La ONU alerta sobre el aumento descontrolado del uso de etanol
El organismo avisa de que causar¨¢ m¨¢s pobreza, hambre y poluci¨®n
Naciones Unidas ech¨® ayer un balde de agua muy fr¨ªa a la cabeza de los entusiastas del uso masivo de biocombustibles en lugar de los carburantes f¨®siles: las prisas por producir ingentes cantidades de energ¨ªa del ma¨ªz, la ca?a de az¨²car, la soja o la palma acelerar¨¢n la deforestaci¨®n mundial, provocar¨¢n hambruna, expulsar¨¢n a los peque?os agricultores de sus tierras y har¨¢n m¨¢s pobres las regiones del planeta que ya lo son. "El tema es muy delicado y debe manejarse con mucha responsabilidad", dice el organismo.
El informe de la ONU sobre el impacto del uso de los biocarburantes a gran escala dado a conocer el martes por la noche en Nueva York es el primero y m¨¢s completo de su tipo. Se da a conocer cuando ya ha habido una crisis en M¨¦xico por el aumento del precio de las tortillas de ma¨ªz -alimento b¨¢sico de la dieta mexicana- por el desv¨ªo del grano a la producci¨®n de etanol en Estados Unidos, y dos meses despu¨¦s de la visita del presidente George Bush a Brasilia para firmar un acuerdo con su hom¨®logo, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, para la producci¨®n y exportaci¨®n de etanol. EE UU y Brasil son los mayores productores de biocombustibles, seguidos de China.
Los expertos no est¨¢n en contra del aumento del uso de los carburantes vegetales -reconocen que puede ser beneficioso para mantener a raya los precios del petr¨®leo y proveer de energ¨ªa barata a muchas ¨¢reas rurales de los pa¨ªses pobres-, sino de que se extienda el uso de esta energ¨ªa de forma alocada y sin medir bien sus consecuencias.
"A menos que las nuevas pol¨ªticas que se pongan en marcha tengan en cuenta la protecci¨®n de las tierras amenazadas, garanticen un uso socialmente aceptable de la tierra y vayan encaminadas a un desarrollo sostenible en su conjunto, el da?o social y medioambiental de la bioenerg¨ªa puede, en muchos casos, superar a los beneficios", ha afirmado Gustavo Vest, vicepresidente del brazo de la ONU dedicado a los estudios energ¨¦ticos.
Un mercado en alza
El mercado de la bioenerg¨ªa, con un volumen de negocio de miles de millones de euros anuales, es uno de los de m¨¢s r¨¢pido crecimiento del mundo. "Dentro de a?os los biocombustibles supondr¨¢n el 25% de toda la energ¨ªa mundial", seg¨²n el director adjunto de la FAO -Agencia para la Alimentaci¨®n de la ONU-, Alexander Iler, citado en el estudio.
El informe se?ala que la industria bioenerg¨¦tica puede causar un desequilibrio en el abastecimiento alimentario al destinar las tierras, aguas y otros recursos a la producci¨®n de biocombustibles en detrimento de productos alimentarios b¨¢sicos. Esta situaci¨®n generar¨ªa escasez y subida del precio de los alimentos y empeorar¨ªa las condiciones de la poblaci¨®n que ya vive en el l¨ªmite de la pobreza o por debajo de ¨¦sta.
Otra preocupaci¨®n que expresan los expertos de Naciones Unidas es que los programas de biocombustibles ocasionen una concentraci¨®n de la propiedad de las tierras en manos de unos pocos productores, que deje a los peque?os agricultores y a los m¨¢s pobres fuera del mercado y, por consiguiente, inmersos en la indigencia.
Tambi¨¦n se apunta, por ejemplo, que las grandes extensiones de tierra que se requieren para aumentar la producci¨®n de bioenerg¨ªa, terrenos que ser¨¢n arrebatados a las ¨¢reas forestales, producir¨¢ una liberaci¨®n de grandes cantidades de carbono del suelo y de la biomasa forestal. Para minimizar las emisiones del gas que produce el efecto invernadero asociado a la producci¨®n de biocombustibles, la ONU recomienda que la industria preserve los pastizales v¨ªrgenes, los bosques primarios y las tierras con una alta biodiversidad.
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