"Mi fotograf¨ªa es religiosa y blasfema a la vez"
El artista neoyorquino Andres Serrano expone una retrospectiva de su controvertida obra
"No conozco al se?or Andres Serrano y espero no hacerlo nunca. Porque no es un artista; es un gilipollas". El motivo de la indignaci¨®n del senador estadounidense republicano Jesse Helms, que pronunci¨® esta declaraci¨®n en 1989, era una obra que el fot¨®grafo neoyorquino hab¨ªa realizado dos a?os antes: Piss Christ (El Cristo de la orina). Si no hubiera le¨ªdo el t¨ªtulo, el senador, igual que los grupos m¨¢s conservadores que encabezaron una campa?a contra Serrano a finales de los ochenta, hubiera admirado seguramente la bell¨ªsima imagen de un crucifijo suspendido en un l¨ªquido amarillento -s¨ª, la orina del artista- sobre un brillante fondo rojo.
La obra pertenece a la serie Fluidos corporales, con la que Serrano (Nueva York, 1950) experiment¨® la dimensi¨®n est¨¦tica del semen, la sangre menstrual o la orina, y forma parte de la exposici¨®n retrospectiva El dedo en la llaga que, en el marco de PHotoEspa?a, se exhibe en el C¨ªrculo de Bellas Artes hasta el pr¨®ximo 1 de julio.
"Muchos cr¨ªticos se enojan conmigo cuando no soy provocador"
Pero el artista, de madre cubana y padre hondure?o, defiende que su intenci¨®n nunca fue provocar. "Hasta el esc¨¢ndalo de Piss Christ mi trabajo nunca se consider¨® controvertido", aseguraba la semana pasada tras la inauguraci¨®n de la muestra. "Desde entonces, la gente espera pol¨¦mica y muchos cr¨ªticos se enojan conmigo cuando no soy provocador. Pero, para m¨ª, mi trabajo es bien natural y hago lo que necesito hacer. Cuando hice la serie sobre Budapest sab¨ªa que nadie la iba a encontrar provocadora. Con Am¨¦rica sucedi¨® lo mismo".
Serrano rechaza que lo acusen de querer herir sensibilidades de forma gratuita: "Yo me considero cristiano pero, como artista, creo que tengo derecho a usar los s¨ªmbolos de la Iglesia como quiera. Son m¨ªos, es mi religi¨®n. Hay quien me ha dicho: '?Por qu¨¦ no haces lo mismo con la religi¨®n musulmana o jud¨ªa?'. Porque no me interesa; no es mi religi¨®n. Me gusta trabajar con las cosas que son parte de mi vida". Educado en el catolicismo, reconoce a Luis Bu?uel y Federico Fellini como dos de sus grandes influencias. "Son artistas que tienen la misma obsesi¨®n con la religi¨®n, con el catolicismo, y tambi¨¦n tienen la misma actitud, una relaci¨®n de amor-odio. En mi caso es lo mismo. La gente me pregunta si mi trabajo es sagrado o blasfemo. Y yo digo que las dos cosas a la vez. Como Fellini y como Bu?uel, que aunque a veces odian la Iglesia, se ve el esp¨ªritu cat¨®lico que llevan dentro".
Serrano tambi¨¦n ha puesto el dedo en el mismo centro de otras heridas. Despu¨¦s de fotografiar en 1990 a los sin techo que estaban siendo expulsados de Tompkins Square, un parque situado en el neoyorquino East Village, decidi¨® explorar un tipo distinto de retrato. Y ?qu¨¦ retrato m¨¢s inusual que el de un enmascarado? Pero no se le ocurri¨® visitar Venecia en ¨¦poca de Carnaval. "El Ku Klux Klan es lo primero que me vino a la mente. Seguramente porque no soy blanco, soy hispano, y eso lo hac¨ªa m¨¢s interesante. Si fuera blanco, no creo que lo hubiera hecho, y si lo hubiera hecho hubiera tenido una intenci¨®n diferente".
Asegura que no puede fotografiar un tema si no es bello. Aunque ello suponga romper todos los tab¨²es. Como el rechazo a que la muerte forme parte de la cotidianidad en las sociedades occidentales. Por eso fotografi¨® a los muertos en la morgue. Que nadie se escandalice. Como resalt¨® durante la inauguraci¨®n de la exposici¨®n su comisaria, Oliva Mar¨ªa Rubio, la obra de Serrano est¨¢ marcada por una profunda influencia de la pintura religiosa renacentista y barroca, en el uso de la luz, los pa?os, en los colores... "Hay aut¨¦nticos zurbaranes, masaccios", explicaba Rubio, en sus retratos de cad¨¢veres.
Y es que Serrano se define como "artista cl¨¢sico", heredero de una tradici¨®n que le fascin¨® a los 12 a?os, cuando visit¨® por primera vez el Metropolitan Museum de Nueva York y descubri¨® la pintura de figuras como El Bosco. Entonces naci¨® su pasi¨®n por la imaginer¨ªa religiosa, que lo ha convertido en un ¨¢vido coleccionista de pintura, escultura y mobiliario de los siglos XV, XVI y XVII. Sus piezas proceden de Francia, Inglaterra, Espa?a, Italia y Alemania.
Su trabajo m¨¢s reciente ha sido la serie Am¨¦rica, "una declaraci¨®n" de lo que el artista piensa de su propio pa¨ªs. El proyecto naci¨® tras los atentados del 11-S y comenz¨® fotografiando los s¨ªmbolos de esa tragedia: bomberos, pilotos, soldados... Luego busc¨® profesiones: un payaso de circo, un sacerdote, una monja, un m¨¦dico, una enfermera. M¨¢s tarde, la otra cara del sue?o americano: una madre -blanca, no negra, una vez m¨¢s los esquemas se rompen- con un ni?o que viven de la asistencia social, un enfermo de sida o una modelo adicta al crack. Finalmente, busc¨® a los famosos, Snoop Dogg, Anna Nicole Smith, Arthur Millar... "Trat¨¦ de fotografiar, no s¨®lo a los buenos, sino tambi¨¦n a los malos, un neonazi, un miembro del Ku Klux Klan, hasta al hijo de Sam, el asesino en serie m¨¢s famoso de Nueva York, que ha estado en la c¨¢rcel m¨¢s de 40 a?os. Lo que quiero decir es que Am¨¦rica es mi pa¨ªs, que hay buenos y hay malos y que los acojo a todos sin emitir juicios".
Ahora trabaja en un nuevo proyecto que pondr¨¢ en marcha en julio, "cuando todo el mundo est¨¦ de vacaciones". No desvela ni una remota pista que ayude a adivinar el tema. Pero advierte, eso s¨ª, que "suscitar¨¢ el debate y dar¨¢ mucho de qu¨¦ hablar".
Babelia
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