La Rep¨²blica visita a Stalin
?ngel Vi?as muestra el desinter¨¦s del l¨ªder sovi¨¦tico por apoyar la revoluci¨®n durante la Guerra Civil en Espa?a
El 3 de febrero de 1937, el embajador de la Rep¨²blica en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Marcelino Pascua, se reuni¨® con Stalin. Acababa de recibir un telegrama de Largo Caballero, el presidente del Gobierno, en el que le ped¨ªa con urgencia que negociara cuanto antes el env¨ªo de 260 aviones. Lo cuenta ?ngel Vi?as (Madrid, 1941) en El escudo de la Rep¨²blica (Cr¨ªtica), la segunda parte de su trilog¨ªa sobre la Guerra Civil.
"La experiencia nos ha demostrado", le dec¨ªa Largo a Pascua, "que en Europa, con la excepci¨®n de Rusia, no podemos esperar nada de nadie en lo que se refiere a material de aviaci¨®n". De esa manera, constataba la profunda soledad en la que hab¨ªan dejado a la Rep¨²blica las democracias occidentales al negarle cualquier apoyo a trav¨¦s del Comit¨¦ de No Intervenci¨®n -el gran tema de la primera entrega de ?ngel Vi?as-, y le confirmaba que, para seguir combatiendo contra los rebeldes, no ten¨ªa otro camino que negociar con los ¨²nicos dispuestos a hacerlo, los sovi¨¦ticos.
Stalin, que s¨®lo trataba excepcionalmente con los embajadores de otros pa¨ªses, tuvo con Pascua una larga reuni¨®n en la que manifest¨® su inter¨¦s por cuanto ocurr¨ªa en la guerra de Espa?a y mostr¨® la precisa informaci¨®n que ten¨ªa al respecto. Critic¨®, por ejemplo, el eslogan de "No pasar¨¢n" porque revelaba la actitud defensiva de la Rep¨²blica cuando si de verdad quer¨ªa ganar la guerra, entend¨ªa Stalin, deb¨ªa pasar a la ofensiva. "Los marxistas rusos consideran que no debe instaurarse el r¨¦gimen de los soviets en Espa?a", escribi¨® Pascua en las meticulosas anotaciones que hizo del encuentro con el l¨ªder comunista. Y unas l¨ªneas despu¨¦s apunt¨® que consideraban que "con un r¨¦gimen parlamentario y democr¨¢tico las posibilidades son mucho mejores".
En El escudo de la Rep¨²blica, Vi?as reconstruye con todo detalle el encuentro de Pascua con Stalin, con lo que vuelve a demostrar cu¨¢nto de propaganda hay en la versi¨®n que sostiene que el golpe de Franco se produjo para salvar a Espa?a del comunismo. En realidad, Stalin no terminaba de ver que el triunfo en Espa?a de una "rep¨²blica popular" favoreciera sus intereses. Sus preocupaciones eran otras: consolidar el socialismo en la Uni¨®n Sovi¨¦tica y no soliviantar ni a Francia ni al Reino Unido. Favorecer la revoluci¨®n en un pa¨ªs tan lejano le iba a causar demasiadas complicaciones. De hecho, le recomend¨® a Pascua que "si en Inglaterra triunfaba una corriente gubernamental que declarase que estaba dispuesta a prestar ayuda a la Rep¨²blica en el caso de que los sovi¨¦ticos no lo hicieran, Espa?a deber¨ªa alejarse de la URSS con el fin de obtener el apoyo brit¨¢nico", escribe Vi?as.
Frente a los prejuicios, la propaganda, las meras opiniones y los testimonios exculpatorios, Vi?as utiliza documentos de primera mano, que ha consultado y estudiado en archivos privados y p¨²blicos de diferentes pa¨ªses del mundo. Hace unos d¨ªas, en la presentaci¨®n del libro en Madrid, el presidente de la Fundaci¨®n Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, destac¨® c¨®mo cada afirmaci¨®n de Vi?as ("me abruma su capacidad de trabajo", dijo) est¨¢ apoyada por un pu?ado de precisas referencias de archivos concretos y su localizaci¨®n exacta, p¨¢gina y l¨ªnea incluidas, con lo que "corrige las innumerables deficiencias de distintos historiadores y comentaristas que no consultan las fuentes".
En esta ¨²ltima entrega de su gran estudio de la Guerra Civil, Vi?as aporta tambi¨¦n materiales de primer orden para iluminar lo que de verdad pas¨® en Paracuellos (el brutal asesinato de los presos de la c¨¢rcel Modelo que cometieron milicianos republicanos), en qu¨¦ se gast¨® el llamado oro de Mosc¨², qu¨¦ hubo detr¨¢s de los enfrentamientos de mayo de 1937 en la retaguardia republicana en Barcelona o c¨®mo se produjo el asesinato de Andreu Nin, entre otras m¨²ltiples cuestiones. Vi?as, en la presentaci¨®n aludida, dijo que este ingente trabajo lo hace en honor de la Rep¨²blica y que la tarea del historiador es restablecer los hechos. S¨®lo una vez restablecidos con la mayor veracidad se puede empezar a opinar.Critic¨® el eslogan de "No pasar¨¢n" porque revelaba sobre todo una actitud defensiva
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.