El duelo m¨¢s atractivo: Alborch contra Barber¨¢
Resulta dif¨ªcil imaginar a Carmen Alborch y a Rita Barber¨¢, al mismo tiempo, en la misma casa, el Ayuntamiento de Valencia, pero ese es, precisamente, uno de los duelos electorales m¨¢s atractivos de esta campa?a y uno de los enfrentamientos municipales m¨¢s interesantes que se pueden dar en toda Espa?a, en la pr¨®xima legislatura.
Carmen Alborch, ex ministra de Cultura, socialista, 59 a?os, desaf¨ªa a la alcaldesa de Valencia, 58 a?os, conservadora, y lo hace en la calle, el territorio de Barber¨¢ desde hace m¨¢s de tres legislaturas. Es una batalla dif¨ªcil porque enfrenta, aqu¨ª s¨ª, a dos modelos pol¨ªticos radicalmente distintos pero casi igualmente populares. Y porque el esfuerzo es enorme: Alborch necesita no s¨®lo pasar, como m¨ªnimo, de 12 a 15 concejales, sino tambi¨¦n que Barber¨¢ pierda tres de los 19 con que cuenta ahora.
Las dos se tratan con guante blanco (nada de ataques personales ni de dar le?a, como algunos les piden) pero las dos disputan palmo a palmo el terreno. Alborch ha demostrado que es la ¨²nica candidata capaz de hacer bajar al ruedo a Barber¨¢. Si el PP pretend¨ªa dar en Valencia una batalla de perfil bajo, buscando, precisamente, no "despertar" al electorado del PSOE, se ha encontrado con alguien a quien no le va, en absoluto, ese tipo de campa?a (nada que ver con la que hace Ignasi Pla, el candidato socialista que disputa la presidencia de la Generalitat al popular Francisco Camps, mucho m¨¢s mortecina, aunque quiz¨¢s menos imposible).
De momento, Carmen Alborch se pasea por la ciudad con la imagen de la Geganta, un ninot de cinco metros que cre¨® para ella en las ¨²ltimas Fallas el artista Manolo Mart¨ªn y que tuvo un ¨¦xito fulgurante. Ayer, acompa?ada por mu?econa, acudi¨® al parque infantil Gulliver y se tir¨®, disfrutando y muerta de la risa, por los toboganes dise?ados por otro a?orado artista fallero, Mart¨ªn padre. La simp¨¢tica Geganta, vestida a la ¨²ltima por el modisto Francis Montesinos, renueva la imaginer¨ªa valenciana y representa la capacidad de Alborch de conjugar la tradici¨®n y la modernidad.
Ninot, Second Life o v¨ªdeos musicales en YouTube conviven sin problemas en la imaginativa campa?a de la ex ministra, desarrollada al margen de las estructuras de su partido. Alborch cuenta con un amplio grupo de amigos y seguidores del mundo de la cultura, dispuestos a prestarle apoyo. Algunos, como el director de la Tate de Londres, Vicente Todol¨ª, asisti¨® el viernes a un mitin electoral cultural (por primera vez en su vida, dijo) y otros se han juntado en dos movimientos ciudadanos "Si tu vols" y "Gestos x Carmen" que le proporcionan ideas y trabajo voluntario.
Alborch no es solamente un personaje popular, sino tambi¨¦n una pol¨ªtica con mucha experiencia, poco dada a cometer errores. Desde su punto de vista, no basta con moverse como pez en el agua en el mundo de la cultura y de la Universidad, dos escenarios que Barber¨¢ no frecuenta, sino que hay que pelear por los votos en los barrios donde la alcaldesa arrasa. La clave de la campa?a no es solo la popularidad, imprescindible, afirma, sino tambi¨¦n convencer a los ciudadanos de que la ciudad "bosteza" y no se adapta a los tiempos que se avecinan. Su programa incluye medidas concretas para cada uno de los barrios y problemas, aunque posiblemente lo m¨¢s llamativo sea la idea de una "ciudad educadora" que gire en torno al aprendizaje y a la curiosidad como base de una vida digna.
Suceda lo que suceda en las elecciones, el PSOE y Rodr¨ªguez Zapatero tendr¨¢n que agradecer a Alborch que haya aceptado entrar en la batalla municipal para movilizar en Valencia al electorado socialista y para alejar el espectro de la abstenci¨®n. No s¨®lo el pr¨®ximo d¨ªa 27 sino tambi¨¦n cara a las generales de 2008.
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