples medias en unos datos mucho m¨¢s ¨²tiles de lo que parece a simple vista.
Con este tipo de distribuciones, sabiendo la media (0,5 pollos per c¨¢pita o 2,6 personas por hogar) te puedes hacer una idea aceptable de lo que puede ocurrir en los extremos de la distribuci¨®n (los bordes de la campana): el n¨²mero de personas que viven solas o que no se han comido ning¨²n pollo.
Les resumo a continuaci¨®n una curiosa discusi¨®n acontecida ayer entre Mariano y el Joker (no puedo revelarles sus identidades, pero s¨ª que son dos buenos cient¨ªficos espa?oles que est¨¢n investigando en otros dos pa¨ªses europeos).
-La industria biol¨®gica espa?ola es en verdad microsc¨®pica -dijo el Joker-. Pero ahora te pregunto: ?qui¨¦n, seg¨²n t¨², tiene la culpa de esa situaci¨®n?
-La culpa es m¨ªa, por irme y no volver -respondi¨® Mariano con su tono m¨¢s filos¨®fico-. Y tuya, por lo mismo. Y de Javier [¨¦se soy yo, les informo] por pasarse a comentador de las estad¨ªsticas de La Caixa. Y de los dem¨¢s: ya ellos sabr¨¢n por qu¨¦.
-No te preocupes -le tranquiliz¨® el Joker-, que yo voy a volver para salvar al pa¨ªs.
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