El S¨®nar hace la calle

Todo empez¨® una noche de 2005 a ritmo de reggaeton. Un sonido prohibido en la purista modernidad musical, que gener¨® alarma entre cierto p¨²blico. El culpable fue un descarado disc jockey del sur de Estados Unidos llamado Diplo. Durante meses, se coment¨® con pavor que en el S¨®nar se hab¨ªan escuchado cosas del estilo de La gasolina o Culo. Grandes ¨¦xitos del reggaeton, ese hip-hop verbenero de esencia caribe?a que a¨²n hoy hace furor en los politonos de los m¨®viles.

Ricard Robles: "Quiz¨¢ nos adelantemos en la apertura de miras, pero es nuestro papel

"El 'revival' de los ochenta de los ¨²ltimos tiempos se pudre y deja paso a otra cosa

Los ortodoxos de la vanguardia electr¨®nica echaban fuego, pregunt¨¢ndose c¨®mo los organizadores pod¨ªan haber cometido tal perversi¨®n. "Bueno, puede que a veces nos hayamos adelantado en la apertura de miras, y no siempre se ha entendido, pero el festival debe cumplir ese papel", explica Ricard Robles, uno de los tres codirectores de un certamen urbanita que ha llegado a convocar hasta a 80.000 personas durante un fin de semana.

A partir de ma?ana, concurren a ¨¦l abundantes y variopintos medios informativos de Espa?a (m¨¢s de 200), Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y EE UU. La presencia de p¨²blico ingl¨¦s se espera masiva y, seg¨²n datos de 2004 de la propia organizaci¨®n, el festival tiene el impacto de los 48 millones de euros que gasta su p¨²blico en la ciudad. El llamado Anti-S¨®nar -es decir, la programaci¨®n discotequera que se lleva a cabo en Barcelona aprovechando la celebraci¨®n del festival- es en esta edici¨®n descomunal, y rivaliza con la de la Winter Music Conference de Miami, la gran reuni¨®n anual de la industria de la m¨²sica electr¨®nica. S¨®nar llega a su edici¨®n n¨²mero 14 con un presupuesto de 4.350.000 euros, y convertido en una marca absolutamente global.

Y este a?o, m¨¢s que nunca, apuesta por el desprejuicio en su voluntad de hacer de escaparate de la m¨²sica moderna. Para ello, entre ma?ana y el domingo d¨ªa 16, programa 90 directos y 60 sesiones de disc jockeys. En total, 150 artistas de 17 pa¨ªses est¨¢n representados en las dos versiones del festival. La diurna -m¨¢s art¨ªstica, abierta a charlas, exposiciones y a audiovisuales- se desarrolla en el CCCB y otros espacios culturales; y la nocturna -m¨¢s hedonista-, en el gigantesco recinto de la Fira Gran Via.

Volviendo a Diplo (que repiti¨® en la edici¨®n de 2006), ¨¦l es ahora uno de los pinchadiscos de moda. Ha sido convocado incluso en el reciente Primavera Sound de Barcelona, un festival centrado en el rock independiente. Hoy, el reggaeton hace gracia como condimento ir¨®nico para ciertas m¨²sicas urbanas. Pero este a?o, S¨®nar vuelve a ir m¨¢s all¨¢ y lo convierte en plato fuerte. "Traemos al d¨²o puertorrique?o Calle 13, que componen el mejor proyecto de reggaeton del momento, con un nivel de producci¨®n muy importante", explica Robles. "Sus letras son ardientes, pero tratan a la mujer de igual a igual". Los componentes de Calle 13, Residente y Visitante, explicaron por e-mail a EL PA?S su propuesta: "Se nos ha relacionado mucho con el g¨¦nero del reggaeton, pero el que nos conoce realmente sabe que nuestra propuesta no es ¨¦sa. Los temas que se han promocionado tienen una influencia r¨ªtmica que es usual en el g¨¦nero y que nosotros, como boricuas, no podemos ignorar. Pero no sabemos si el reggaeton de hoy en d¨ªa demuestra la realidad de la calle como antes quiz¨¢ lo hac¨ªa. Creo que se ha convertido en un movimiento bastante pop, bastante vac¨ªo. En ese sentido, no somos reggaeton".

Calle 13 han recibido atenci¨®n en todo tipo de grandes medios -desde la MTV al New York Times y la revista Time- y han ganado tres grammys latinos. "Es un gran reconocimiento dentro de la m¨²sica latina", dicen, "pero el reconocimiento de la m¨²sica del pueblo lo da el propio pueblo con su cari?o y su respeto". Calle 13 acaban de sacar un ¨¢lbum en el que practican algunas colaboraciones musicales. Por ejemplo, con la rapera espa?ola por excelencia, La Mala Rodr¨ªguez, que les preceder¨¢ actuando el s¨¢bado con el acompa?amiento del guitarrista flamenco Raimundo Amador. "La m¨²sica palpita de manera espec¨ªfica en la calle, en las de aqu¨ª o en las de las favelas de Brasil", explica el codirector del festival. "Y este a?o prestamos especial atenci¨®n a ello porque apostamos por el derecho a la diversi¨®n en la pista, que nos parece necesario".

Por eso, es estrella en el festival el tr¨ªo norteamericano de raperos Beastie Boys, que se hizo famoso por reivindicar, v¨ªa hip-hop salvaje, el derecho juvenil a la fiesta, aunque hoy se muestran bastante m¨¢s serenos. La calle m¨¢s dura estar¨¢ presente en los versos agotadores de Dizzee Rascal, una de las grandes recomendaciones del hip-hop brit¨¢nico. Y tambi¨¦n, desde un ¨¢ngulo m¨¢s introspectivo, en las sesiones de m¨²sica dub-step, escalofriante y sincopado ritmo londinense hecho por j¨®venes rupturistas que unen lo jamaicano a una a tecnolog¨ªa fr¨ªa y espectral. Uno de ellos, Kode 9, comenta: "En mi opini¨®n, la ¨¦poca en la que hay que fijarse es la de mediados de la d¨¦cada pasada, con sonidos como el jungle, nacidos en la calle, pero envueltos en un gran trabajo tecnol¨®gico, y que usaban la voz como un instrumento m¨¢s". Est¨¢ claro: el revival de los ochenta de los ¨²ltimos tiempos se pudre y deja paso a otra cosa.

Es por esto -y por su esencia juerguista y urbana- que el S¨®nar presta tambi¨¦n atenci¨®n a la reivindicaci¨®n del esp¨ªritu de las raves, fiestas ilegales que marcaron el tr¨¢nsito de los ochenta a los noventa en Europa, y a ello dedica varios espacios en el festival (adem¨¢s de su propio cartel, con el circulito amarillo Smiley). Aparte de m¨²sicos franceses e ingleses del movimiento new rave, estar¨¢n viejos maestros como los miembros del proyecto tecno-fiestero Altern 8. Tampoco faltar¨¢n m¨ªticos grupos de lo surreal -la banda Devo- y otros hechiceros habituales de los grandes espacios, como Jeff Mills, dj americano de sonido tecno cl¨¢sico y seco, que acaba de ser nombrado Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno franc¨¦s. Seg¨²n Mills, que supera ya los 40 a?os, "pensar que esta m¨²sica es exclusiva de las generaciones j¨®venes ser¨ªa indecente e inexacto".