La doble cara del voto del cemento
Los ciudadanos castigan el urbanismo salvaje en La Marina Alta y Baixa y lo avalan en La Vega Baja y L'Alacant¨ª
Ante un similar prisma urban¨ªstico (la masiva y ca¨®tica construcci¨®n), el voto de los electores en los municipios del litoral de Alicante presenta una doble cara: en el tramo norte han puesto fin a las hegem¨®nicas mayor¨ªas absolutas del PP, mientras en el sur se ha reproducido el resultado electoral de 2003. En el ¨¢rea de La Marina Alta y Baixa est¨¢ en juego la construcci¨®n de m¨¢s de 50.000 viviendas (30.000 s¨®lo en los municipios de La Vila y Altea), proyectos cuya ejecuci¨®n est¨¢ ahora en manos de gobiernos locales de izquierda. Mientras en el sur, la avalancha de nuevos proyectos se centra en prelitoral y en el ¨¢rea de Sierra Escalona, con m¨¢s de 20.000 casas previstas. Soci¨®logos y representantes de colectivos c¨ªvicos justifican este diferente comportamiento del electorado en la influencia de la comunidad de residentes europeos, m¨¢s sensible al desarrollo urbano sostenible y m¨¢s organizados al norte que en el extremo opuesto de la costa.
Los extranjeros llegaron antes a La Marina, est¨¢n m¨¢s integrados y buscan calidad de vida
"Las plataformas contra los abusos urban¨ªsticos han servido para concienciar"
La irrupci¨®n del colectivo Abusos Urban¨ªsticos No (AUN), impulsado por residentes brit¨¢nicos en 2004 en Benissa, ha sido el primer ariete de ese vuelvo electoral en feudos del PP como Benissa, Calp o Altea. La provincia de Alicante es en la que m¨¢s residentes extranjeros solicitaron poder participar en las elecciones municipales, en total sumaron m¨¢s de 57.000, seg¨²n los datos de la Oficina Electoral. La mayor¨ªa de ¨¦stos proceden del Reino Unido (34.113), Alemania (9.359), Pa¨ªses Bajos (4.378) y Francia (3.391).
No obstante, la influencia de la colonia for¨¢nea ha sido irregular y, mientras en La Marina Baixa y Alta los alcaldes que apoyaron macroproyectos urban¨ªsticos han sufrido un rev¨¦s en las urnas, en el sur todo sigue igual. "Quiz¨¢ all¨ª tienen m¨¢s miedo a denunciar y criticar, tambi¨¦n los alcaldes les prometen que solucionar¨¢n el caos urban¨ªstico y se conf¨ªan", explica Enrique Climent, presidente de AUN, plataforma que integra a centenares de residentes extranjeros. De hecho, desde AUN crearon una federaci¨®n de partidos independientes que defend¨ªa un desarrollo sostenible. "En La Marina llevamos a?os trabajando en este tema, y al final se recogen frutos", subraya. Los residentes europeos empezaron a comprar casas e instalarse en estas localidades en la d¨¦cada de los 80 y han visto c¨®mo su entorno se ha ido deteriorando. "Ven¨ªan buscando la tranquilidad, la vida de pueblo y el paisaje mediterr¨¢neo", razona Joan Carles Poquet, de Ve?ns de Parcent, "y no macrourbanizaciones".
El catedr¨¢tico de sociolog¨ªa de la Universidad de Alicante (UA), Antonio Alaminos, recuerda que el asociacionismo extranjero es mayor en La Marina Alta y Baixa, y los movimientos como Abusos Urban¨ªsticos No, tienen su sede en Benissa y son muy activos. "La ley urban¨ªstica (LRAU) moviliz¨® mucho m¨¢s y m¨¢s r¨¢pidamente en el norte que en sur", explica este experto que lleva a?os investigando el comportamiento de los residentes extranjeros. En las comarcas del litoral norte de Alicante, la comunidad for¨¢nea lleg¨® en la d¨¦cada de los ochenta y est¨¢n m¨¢s integrados socialmente que los residentes en el sur, que llegaron en los a?os noventa.
En Torrevieja, Orihuela y en las localidades del sur las migraciones eran "sobre todo clase media-media y bastantes obreros. Precisamente emigraban siguiendo redes de familiares y amigos, o despu¨¦s de hacer turismo", explica Antonio Alaminos que compara esta realidad con el perfil de los residentes en el norte que son escandinavos, de clase media-media y media-alta. "M¨¢s jubilados cualificados y nivel educativo m¨¢s elevado". En el norte la dimensi¨®n calidad de vida tiene m¨¢s peso que en el sur, donde prima la econom¨ªa. Son el n¨²cleo hist¨®ricamente "primario" de las migraciones de calidad en un entorno natural "salvaje", a?ade el catedr¨¢tico de la Universidad de Alicante.
