A vista de microscopio

La segunda parte de la biograf¨ªa de Norberto Fuentes se centra en los a?os sesenta y atiende sobradamente a las expectativas suscitadas por la lectura de la primera. Si es que el lector tiene alma de maratoniano, claro, porque la oferta de Fuentes consiste esta vez en m¨¢s de mil cuatrocientas tupidas p¨¢ginas. La vida de Fidel es reconstruida con minuciosidad, mirada casi a trav¨¦s de un microscopio en el cual las lentes proceden tanto del conocimiento directo del autor respecto de su ex amigo como de la b¨²squeda de testimonios orales y fuentes de archivo. De ser veraz el relato, tal precisi¨®n ser¨ªa tanto m¨¢s de agradecer cuanto que se trata de los a?os cruciales para su vida pol¨ªtica y para la propia historia de Cuba.

Tal y como ya indicamos en

la cr¨ªtica a la primera entrega de esta obra, la de Norberto Fuentes es en gran medida la del seguroso, la del hombre situado como vigilante en el v¨¦rtice de la pir¨¢mide del poder que consigna puntualmente en sus informes y en las notas para s¨ª mismo cuanto sucede y quien interviene en lo que sucede. Este aspecto cobra aqu¨ª un sesgo positivo, ya que en la consolidaci¨®n del poder por parte de Fidel a partir de enero de 1959 la dimensi¨®n correspondiente a la acci¨®n policial y a los servicios secretos resulta fundamental.

La imagen ofrecida del dictador responde a lo que ya otros autores han escrito: un hombre seguro de s¨ª mismo, pero no de los dem¨¢s, sean individuos u organizaciones, a los que instrumentaliza o destruye de acuerdo con los intereses propios, de manera implacable. Es a este respecto ilustrativo el cap¨ªtulo sobre la introducci¨®n del partido comunista como viga maestra para construir el Estado dictatorial, al mismo tiempo que cuida en todo momento de mantener su preeminencia. En la visi¨®n de Fuentes, Fidel ten¨ªa claro el objetivo de edificar en Cuba una sociedad comunista, pero bajo su mando personal; de ah¨ª la necesidad, llegado el caso, de descabezar al partido. En astucia y crueldad, C¨¦sar Borgia hubiera sido un aprendiz a su lado. Y el Che, alguien del que conven¨ªa prescindir. As¨ª como hay otros muchos episodios en que el libro de Fuentes se limita a ampliar las im¨¢genes ya conocidas, aqu¨ª abre el espacio para la pol¨¦mica.

Casi al mismo tiempo que la de Norberto Fuentes, ha salido a las librer¨ªas, editada por Mart¨ªnez Roca, otra biograf¨ªa de Fidel, presentada como "definitiva". La ha escrito el periodista alem¨¢n Volker Skierke, y tiene inter¨¦s por la utilizaci¨®n de las fuentes de la RDA, vinculadas a las de la URSS. Se trata en todo caso de la reedici¨®n a mayor formato del Fidel de Skierke, aparecido en 2002, ahora sin el prefacio y con un ¨ªndice onom¨¢stico, algo que hubiese sido indispensable en la autobiograf¨ªa escrita por Norberto Fuentes.