Voto y medio ambiente
Las cuestiones relacionadas con el medio ambiente est¨¢n adquiriendo un renovado protagonismo en nuestra sociedad. Tan s¨®lo hay que echar una ojeada a las cartas que los lectores hacen llegar a los peri¨®dicos para comprobar que la conciencia ambiental est¨¢ ganando m¨²sculo entre la ciudadan¨ªa.
Cada vez son m¨¢s los que manifiestan su inter¨¦s por los posibles efectos del cambio clim¨¢tico y demandan informaci¨®n al respecto. Los que sienten inquietud por la escasez de agua en nuestros embalses y piden herramientas para reducir su consumo, o los que se rebelan ante las agresiones al paisaje de los especuladores urban¨ªsticos o de los gestores de infraestructuras y deciden unirse en plataformas de protesta para evitarlas.
Hay, en esta infanter¨ªa social que se est¨¢ poniendo en marcha en torno al medio ambiente, una firme decisi¨®n de cambiar las cosas para mejor. Algo que invitar¨ªa a la esperanza si no fuera porque est¨¢ ocurriendo al margen de la pol¨ªtica. Y es que buena parte de la sociedad ha llegado a la conclusi¨®n de que el medio ambiente es algo demasiado serio para dejarlo en manos de los pol¨ªticos y ha decidido pasar a la acci¨®n desde el compromiso ciudadano.
Son los que est¨¢n reciclando los residuos al margen de las dificultades que comporta o haciendo un uso m¨¢s eficiente de la energ¨ªa a pesar del derroche oficial. Los que est¨¢n recortando su consumo de agua mientras las fugas en las instalaciones municipales no paran de crecer o cambi¨¢ndose el coche por un modelo h¨ªbrido mientras el consejero de Medio Ambiente sigue viajando en uno de gasolina.
Sin embargo, y m¨¢s all¨¢ del voluntarismo y de esos magn¨ªficos ejemplos de ciudadan¨ªa responsable, lo cierto es que para que la respuesta a los grandes dilemas ambientales, incluido el cambio clim¨¢tico, sea eficaz es imprescindible que nos dotemos de unos representantes pol¨ªticos que atiendan esa nueva sensibilidad social, pues como nos recuerda Al Gore al final de su famoso documental, lo primero que resulta verdaderamente renovable en nuestro actual modelo de sociedad son ellos, los pol¨ªticos.
En ese sentido, votar y hacerlo a favor del medio ambiente es una manera m¨¢s de luchar contra el cambio clim¨¢tico y apostar por un desarrollo m¨¢s limpio y seguro. Porque el entorno tambi¨¦n se defiende acudiendo a las urnas, sobre todo cuando hablamos de elecciones municipales.
El pleno del Ayuntamiento es soberano en un mont¨®n de cuestiones relacionadas con el medio ambiente: desde la gesti¨®n de los residuos hasta los usos del agua o el nivel de ruido. La gente que vamos a sentar en el pleno decidir¨¢ en buena medida la calidad ambiental de nuestro municipio, es decir, nuestra calidad de vida, y aunque las actas tienen fecha de caducidad lo cierto es que en cuatro a?os se pueden hacer muchos destrozos. Evit¨¦moslos votando.
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