El castellano en la investigaci¨®n

Todo lo que pueda hacerse para procurar la robustez del espa?ol en el mundo se viene abajo como un castillo de naipes en cuanto entran en escena doctrinas como la expresada por el profesor Juan Luis Arsuaga en EL PA?S del domingo 20 de mayo, p¨¢gina 53. Seg¨²n su opini¨®n -y la de otros muchos colegas-, el ingl¨¦s deber¨ªa ser la lengua habitual de la investigaci¨®n en Espa?a, y, como todav¨ªa no hemos llegado a tan venturoso estado, es natural que nos falte un poco para lograr la excelencia por todos apetecida. Puede que as¨ª sea en algunas disciplinas, pero en otras (entre ellas casi todas las de humanidades) el cosmopolitismo paleto de Arsuaga no asegurar¨ªa excelencia alguna -cualquier cosa que sea lo que designe esta palabra-fetiche- y favorecer¨ªa tan s¨®lo un ominoso r¨¦gimen colonial. El cultivo de muchas ramas del saber exige una riqueza l¨¦xica y ret¨®rica que ninguna lingua franca puede proporcionar, salvo que la investigaci¨®n se trivialice o se convierta en un remedo grotesco de lo que se hace en el mundo anglosaj¨®n (que acaso sea lo deseado por algunos). Quiz¨¢ si habl¨¢ramos holand¨¦s o fin¨¦s estar¨ªamos condenados a cambiar de lengua cada vez que nos propusi¨¦semos ciertos empe?os, pero me parece que los hablantes de una lengua universal como el castellano no vamos, de momento, a dar satisfacci¨®n al doctor Arsuaga.