Un juez niega que la SGAE pueda cobrar por toda la m¨²sica
La sentencia exime a un bar del pago de derechos de autor al poner discos que est¨¢n "fuera de los circuitos comerciales"
La m¨²sica es lo importante de la Sala Beat. El due?o del local, Ricardo Alameda, de 38 a?os, saca con mimo uno de los miles de vinilos de la discoteca, lo limpia y lo pincha con esmero. Comienza a sonar Ad Gloriam, el disco psicod¨¦lico que la banda italiana Le Orme grab¨® en 1968. Suena bien. Las paredes est¨¢n cubiertas de p¨®sters de conciertos. La Sala Beat no est¨¢ en el barrio c¨¦ntrico de una gran ciudad, sino en Tomelloso (Ciudad Real), una localidad de 35.000 habitantes. Despu¨¦s suenan Mystic Siva, Sonic Rendevouz Band, The Hangdogs y un sinf¨ªn de grupos que s¨®lo los muy entendidos podr¨ªan tararear. Hace 10 a?os, Ricardo dej¨® de poner a los Rolling Stones: "Hay que evolucionar".
La entidad alega que la mera existencia de un reproductor ya le da derecho a recaudar
Como el bar es peculiar, Ricardo comenz¨® hace dos a?os una batalla contra la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), que le reclamaba 120 euros al mes por los derechos de autor de las obras que pone. El coleccionista saca un ¨¢lbum del que se hicieron 500 copias en todo el mundo y resume: "?stos no ven un duro de la SGAE y no entiendo por qu¨¦ tendr¨ªa que pagar". Ricardo ha conseguido que, en una sentencia pionera, un juez le d¨¦ la raz¨®n.
La SGAE mand¨® detectives al local y a finales de 2005 le reclam¨® en el juzgado 2.391,08 euros por realizar "actos de comunicaci¨®n p¨²blica" sin autorizaci¨®n de la SGAE, algo prohibido, seg¨²n la Ley de Propiedad Intelectual.
Ricardo contact¨® con el abogado Vicente Mart¨ªnez Onsurbe y decidieron que, en vez de pagar, pelear¨ªan en el juzgado para sentar precedente: eludir a la SGAE pese a poner m¨²sica que no est¨¢ exenta de derechos de autor. "Presentamos al juez una lista de 400 discos que pone la Sala Beat para que la SGAE dijese de cu¨¢ntos de esos grupos tiene los derechos, pero no quisieron contestar. Ellos no gestionan toda la historia del rock and roll aunque act¨²an como si fuera as¨ª", se?ala el letrado.
La SGAE gestiona los derechos de autor de una gran mayor¨ªa de creadores (tiene 66.000 socios) y por eso cobra a bares, restaurantes, discotecas y bodas. En 2005, ingres¨® por este concepto 69,1 millones de euros, un 4,52% m¨¢s que el a?o anterior y 56 millones m¨¢s que lo que pagaron las radios, seg¨²n su ¨²ltima memoria. El 15% de lo que reparte lo da en funci¨®n de lo que m¨¢s suena en bares y radios, algo que calcula mediante encuestas. La SGAE no detalla cu¨¢nto paga a cada autor, y es extremadamente remoto que Le Orme reciba algo.
El magistrado del Juzgado de Instrucci¨®n 4 de Ciudad Real, Antonio Mej¨ªa Rivera, admite que no se puede pedir a la entidad de gesti¨®n que pruebe que "todas y cada una de las obras musicales utilizadas en establecimientos abiertos al p¨²blico est¨¢n dentro de su repertorio", pero s¨ª "que aporte alguna prueba". El juez a?ade que la SGAE s¨®lo aport¨® el informe del detective en el que se afirma que "la m¨²sica que suena es de actualidad sin hacer ninguna precisi¨®n". Seg¨²n Ricardo, en la vista el magistrado demostr¨® su conocimiento al preguntarle si conoc¨ªa Manassas. "La banda de Stephen Stills", replic¨® el due?o del bar.
Por todo, el pasado septiembre, en una sentencia pionera, el juez consider¨® acreditado que "en la Sala Beat de Tomelloso no se comunican, emiten o transmiten obras gestionadas por la SGAE, sino, por el contrario, obras musicales de los a?os cincuenta y sesenta, hoy s¨®lo en soporte vinilo, que se hallan fuera de los establecimientos habituales de comercializaci¨®n y no son difundidas por programas de radio y/o televisi¨®n de difusi¨®n general"; absolvi¨® a Ricardo y oblig¨® a la SGAE a pagar las costas.
Este diario intent¨® el viernes sin ¨¦xito obtener la versi¨®n de la SGAE, pero al recurrir la sentencia ante la Audiencia Provincial dej¨® clara su opini¨®n. En el texto, la entidad sostiene: "Si existe un aparato reproductor de m¨²sica o televisi¨®n en el establecimiento y se prueba que se utiliza estando abierto al p¨²blico ¨¦ste, se devengan derechos de autor". Adem¨¢s, considera que "el repertorio de obras gestionadas por la SGAE es irrelevante". Es decir, que tiene que cobrar independientemente de la m¨²sica que se ponga, y por eso no entr¨® a detallar la lista de 400 discos que present¨® Ricardo en el juzgado.
Una cosa curiosa del caso es que poca gente hace tanto por la m¨²sica como Ricardo, coleccionista obsesivo: "Pierdo dinero organizando conciertos con grupos que s¨®lo tocan en Madrid y Tomelloso; gasto hasta 500 euros al mes en discos y ah¨ª ya pago derechos de autor; si entra en el bar un vendedor de discos piratas lo echo porque fastidia a mi amigo de la tienda de discos; si alguien me presta una m¨²sica que me gusta, estoy nervioso hasta que no tengo el original, y no bajo m¨²sica de Internet", se?ala con convicci¨®n.
Licencias gratis
El abogado experto en propiedad intelectual David Bravo, siempre cr¨ªtico con la SGAE, se?ala que la sentencia es novedosa porque hasta ahora "bastaba con que la SGAE presentase sus estatutos para recibir dinero aunque no acreditase que ten¨ªa los derechos de toda la m¨²sica que suena en un establecimiento".Hasta ahora se conoc¨ªan al menos cinco resoluciones a favor de bares que pon¨ªan m¨²sica con licencia Creative Commons, organizaci¨®n que ofrece los derechos de autor gratis.La novedad del caso es que, si la Audiencia ratifica la sentencia, abrir¨ªa la puerta a que algunos bares y discotecas decidan abonar a la SGAE s¨®lo una parte de lo que ¨¦sta les exige; podr¨ªanargumentar que el 10% de su m¨²sica est¨¢ fuera de los circuitos comerciales habituales y dejar de pagar ese 10%. Ricardo no paga nada porque toda su m¨²sica es alternativa y en la pr¨¢ctica esos autores no cobran de la entidad.
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