Bur¨®cratas
La circular de ETA es t¨ªpica de un jefe de departamento con gastritis: A partir de las 00.00 horas del d¨ªa 6 de junio, todo el mundo en su puesto de trabajo. He ah¨ª un caso extravagante de precisi¨®n ferroviaria. Los pistoleros no fichan ni en el cine, pero ETA ha hecho suyo un modelo de productividad que choca con la actividad laboral a la que se dedica. Cree que la burocratizaci¨®n del crimen le producir¨¢ mayores plusval¨ªas, por eso ha confirmado tambi¨¦n a Otegi en su puesto de chico de los recados, que lleva a cabo como nadie. A no tardar, quiz¨¢ convoque oposiciones para cobradores del frac, pues tampoco ser¨ªa raro que en esta nueva etapa denominara de ese modo a los recaudadores del impuesto revolucionario.
Por lo dem¨¢s, la circular pone a parir al PSOE y PNV, que se la jugaron por lograr un acuerdo, pero ni siquiera menciona al PP, que no ha hecho otra cosa que torpedear cualquier posibilidad de que el proceso llegara a buen fin. Mariano Rajoy ha correspondido a ese generoso silencio atacando una vez m¨¢s al presidente del Gobierno, en vez de a la banda asesina. En cuanto al tronante Acebes, que pon¨ªa el grito en el cielo cada d¨ªa que pasaba sin que ETA matara, ha mantenido la boca cerrada desde que los criminales han vuelto a la oficina. Lo l¨®gico es que se desgarrara las vestiduras ahora, que viene lo duro, pero quiz¨¢ est¨¢ ocupado calculando los beneficios electorales que el comunicado de ETA, bien gestionado, puede proporcionar. Lo mismo cabe decir de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, de Vicente Mart¨ªnez Pujalte y otros tantos que no han soltado un ay desde las 00.00 horas del 6 de junio. Gente disciplinada.
El panorama es desalentador, pero real como la vida misma. Tal vez todos descansar¨ªamos si el PSOE adelantara las elecciones, las perdiera y, ya con Rajoy en La Moncloa, la banda volviera a decretar una tregua y propusiera abrir conversaciones que el PP aceptar¨ªa corriendo, pues contar¨ªa con la ayuda del PSOE, como en los tiempos de Aznar, cuando las excarcelaciones, las reducciones de pena, los traslados a las c¨¢rceles del Pa¨ªs Vasco y el movimiento de liberaci¨®n nacional, ?recuerdan? Quiz¨¢ no haya otro modo de acabar con ETA. O sea, que los bur¨®cratas no son tan tontos.
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