Siete mujeres m¨¢s
La acumulaci¨®n en apenas una semana de siete muertes m¨¢s de mujeres a manos de su pareja o ex pareja ha hecho saltar de nuevo las alarmas sobre la persistencia de una violencia machista que sigue mostr¨¢ndose igual de amenazante que con anterioridad a la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero. Nadie duda de que esta ley ha elevado el nivel de protecci¨®n de las mujeres, ha ayudado a muchas a superar su situaci¨®n traum¨¢tica e, incluso, ha podido evitar no pocas muertes. Tambi¨¦n ha evidenciado el profundo enraizamiento social del mal, sus condicionantes familiares y sentimentales que lo agravan si cabe a¨²n m¨¢s, y, en consecuencia, las dificultades de combatirlo con terapias externas por m¨¢s completas y minuciosas que sean las contempladas en una ley integral.
El caso de la mujer acuchillada por su marido el d¨ªa 2 en Vitoria -una de las seis v¨ªctimas de la violencia machista de la pasada semana- ilustra sobre las dificultades propias del combate empe?ado contra este tipo de actuaci¨®n delictiva. La v¨ªctima hab¨ªa denunciado en el juzgado a su marido por maltrato psicol¨®gico, pero despu¨¦s retir¨® la denuncia y se neg¨® incluso a aceptar las medidas de protecci¨®n -un tel¨¦fono reservado de contacto- que le ofreci¨® la Ertzaintza. La situaci¨®n de indefensi¨®n en que qued¨® la v¨ªctima por propia iniciativa ha planteado la conveniencia de reformar la ley para que en casos de violencia machista la retirada de la denuncia no paralice el proceso y para que, incluso, se obligue a la v¨ªctima a testificar contra su presunto agresor.
La protecci¨®n de la mujer en situaciones en las que la violencia permanece semioculta o no aflora plantea serios problemas probatorios en el proceso penal. Pero es dudoso que se soslayen con reformas legales ad hoc, que trastocan las l¨ªneas generales del sistema penal y que pueden acarrear nuevos problemas. ?Qu¨¦ hacer con las mujeres que, a pesar de todo, se nieguen por miedo o dependencia sentimental, entre otros motivos, a declarar contra su presunto agresor? Ser¨ªa inaceptable que se las multara o que se abriera contra ellas un proceso penal por desobediencia.
Habr¨ªa que sopesar muy bien el alcance y la utilidad de una reforma de este tipo, sobre todo cuando en el sistema penal y en la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero pueden encontrarse instrumentos para afrontar situaciones de riesgo como la padecida por la mujer de Vitoria. Lo que hay que hacer es buscarlos y saber aplicarlos. Uno de ellos es un papel m¨¢s activo del ministerio fiscal en la indagaci¨®n de la denuncia para asumir directamente la acusaci¨®n en defensa de la v¨ªctima y contra su presunto agresor, si hay indicios delictivos.
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