Las mentiras de Blair
Por fin ha salido a la luz la verdadera historia de la frustrada "trama del fertilizante", que pretend¨ªa hacer volar el centro comercial Bluewater y un famoso night club de Londres con m¨¢s de media tonelada de nitrato de amonio. La c¨¦lula yihadista de Crawley, una peque?a ciudad al noroeste de Londres, fue desmantelada gracias a una gigantesca operaci¨®n de vigilancia que se prolong¨® al menos durante 18 meses y se convirti¨® en una de las acciones antiterroristas m¨¢s amplias de la historia de Gran Breta?a: 36.000 horas de vigilancia a ambos lados del Atl¨¢ntico y en Pakist¨¢n, miles de grabaciones, cientos de misiones de reconocimiento, que desembocaron en la detenci¨®n y condena de los terroristas del grupo desbaratado. La operaci¨®n -denominada en clave "Grieta"- deber¨ªa haber sido un triunfo para el servicio secreto brit¨¢nico -el MI-5- y, sin embargo, ha sacado a la luz nuevas mentiras que se transmitieron a una cr¨¦dula opini¨®n p¨²blica.
Ante los datos alarmantes que proporciona el sumario de este caso, Gran Breta?a vuelve a hacerse dos preguntas angustiosas: ?por qu¨¦, tras los atentados suicidas del 7 de julio de 2005, el Gobierno de Blair declar¨® que los terroristas "ten¨ªan la piel limpia" (eran desconocidos e incontrolados, en la jerga de los servicios antiterroristas), cuando dos de ellos hab¨ªan figurado en el radar del MI-5 al menos tres veces durante la Operaci¨®n Grieta? ?Por qu¨¦ los servicios especiales les dejaron escapar de la red de vigilancia sin alertar a la polic¨ªa de la ciudad en la que resid¨ªan?
Por si esto fuera poco, las actas judiciales indican que un misterioso individuo de origen paquistan¨ª, llamado Q y al que m¨¢s tarde se identificar¨ªa como Mohammed Quayyum Khan, hab¨ªa reclutado a los jefes de las dos c¨¦lulas: Mohammed Sidique Khan, l¨ªder de la misi¨®n suicida del 7 de julio, y Omar Khyam, el cerebro detr¨¢s de la trama del fertilizante. M¨¢s desconcertante a¨²n es la revelaci¨®n de que Q sigue en libertad, a pesar de que estuvo localizable hasta justo antes de que se conociera el veredicto del tribunal. El MI-5 se defiende diciendo que no existen pruebas que condenen a Q y que, por tanto, no pueden detenerle. Pero, en la Inglaterra de Blair, el h¨¢beas corpus se ha abolido y la polic¨ªa dispone de poderes casi ilimitados cuando se trata de "presuntos terroristas". Cientos de musulmanes permanecen en c¨¢rceles brit¨¢nicas aguardando a que se formalicen los cargos contra ellos; ?por qu¨¦ no est¨¢ Q en ese grupo?
Las preguntas inc¨®modas no se acaban ah¨ª. Hay que cuestionarse por qu¨¦ no estaba incluido Q en las listas de terroristas, las listas negras de los que financian Al Qaeda. Las transcripciones del juicio confirman que entre sus aptitudes estaba la de obtener dinero y material para los atentados. La mera sospecha de participaci¨®n basta para incluir a una persona en las listas y, a partir de ese momento, es dif¨ªcil que desaparezca, porque se le bloquea el acceso a sus fondos: tarjetas de cr¨¦dito, tarjetas de d¨¦bito, cheques, cuentas bancarias, todo queda congelado.
La prensa ha publicado la hip¨®tesis -que los servicios especiales no han confirmado ni negado- de que Q era un garganta profunda similar a Junair Babar, tambi¨¦n miembro de la trama del fertilizante, detenido en 2004 por el FBI y "transformado" en informador suyo. Fue Babar -que tambi¨¦n est¨¢ en libertad, gracias a la inmunidad que le concedieron las autoridades estadounidenses- quien revel¨® al tribunal que hab¨ªa conocido a los jefes de las dos c¨¦lulas en la primavera de 2003, cuando se entrenaron en el mismo campamento yihadista de Pakist¨¢n. En ese pa¨ªs aprendieron seguramente las t¨¦cnicas terroristas, incluidos el uso de explosivos y la "compartimentaci¨®n" de las c¨¦lulas.
Babar identific¨® asimismo a Q, el v¨ªnculo entre las dos c¨¦lulas y la nebulosa de Al Qaeda en Pakist¨¢n. Tanto Babar como Q eran seguidores de Omar Bakri, el carism¨¢tico predicador que vivi¨® en Londres hasta 2006. Bakri, jefe de Al Majahurun -un grupo muy popular entre los inmigrantes paquistan¨ªes en el reino de Su Majestad-, huy¨® del largo brazo de la ley y se traslad¨® a L¨ªbano, desde donde sigue concediendo inflamadas entrevistas a la prensa brit¨¢nica. En los a?os ochenta, Al Majahurun contaba con el favor de las autoridades brit¨¢nicas porque respaldaba la lucha de los muyahidines en Afganist¨¢n. Fue en los noventa cuando entr¨® en la "¨®rbita" de Al Qaeda. La pista paquistan¨ª ha vuelto a adquirir importancia y los misterios ocultos de la alianza entre los dos pa¨ªses se multiplican.
Ante las nuevas revelaciones, los supervivientes y las familias de las v¨ªctimas de los atentados del 7 de julio han reclamado una investigaci¨®n p¨²blica que arroje luz sobre las dos tramas, desentra?e las responsabilidades pol¨ªticas y desvele la verdad de una vez por todas. Si Q era un informador, ?por qu¨¦ no decirlo? ?O es que el Gobierno del intransigente halc¨®n Tony Blair tem¨ªa tener que reconocer que est¨¢ dispuesto a negociar con el enemigo y por eso se esconde detr¨¢s de un nuevo mont¨®n de misterios y mentiras? M¨¢s a¨²n, el Gobierno tiene miedo a la cr¨ªtica de que los dos participantes en el 7 de julio quedaron en libertad porque los servicios policiales no disponen de los recursos necesarios para vigilar como es debido el "cosmos" yihadista, que es lo que asegura el MI-5. Pero, si ¨¦se es verdaderamente el problema, la opini¨®n p¨²blica exigir¨¢ una justificaci¨®n de la insensata aventura iraqu¨ª. ?Por qu¨¦ gastar dinero y sacrificar vidas humanas para "exportar" la democracia cuando, en nuestro propio pa¨ªs, no tenemos los recursos suficientes para proteger a los ciudadanos? ?sa es la aut¨¦ntica pregunta que a los supervivientes y las familias de las v¨ªctimas les gustar¨ªa hacer a Blair, y da la impresi¨®n de que el pa¨ªs, por fin, est¨¢ unido y de acuerdo con ellos.
Loretta Napoleoni es economista italiana, autora de Yihad: c¨®mo se financia el terrorismo en la nueva econom¨ªa (Urano). Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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