31.000 civiles bajo el fuego cruzado
La guerra entre el Ej¨¦rcito liban¨¦s y los islamistas golpea a los refugiados de Naher el Bared
La situaci¨®n de las 31.000 personas que viven en el campo de refugiados de Naher el Bared, al norte de L¨ªbano, es cr¨ªtica. El Ej¨¦rcito liban¨¦s y la milicia palestina de Fatah al Islam rompieron por tercera vez consecutiva una tregua en los combates que libran desde el domingo. Con la reanudaci¨®n del conflicto, se esfum¨® la posibilidad de que los refugiados obtuvieran algo de alivio. La metralla y los morteros ya se han cobrado al menos un centenar de vidas, seg¨²n fuentes palestinas, y hay cuerpos pudri¨¦ndose en las calles del campo. La situaci¨®n es desesperante: no hay agua, no hay alimentos y hay al menos 150 heridos, seg¨²n Hisham Dibsi, portavoz de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP) en L¨ªbano.
"Hemos intentado hacer un corredor humanitario y hemos logrado sacar unos pocos heridos para ser atendidos fuera del campo, pero no hemos podido hacer m¨¢s porque las ambulancias quedaron atrapadas en el corredor sanitario, que est¨¢ en una zona de fuego cruzado", cuenta Dibsi.
Los equipos de la ONU tuvieron ayer la misma mala experiencia para intentar llevar algo de alivio a la gente atrapada entre los dos fuegos. Al menos una persona result¨® herida cuando un convoy de la Oficina de Naciones Unidas para la Ayuda a los Refugiados Palestinos (UNRWA, en sus siglas en ingl¨¦s) intent¨® entrar en Naher el Bared para llevar agua, medicinas y alimentos a la gente. La iniciativa de enviar el convoy se produjo poco despu¨¦s de media tarde, cuando los milicianos sun¨ªes de Fatah al Islam decretaron un alto el fuego temporal.
Los responsables de UNRWA explicaron a la agencia France Presse que una camioneta y un cami¨®n cisterna se vieron envueltos en una aut¨¦ntica lluvia de balas cuando intentaron entrar al campamento, situado a unos cinco kil¨®metros de la ciudad de Tr¨ªpoli. "Tuvimos un herido y no pudimos distribuir todo lo que llevamos, s¨®lo algo de comida y medicinas, el agua se perdi¨®", dijo uno de los responsables de la agencia de Naciones Unidas a los medios locales.
El representante de Yihad Isl¨¢mica en L¨ªbano, Abu Imad Rifai, que est¨¢ intentando mediar para lograr un alto el fuego definitivo, confirm¨® que el convoy hab¨ªa sido atacado y a?adi¨® que tambi¨¦n "les dispararon [presuntamente los milicianos] a los refugiados que intentaban recoger algunos de los alimentos que la ONU hab¨ªa logrado repartir (...). Muchos de ellos resultaron heridos, algunos de gravedad", a?adi¨®.
El alto el fuego que unilateralmente decidieron los milicianos de Fatah al Islam no fue correspondido por el Ej¨¦rcito liban¨¦s, que aunque permiti¨® el paso del convoy de la ONU, se desentendi¨® completamente de la seguridad de los veh¨ªculos. Para lo ¨²nico que sirvieron unas horas de tregua fue para que cientos de personas huyeran del campamento. Varios testigos aseguran que a media tarde de ayer se observaron filas de veh¨ªculos con banderas blancas atascados a la salida del campamento intentando huir. Otros salieron a pie, cargando con ni?os y algunas pertenencias. Los pocos heridos que pudieron ser evacuados salieron en ese momento, seg¨²n relata Dibsi.
El primer ministro liban¨¦s,Fuad Siniora, se ha negado a acordar un alto el fuego o una tregua, y ha pedido a las dem¨¢s facciones que subsisten en los restantes 11 campos de refugiados palestinos que existen en L¨ªbano, muchas de ellas tan armadas como la del campo de Naher el Bared, que se "distancien" de la que ahora est¨¢ combatiendo al Ej¨¦rcito en el norte del pa¨ªs.
Muchos palestinos ven en esta actitud de Siniora una forma de ganar tiempo para que el Ej¨¦rcito vaya ganando terreno en la zona de batalla mientras contin¨²an las negociaciones y las declaraciones de los pol¨ªticos llamando a la calma, a la unidad y al apoyo de las fuerzas armadas para superar la crisis. La agencia oficial de noticias libanesa NNA inform¨® ayer de que los militares est¨¢n avanzando hacia la entrada norte del campamento en un intento para tomar posiciones y controlar a los milicianos de Fatah al Islam, bien atrincherados y pertrechados en el interior.
Si el Ej¨¦rcito entra de lleno en el campamento, romper¨¢ el acuerdo que rige desde 1969, que proh¨ªbe a la polic¨ªa y al Ej¨¦rcito libaneses entrar a los campos de refugiados y deja la seguridad en manos de los propios palestinos. No obstante, el Gobierno de Siniora se defiende diciendo que los palestinos son los que han incumplido primero la resoluci¨®n de la ONU que los obliga a entregar las armas.
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