El bueno de Salvador
Gregorio Salvador, el vicedirector de la Real Academia Espa?ola, es sin lugar a dudas un hombre culto. No es posible, entiendo, que un inculto asuma las responsabilidades en una Real Academia como las que ¨¦l tiene en la RAE y menos a¨²n que sea autor de obras relevantes en el campo de la lexicograf¨ªa espa?ola. Pero si sobre su vasta cultura nada podemos objetar, s¨ª que se puede hacer sobre su sentido com¨²n y su honestidad intelectual y su compromiso con la veracidad informativa en su labor como creador de opini¨®n en aquellos casos que guardan relaci¨®n con las pol¨ªticas ling¨¹¨ªsticas en comunidades aut¨®nomas donde adem¨¢s del espa?ol hay otras lenguas oficiales. Afirmar como hace Gregorio Salvador que "Espa?a es el ¨²nico lugar del mundo donde se niega a sus habitantes la posibilidad de educarse en ella (la lengua espa?ola)" es una afirmaci¨®n que no puede sustentarse en ninguna de las pr¨¢cticas concretas y menos a¨²n en los resultados que se producen al final del proceso educativo obligatorio. Gregorio Salvador sabe probablemente, a pesar de ser un hombre de letras, leer e interpretar estad¨ªsticas. Si esta suposici¨®n es cierta -y creo que lo es- se hace muy dif¨ªcil comprender estas obsesiones ya que todos los datos de evaluaci¨®n de que hoy disponemos nos dicen con meridiana claridad que el grado de dominio de la lengua espa?ola en los alumnos catalanes es la misma que la que tienen los alumnos de otras comunidades donde no hay m¨¢s lengua oficial que la espa?ola.
Dice, el bueno de Salvador, que "la funci¨®n de las lenguas no es crear identidades" y tambi¨¦n que "las lenguas no est¨¢n para diferenciarse, sino para entenderse con cuanta m¨¢s gente mejor". Todo eso rezuma una bondad que no cabe en ninguna congregaci¨®n mariana. El ¨²nico inconveniente de tanta expresi¨®n bondadosa es que finalmente todo eso le sirve para justificar sistem¨¢ticamente el valor que ofrece la lengua espa?ola ante otras lenguas. Es tanta la pasi¨®n que el bueno de Salvador tiene por la comunicaci¨®n entre los humanos y los pueblos que le llevan a justificar sin mucha verg¨¹enza la necesidad de eliminar aquellas lenguas -que ¨¦l gusta llamar tribales o abor¨ªgenes- que nos llevan a una babelizaci¨®n absurda y sobre todo impiden la comunicaci¨®n entre los pueblos. Es decir, una afirmaci¨®n en toda regla a favor de la sustituci¨®n de la mayor¨ªa de las lenguas del mundo a favor de tres, cuatro o cinco lenguas. L¨®gicamente, tanta bondad humanista le puede traicionar como cuando afirma -con una evidente ausencia de conocimiento historiogr¨¢fico que contrasta con su amplia cultura- que "los imperios no acostumbran a imponer su lengua porque prefieren una poblaci¨®n encerrada en su propia incomunicaci¨®n". Todo maravillosamente perfecto si no fuera por la ausencia absoluta de realismo historiogr¨¢fico.
No deja de ser ir¨®nico que el vicedirector de la RAE niegue a los poderosos imperios una actitud de imposici¨®n ling¨¹¨ªstica y afirme que en la mayor¨ªa de las comunidades aut¨®nomas con dos lenguas oficiales se impone la lengua propia siendo, y cito textualmente, "poco menos que un atentado contra los derechos humanos". Ante tanta lucidez intelectual y en l¨®gica consecuencia del discurso del bueno de Salvador, supongo que se puede afirmar que las condiciones que vivieron de aculturaci¨®n los pueblos indios en el continente americano despu¨¦s de la conquista espa?ola fueron mucho mejores que las condiciones que algunos viven hoy en Catalu?a como consecuencia de la imposici¨®n que en este pa¨ªs se hace de la lengua catalana contra la espa?ola.
Lo m¨¢s sorprendente del an¨¢lisis del bueno de Salvador es su convencimiento de que "una de las grandes desgracias que existen en el globo terr¨¢queo es la existencia de muchas lenguas distintas". Ahora que empez¨¢bamos a pensar que esto de la diversidad era algo a proteger, resulta que en opini¨®n del vicedirector de la RAE es una de las grandes desgracias. Prosigue Gregorio Salvador su l¨²cido an¨¢lisis afirmando que "la miseria africana viene en gran parte de la dificultad de integrarse debido a la cantidad de lenguas existentes". Mi incultura y mi propensi¨®n a elaborar teor¨ªas extra?as me hab¨ªan llevado a creer que la pobreza del continente africano se deb¨ªa, fundamentalmente, a la explotaci¨®n y colonizaci¨®n que sufri¨® este continente y a su utilizaci¨®n descarnada por parte de las grandes potencias en su l¨®gica geopol¨ªtica.
Con toda esta teor¨ªa es evidente que Gregorio Salvador busca, a trav¨¦s de la lengua espa?ola, el bienestar y el progreso de la humanidad. Con el espa?ol nos vamos a liberar de las peque?as lenguas que nos impiden comunicarnos, que nos encierran en nuestras peque?as comunidades y nos condenan al subdesarrollo, como ¨¦l mismo nos recuerda en el caso de Chiapas, que tuvo la osad¨ªa de preservar con fuerza una lengua distinta a la espa?ola en contraste con el resto de M¨¦xico. Gregorio Salvador no impone identidad cuando defiende el espa?ol, s¨®lo respira bondad. Una bondad extrema que le hace candidato no s¨®lo al Premio Nobel de la Paz, sino a ser considerado, una vez traspasado, aspirante a una santificaci¨®n s¨²bita. Por eso hay que celebrar que en Espa?a existan personas como el bueno de Salvador, que nos quiere salvar, como hac¨ªan los misioneros hace muchos a?os, de nuestras miserias. Tiempos atr¨¢s eran miserias espirituales, hoy son miserias ling¨¹¨ªsticas las que algunos tenemos. Pero si antes era a golpe de espada y cruz como se pon¨ªa remedio a tanta miseria, hoy lo es a golpe de diccionario de la RAE. Afortunadamente, hemos progresado, todo ello gracias al bueno de Salvador.
jspicanyol@hotmail.com
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.