Partido a la griega en la NBA
El p¨²blico de Utah arroja objetos a los Spurs tras la derrota y virtual eliminaci¨®n de los Jazz
El argentino Manu Gin¨®bili se encarg¨® por s¨ª solo de acabar con las esperanzas de los Jazz de Utah de acercarse a la final absoluta de la NBA a costa de los Spurs de San Antonio, dominadores ya por 3-1 en la de la Conferencia Oeste. Lo hizo con un ¨²ltimo cuarto tiempo prodigioso, en el que anot¨® 16 de sus 22 puntos y sac¨® de sus casillas a unos rivales que no conoc¨ªan la derrota en Salt Lake City (79-91) en estas eliminatorias por el t¨ªtulo.
Y es que Gin¨®bili tiene ese don. En un ambiente que recordaba por momentos a un partido de la Euroliga en Grecia, el campe¨®n ol¨ªmpico, que sabe lo que es jug¨¢rsela en territorio hostil, sac¨® ese gen competitivo extra que brilla de manera especial en los partidos violentos.
Gin¨®bili es, en efecto, el primero en levantar la mano cuando se trata de adentrarse en zonas minadas. Sus v¨ªctimas se multiplicaron con el paso de los minutos. El escolta de Bah¨ªa Blanca provoc¨® las expulsiones de Derek Fisher, base suplente de los Jazz, y de Jerry Sloan, su entrenador, e incendi¨® el United Center. Los hinchas locales terminaron lanzando objetos al parqu¨¦ al retirarse los jugadores y dieron con uno de ellos a Tony Parker. Sab¨ªan que los Jazz se acababan de inmolar.
Los Spurs ya se las hab¨ªan visto con los Suns de Phoenix en la ronda anterior. Su estilo de juego, f¨ªsico y agobiante, no entiende de c¨®digos. En una Liga en la que las superestrellas son tratadas como pasajeros de primera clase, San Antonio se las sacude como si fueran polizones y, como en el arte de la guerra, las lleva a su terreno.
Phoenix y ahora Utah pecaron de inocentes. Sus constantes quejas ante la prensa, sus acusaciones de juego sucio, entran por un o¨ªdo a San Antonio, tres veces campe¨®n, y le salen por el otro. M¨¢s que sucios, los Spurs son listos. Y mejor equipo.
Gin¨®bili, que evita las granadas con el arte de un contorsionista, se las tuvo con el presidente de la asociaci¨®n de jugadores, Fisher, uno de los hombres m¨¢s respetados y que se hab¨ªa perdido un partido y medio ante Golden State en la cita anterior. Fisher tiene a su hija en estado grave en un hospital de Nueva York. Estuvo a su lado cuando le extirparon un tumor ocular maligno: retinoblasfoma. Por eso extra?¨® que el antiguo base de los Lakers de Los ?ngeles, que recibi¨® muestras de cari?o por parte de toda la Liga, se metiera en batallas que no pod¨ªa ganar. Primero, empuj¨® al argentino cuando ¨¦ste se dirig¨ªa al banquillo en un tiempo muerto. Sloan, que vio el choque como un accidente, protest¨® hasta que se gan¨® la expulsi¨®n. Un minuto m¨¢s tarde, ya con media eliminatoria perdida, Fisher reincidi¨® en su impotencia y volvi¨® a soltarle un manotazo al objeto de su ira. Segunda falta t¨¦cnica y a la ducha.
En la horas previas al draft de 1999, el equipo deportivo de los Spurs no se pon¨ªa de acuerdo sobre su elecci¨®n en la segunda ronda. La plaza se la disputaban dos argentinos: Gin¨®bili y el base Lucas Victoriano. Finalmente, el m¨¢nager, R. C. Buford, tom¨® una decisi¨®n: "Popovich nunca har¨¢ jugar a un base extranjero". Acertaron con Gin¨®bili, pero se equivocaron respecto a su t¨¦cnico. Tres a?os despu¨¦s lleg¨® el franc¨¦s Parker, que en el de su debut se hizo con el papel de director de juego y no lo ha soltado. Los Spurs son un ejemplo del trabajo bien hecho.
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