El Senado de EE UU estrecha el cerco pol¨ªtico al fiscal general
Los dem¨®cratas s¨®lo lograron 53 de los 60 votos necesarios para la moci¨®n de censura
Alberto Gonzales, el fiscal general de EE UU, que gan¨® notoriedad como cerebro de la estrategia judicial seguida para justificar muchos de los abusos cometidos en la guerra contra el terrorismo, comprob¨® ayer que no cuenta con la confianza del Senado. Aunque la moci¨®n de censura que la mayor¨ªa dem¨®crata someti¨® a votaci¨®n no consigui¨® anoche los 60 votos necesarios para su aprobaci¨®n (logr¨® 53 contra 38), ha quedado claro que Gonzales sigue en su puesto s¨®lo por el empe?o personal de su amigo George Bush.
El propio presidente lo dej¨® muy claro en un comentario hecho ayer durante su visita a Bulgaria: "Pueden seguir adelante con su voto de confianza, pero eso no va a cambiar la determinaci¨®n sobre qui¨¦n debe servir en mi Gobierno", dijo.
La moci¨®n de confianza tuvo el respaldo de la totalidad de los senadores dem¨®cratas, pero no logr¨® sumar los suficientes senadores republicanos como para alcanzar los 60 votos que se requieren para su aprobaci¨®n. Incluso en este caso, el fiscal general (responsable del Departamento de Justicia) no se hubiera visto obligado a abandonar el cargo, ya que este tipo de resoluciones no son vinculantes.
Gonzales pas¨® el d¨ªa en Florida, aparentemente indiferente al resultado de la votaci¨®n. Pero, fuera de conservar el apoyo del presidente, no tiene muchos motivos para celebrar. El resultado final (53 votos contra 38) muestra que dos senadores republicanos votaron contra ¨¦l y que una decena decidieron abstenerse. Incluso los republicanos que se pronunciaron contra la moci¨®n no lo hicieron por respaldarle, sino por evitarle una victoria pol¨ªtica a los dem¨®cratas.
"Si todos los senadores que han perdido su confianza en Gonzales votaran en conciencia, la votaci¨®n habr¨ªa sido un¨¢nime", dijo el dem¨®crata Charles Schumer, promotor de esta moci¨®n.
Nadie le desminti¨®. "No voy a hacer comentarios sobre el trabajo que Gonzales est¨¢ haciendo", contest¨® el republicano Jon Kyl, "pero ¨¦sta es una votaci¨®n para que el Senado haga p¨²blica su desconfianza en ¨¦l, y eso es un error". "Gonzales no tiene ninguna confianza en este lado del hemiciclo", ratific¨® el veterano senador republicano Allan Specter. Pero la minor¨ªa se ha quejado de que los dem¨®cratas acudan a un procedimiento, la moci¨®n de censura, que no se usa en la pol¨ªtica de EE UU desde hace m¨¢s de un siglo, para infligir un da?o pol¨ªtico al Gobierno.
Gonzales fue ya duramente criticado por dem¨®cratas y republicanos el mes pasado durante su comparecencia en el Senado para responder por el despido de ocho fiscales federales que se hab¨ªan resistido a presiones del Gobierno o de pol¨ªticos republicanos. Gonzales fue retratado en esa audiencia, en la que se escud¨® en su mala memoria para no responder, como un fiscal general pol¨ªticamente sectario que hab¨ªa puesto su oficina al servicio de la Casa Blanca.
Karl Rove, el principal asesor de Bush, se ha visto tambi¨¦n envuelto en este caso, como el hombre que trasladaba a Gonzales los deseos del presidente y el inter¨¦s pol¨ªtico en cada momento. Pero Bush ha dejado claro que no va a permitir que Rove declare ante el Senado bajo juramento. El asunto tiene un enorme potencial explosivo para esta Administraci¨®n, y de ah¨ª el empecinamiento de Bush por mantener a Gonzales en su puesto. Pero ese prop¨®sito se hace cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil y se complica con la votaci¨®n del Senado.
A cualquier responsable pol¨ªtico en Washington le resulta muy dif¨ªcil hacer su trabajo con la oposici¨®n del Senado, entre cuyas tareas est¨¢, precisamente, la de ratificar casi todos los altos cargos nombrados por la Casa Blanca, incluido el del fiscal general. Pero si la oposici¨®n del Senado se produce, adem¨¢s, cuando se aproxima una campa?a electoral, esa dificultad puede llegar a ser insalvable.
Eso era, en parte, lo que buscaban los dem¨®cratas con su moci¨®n de anoche, hacer que cada senador se retratara con un voto que despu¨¦s pueda ser utilizado contra ¨¦l.Gonzales es tan impopular que un voto a su favor podr¨ªa costarle el esca?o a m¨¢s de uno. Y ¨¦sa es la raz¨®n por la que muchos republicanos quieren que desaparezca del mapa. Pero en silencio, sin darle bazas pol¨ªticas al rival.
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