Precisiones

El editorial titulado Espa?a en la ONU, del pasado s¨¢bado 14, contiene unos juicios que, desde el respeto que toda opini¨®n merece, no puedo por menos que tratar de rebatir. Primero, por las imprecisiones que contiene:

- Espa?a no ha aspirado a ninguna Secretaria General Adjunta, por lo que dif¨ªcilmente se puede perder una batalla no planteada.

- La Comisi¨®n de Consolidaci¨®n de la Paz es un ¨®rgano intergubernamental que no se nutre de nombramientos de Naciones Unidas, sino de representantes de los Estados por un sistema rotatorio. Espa?a, como todos los pa¨ªses miembros, tendr¨¢ su turno.

- La muy importante contribuci¨®n espa?ola -algo m¨¢s de 500 millones de euros- al PNUD no es una donaci¨®n sin m¨¢s, sino un programa conjunto que nos otorga una decisiva capacidad de influencia en el principal instrumento de Naciones Unidas para el desarrollo.

Segundo, y mucho m¨¢s importante, por el enfoque:

Su editorial induce a pensar que en la ONU quien paga m¨¢s debe tener m¨¢s puestos directivos, error en el que incurrieron los anteriores gobiernos en especial los ¨²ltimos. Eso, se?or director, se aplicar¨ªa, en todo caso, a las contribuciones voluntarias (las que, a diferencia de las forzosas, traducen el grado de compromiso de un pa¨ªs con Naciones Unidas), precisamente las que este Gobierno ha incrementado sustancialmente en los ¨²ltimos tres a?os. Sin duda sus efectos se dejar¨¢n notar a medio y largo plazo. (Como ya se ve un notable incremento -concretamente un 49%- de funcionarios espa?oles en organismos internacionales, tras el importante esfuerzo realizado en los ¨²ltimos a?os). Pero hay otro plano, mucho m¨¢s relevante que el de las personas, que es el de la influencia pol¨ªtica. Y Espa?a la tiene ahora en Naciones Unidas.

Estamos en un enfoque pol¨ªtico que es producto del compromiso electoral del Gobierno con el multilateralismo y la legalidad internacional, lo que ha hecho ya de nuestro pa¨ªs un s¨®lido referente en todas las iniciativas de la ONU para solucionar los graves problemas a los que se enfrenta la comunidad internacional, ya sea la lucha contra la pobreza, ya sea el mantenimiento de la paz y la seguridad (recordemos nuestro esfuerzo en operaciones de mantenimiento de la paz y en especial nuestro importante contingente en el L¨ªbano), o la Alianza de Civilizaciones, iniciativa espa?ola asumida por Naciones Unidas, cuyo secretario general, Ban Ki Moon, ya ha empezado a poner en pr¨¢ctica con la designaci¨®n de un Alto Representante.

Finalmente, aunque ¨¦stas son pol¨ªticas desarrolladas en los dos ¨²ltimos a?os y que requieren un tiempo para consolidarse, el editorial parece ignorar que ya hay un cambio evidente en la relaci¨®n de Espa?a con Naciones Unidas como se aprecia por las frecuentes visitas a nuestro pa¨ªs de Kofi Annan, que adem¨¢s lo escogi¨® para presentar la Estrategia Antiterrorista de Naciones Unidas as¨ª como para reunirse con los responsables de todas las Agencias, Organismos y Fondos del Sistema de Naciones Unidas. Tambi¨¦n el nuevo secretario general visitar¨¢ en breve Espa?a.

En suma, se?or director, el alto perfil y capacidad de influencia de Espa?a en Naciones Unidas deriva de su muy activo papel en la organizaci¨®n, fruto del decidido compromiso pol¨ªtico que este Gobierno asumi¨® y que, cada vez m¨¢s, aparece en el ¨¢mbito de la ONU como ejemplo a seguir por otros Estados miembros.