Forraje para biocombustibles

Uno de cada diez coches europeos usar¨¢ combustibles de origen vegetal en 2020. En Estados Unidos, la previsi¨®n apunta a que uno de cada cinco autom¨®viles consumir¨¢ bioetanol en 2030. Las distribuidoras de gasolina instalan surtidores de biodiesel o bioetanol y en Espa?a se construyen m¨¢s de sesenta instalaciones para producir los nuevos carburantes. Pero, ?qu¨¦ consumen esas instalaciones?

Estados Unidos, el pa¨ªs m¨¢s adelantado en la materia, compra ma¨ªz en todo el mundo porque ha depurado su tecnolog¨ªa para producir bioetanol en torno a las mazorcas.

La espa?ola Acciona opta por el biodi¨¦sel. Sus plantas de producci¨®n se alimentan esencialmente de soja. Y Acciona tiene previsto consumir tanta soja que se ha visto obligada a comprar gran parte de la cosecha estadounidense a dos a?os vista. Otros optan por la palma, un cultivo filipino. Pero en todos los casos, se dibuja una futura dependencia. Hoy dependemos del petr¨®leo, ma?ana podr¨ªamos depender de la colza.

Pablo Vera, responsable del Instituto de Biolog¨ªa Molecular y Celular de las Plantas, del CSIC, alerta: "Puede llegar el d¨ªa en que paguemos los alimentos a precio de combustible".

Espa?a es un pa¨ªs extenso y el abandono de grandes zonas de cultivo est¨¢ a la orden del d¨ªa. Una nueva agricultura encaminada a producir el forraje que requerir¨¢n las factor¨ªas de producci¨®n de biocombustibles se abre camino. Pero esa agricultura debe ser sostenible, como subray¨® Joan Clos, ministro de Industria, en una reciente visita a Valencia: "No vamos a vestir un santo para desvestir otro".

Calantia Biotech, una empresa impulsada por Carmen Lladr¨®, Mar¨ªa Dolores Ant¨®n y el propio Pablo Vera, trabaja en el dise?o de semillas adecuadas para cubrir la demanda futura sin alterar el medio.

Seis doctores investigan en el laboratorio que Calantia ocupa en el CEEI del Parque Tecnol¨®gico de Paterna desde hace meses. Trabajan en dos direcciones: la obtenci¨®n de cosechas generosas y la gesti¨®n eficiente de esa materia prima en las plantas productoras.

"Calantha es el nombre gen¨¦rico de las plantas que tienen una floraci¨®n excepcional, porque es prolongada o porque se da en condiciones extremas", explica Lladr¨®, "de ah¨ª, Calantia".

Hace unas semanas, arrancaron los primeros ensayos de cultivos en una parcela en Alzira para analizar el comportamiento de plantas importadas. Los expertos trabajan en semillas modificadas gen¨¦ticamente (transg¨¦nicas) para reducir la dependencia del agua, mejorar la resistencia a temperaturas extremas o estimular la producci¨®n oleaginosa. La empresa espera obtener resultados en el plazo de cuatro a?os con una inversi¨®n en torno a tres millones de euros.

Lladr¨® muestra los planes de desarrollo de biocombustibles dise?ados por las autoridades federales de Estados Unidos que prev¨¦n cinco a?os de investigaci¨®n y otros cinco de ensayos. Y lamenta la escasa disposici¨®n de las grandes empresas espa?olas para estimular la investigaci¨®n: "S¨®lo invierten en cosas palpables, trabajan sin perspectiva".

Calantia ha recibido ayudas de 400.000 euros a trav¨¦s de los fondos europeos Neotec y participa en el primer consorcio nacional de empresas de biotecnolog¨ªa constituido en Espa?a, que lidera Abengoa, empresas punteras en biocombustibles.