?El Consejo Europeo de Investigaci¨®n es un modelo para Espa?a?
La creaci¨®n del Consejo Europeo de Investigaci¨®n (ERC, de sus siglas en ingl¨¦s), la primera agencia paneuropea para la financiaci¨®n competitiva de la ciencia de vanguardia en todos los campos del saber, supone un hito en el desarrollo de la pol¨ªtica cient¨ªfica europea. Y no s¨®lo porque, por vez primera, la ciencia b¨¢sica es considerada en Europa una prioridad pol¨ªtica, sino tambi¨¦n porque el ERC representa, por muchas razones, un cambio de rumbo en la gesti¨®n de la financiaci¨®n cient¨ªfica en el seno de la Uni¨®n Europea.
En primer lugar, las prioridades de financiaci¨®n del ERC estar¨¢n determinadas por un ¨²nico criterio: la excelencia cient¨ªfica. Adem¨¢s, la financiaci¨®n se dirigir¨¢ a proyectos liderados por investigadores individuales (con sus respectivos grupos), y no a redes o consorcios de laboratorios, ya que persigue estimular el desarrollo de nuevas l¨ªneas de investigaci¨®n a partir de la creatividad caracter¨ªstica de los mejores cient¨ªficos. Finalmente, los proyectos financiados por el ERC tendr¨¢n una cuant¨ªa econ¨®mica muy sustancial, comparable a la alcanzada por las agencias de aquellos pa¨ªses con dotaciones para los proyectos de investigaci¨®n realmente competitivas. La cantidad de solicitudes recibidas -m¨¢s de 9.000- en la primera convocatoria de proyectos del ERC, dirigida a j¨®venes investigadores, demuestra que esta nueva agencia viene a cubrir un hueco importante en la pol¨ªtica europea de Investigaci¨®n y Desarrollo (I+D).
La transformaci¨®n deber¨ªa comenzar por dar a los cient¨ªficos m¨¢s respetados el tim¨®n de la nueva agencia
El ERC pretende convertirse r¨¢pidamente en un organismo de alto prestigio, que proporcione notoriedad y reputaci¨®n a los investigadores m¨¢s destacados de las generaciones presentes y futuras. Para conseguirlo, busca establecer mecanismos innovadores que permitan dar respuesta a las principales demandas de la comunidad cient¨ªfica, hasta ahora generalmente insatisfecha con la gesti¨®n de las ayudas para la investigaci¨®n otorgadas por la Uni¨®n Europea. ?En qu¨¦ se funda este cambio de planteamiento? La respuesta es relativamente sencilla, aunque ciertamente novedosa. Por primera vez ser¨¢n los propios cient¨ªficos quienes se responsabilicen de la estrategia y la ejecuci¨®n de las decisiones de financiaci¨®n en el seno del ERC.
La direcci¨®n del ERC recae en su Consejo Cient¨ªfico, un ¨®rgano ejecutivo formado -en su mayor¨ªa- por cient¨ªficos europeos con experiencia en gesti¨®n cient¨ªfica y una dilatada trayectoria investigadora. A modo de ejemplo, tres de los miembros del consejo son Premios Nobel. Esta circunstancia ha permitido el desarrollo de una estrategia de actuaci¨®n nueva en el contexto europeo: una evaluaci¨®n por pares que intentar¨¢ ser rigurosa, transparente y exclusivamente basada en la excelencia cient¨ªfica, as¨ª como una gesti¨®n de las solicitudes y los proyectos sencilla y, en la medida de lo posible, libre de engorrosos tr¨¢mites burocr¨¢ticos. En definitiva, se trata de ofrecer las condiciones ¨®ptimas para que los mejores cient¨ªficos, los que generan las ideas m¨¢s brillantes, puedan desarrollar sus investigaciones en Europa con suficiente apoyo econ¨®mico y en ausencia de trabas administrativas que les distraigan de dedicar el tiempo a su principal cometido: la investigaci¨®n.
La creaci¨®n del ERC ha coincidido temporalmente con el anuncio, por parte del Gobierno de Espa?a, de la creaci¨®n de una nueva agencia para la financiaci¨®n y evaluaci¨®n de la investigaci¨®n cient¨ªfica, dependiente del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia. Tal anuncio responde a una ansiada demanda de la comunidad cient¨ªfica espa?ola, que ha visto c¨®mo la estructura de gesti¨®n de la investigaci¨®n no ha evolucionado durante los ¨²ltimos a?os, pese al incremento de los presupuestos dedicados a ¨¦sta. El actual sistema de gesti¨®n, creado en los a?os ochenta, ha permitido a la ciencia espa?ola alcanzar el mayor desarrollo de su historia, pero parece haber alcanzado su l¨ªmite. ?Ser¨¢ la nueva agencia anunciada por el Gobierno la soluci¨®n a los problemas de gesti¨®n de la investigaci¨®n espa?ola?