Tom¨¢s Maz¨®n, profesor de sociolog¨ªa del turismo en la Universidad de Alicante, reconoce que en las Marinas se hicieron promociones inmobiliarias "de mucha m¨¢s calidad, dirigidas preferentemente a un comprador de mucho m¨¢s poder adquisitivo que en el sur, dirigidas a un p¨²blico alem¨¢n, belga, holand¨¦s, suizo... es un segmento de clase media alta con alto poder adquisitivo y mayor formaci¨®n" apunta Maz¨®n. Pero contrariamente, en la zona sur, a partir de Santa Pola, las promociones inmobiliarias "se centraron en un patr¨®n de mucha menor calidad, tanto de las edificaciones, como de las propias urbanizaciones, vendidas a unos precios muy inferiores y dirigidas sobre todo para el p¨²blico ingl¨¦s, con un perfil sociodemogr¨¢fico de clase media baja, de menores recursos econ¨®micos y menor formaci¨®n, m¨¢s clase obrera y con un menor perfil de exigencia sobre los servicios municipales y de otras administraciones, b¨¢sicamente se conforman con el clima", explica Maz¨®n.
Juan Miguel Rafet, licenciado en Ciencias Pol¨ªticas por la UNED, est¨¢ haciendo una tesis doctoral sobre los movimientos ciudadanos contra la especulaci¨®n urban¨ªstica en la Comunidad Valenciana, y su incidencia en voto. A su juicio, en cada localidad el comportamiento electoral es diferente. Mientras en D¨¦nia, donde el Ayuntamiento defiende un urbanismo sostenible, el voto de los extranjeros ha ido a las grandes formaciones PSOE y PP, en X¨¤bia, tras una legislatura convulsa con temas como el catastrazo, la moci¨®n de censura, el esc¨¢ndalo del soborno de la basura o el PGOU, todo un conglomerado de peque?as formaciones pol¨ªticas, muchas de ellas con el apoyo de residentes extranjeros, han obtenido representaci¨®n y ser¨¢n claves. Fernando D¨ªaz, profesor de sociolog¨ªa urbana, destaca "el papel de las plataformas ciudadanas contra los abusos urban¨ªsticos que han servido para concienciar a la gente del problema".
El mapa del poder local surgido de los comicios del 27 de mayo no ha sufrido modificaciones desde El Campello hasta Pilar de la Horadada. En el primer municipio, el PP obtiene mayor¨ªa absoluta, al igual que en la capital y Santa Pola. En Guardamar, sigue el PSPV, al igual que el PP mantiene Torrevieja y Orihuela. En Pilar de la Horadada las urnas pusieron fin al breve mandato del PP merced al voto de censura del PP y dos tr¨¢nsfugas del PSPV, y el socialista Ignacio Ramos recupera la mayor¨ªa. En el prelitoral de La Vega Baja, tampoco hay cambios, el PP refuerza sus feudos de San Miguel, municipio con un PGOU en marcha.
En la comarca de La Vega Baja el PP ha superado en 6.400 votos al PSPV y las formaciones extranjeras no han tenido representaci¨®n. La alternativa con m¨¢s opciones, a priori, era CLARO, surgida en la costa de Orihuela, pero apenas cosech¨® un millar de votos.
La continuidad en este tramo del sur de la costa contrasta con los cambios al norte. El ¨¢mbito de las marinas es la ¨²nica demarcaci¨®n de la provincia en la que los socialistas han superado en voto al PP, en concreto por 1.760. En X¨¤bia y L'Alf¨¤s del Pi, dos formaciones extranjeras han logrado representaci¨®n, con cuatro y dos ediles respectivamente. El caso de Nueva J¨¢vea, liderado por la holandesa Ana Vasbinder, es el m¨¢s llamativo y con 1.479 votos (el 18% de las papeletas).
El PP ha perdido la mayor¨ªa absoluta en La Vila, y posiblemente el gobierno si los independientes se suman al pacto de progreso con el PSPV y el Bloc. Los populares ser¨¢n desalojados del poder en Calp. En Altea y Benissa, el PP ha sido despose¨ªdo de la mayor¨ªa absoluta, y su continuidad en el gobierno local est¨¢ en el aire. Mientras, en X¨¤bia y D¨¦nia, los vecinos han acentuado la apuesta por el urbanismo sostenible de los gobiernos de izquierda del ¨²ltimo mandato. Ambos municipios tienen suspendidas las licencias en diversas zonas sobre las que pesaban proyectos urban¨ªsticos a la espera de la redacci¨®n de sus nuevos planeamientos urbanos.
Informaci¨®n elaborada por Ezequiel Molt¨®, Sergi Castillo y Santiago Navarro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.