La puesta en marcha de una nueva agencia estatal representa una oportunidad ¨²nica para revitalizar la investigaci¨®n en Espa?a, pero es tambi¨¦n un reto de dimensiones importantes. La transformaci¨®n de las estructuras de gesti¨®n cient¨ªfica deber¨ªa comenzar por dar a los cient¨ªficos m¨¢s respetados de nuestro pa¨ªs el tim¨®n de dicha agencia, tal y como ocurre en su naciente hom¨®loga europea y en las agencias de financiaci¨®n m¨¢s avanzadas del mundo. Esto permitir¨ªa, como en el ERC, aplicar criterios que permitan agilizar la investigaci¨®n cient¨ªfica, acompa?ados, eso s¨ª, de un sistema de revisi¨®n riguroso y transparente. Lograr estos objetivos no s¨®lo requiere la elecci¨®n de un reputado cient¨ªfico para dirigir la agencia, sino tambi¨¦n contar con la dedicaci¨®n de muchos otros cient¨ªficos de prestigio para conseguir que la gesti¨®n diaria de la nueva agencia responda a las crecientes demandas de nuestro pa¨ªs en Investigaci¨®n y Desarrollo.
?Existe alg¨²n peligro en que sean los propios cient¨ªficos los que controlen las prioridades de financiaci¨®n y su cuant¨ªa econ¨®mica? En mi opini¨®n, ninguno, tal y como se ha demostrado en otros pa¨ªses con anterioridad. No se trata de que los cient¨ªficos definan la pol¨ªtica cient¨ªfica, ya que esto corresponde a los pol¨ªticos, a los que, en ¨²ltima instancia, los ciudadanos votamos en las elecciones.
Por poner un ejemplo ilustrativo y actual, al Gobierno le corresponder¨ªa la decisi¨®n, pol¨ªticamente leg¨ªtima, de invertir en la investigaci¨®n en c¨¦lulas madre. Sin embargo, no deber¨ªa ser competencia de los pol¨ªticos decidir qui¨¦nes deben llevar a cabo esas investigaciones, b¨¢sicamente porque no tienen criterios para hacerlo; ni tampoco especificar cu¨¢nto dinero es necesario para desarrollar cada investigaci¨®n concreta. ?stas son decisiones que corresponden a los cient¨ªficos, que poseen, en esa materia, mejores elementos de juicio.
En definitiva, parece llegado el momento de que las decisiones pol¨ªticas (por ejemplo, la consideraci¨®n de las ¨¢reas de investigaci¨®n de especial inter¨¦s, o la cantidad de fondos asignados a los diferentes campos de la ciencia) y las cient¨ªficas (las referentes a la asignaci¨®n de fondos en funci¨®n de la excelencia cient¨ªfica) est¨¦n completamente segregadas: las primeras en el seno del Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia; las segundas como competencia exclusiva de la nueva agencia.
La gran transformaci¨®n de la gesti¨®n de la evaluaci¨®n y financiaci¨®n de la ciencia espa?ola a comienzos de los a?os ochenta tuvo como responsables principales fundamentalmente a cient¨ªficos, no a pol¨ªticos. Eso s¨ª, cient¨ªficos que disfrutaron del respaldo pol¨ªtico necesario para poder llevar a cabo su revoluci¨®n, vital en aquel momento. Ahora podr¨ªa darse, de nuevo, una oportunidad parecida.
Dejemos que los cient¨ªficos con m¨¢s experiencia en gesti¨®n de este pa¨ªs tomen la iniciativa para la puesta en marcha de la nueva agencia. Confiemos en que el Gobierno est¨¦ a la altura de este desaf¨ªo y no caiga en la tentaci¨®n de perpetuar en cierta medida los instrumentos de gesti¨®n que conocemos actualmente, limit¨¢ndose a realizar cambios cosm¨¦ticos de lo ya existente, finalmente m¨¢s de forma que de contenido.
?scar Mar¨ªn es Investigador del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y Miembro del Consejo Cient¨ªfico del Consejo Europeo de Investigaci¨®n (ERC).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.