Puntualizaci¨®n

El pasado domingo 3 de junio realizaron en la p¨¢gina 24 de su rotativo, dedicada a lo que ustedes denominaron "Las secuelas pol¨ªticas del 27-M", una valoraci¨®n equivocada y tendenciosa sobre la organizaci¨®n de la que formo parte, el Partido Dem¨®crata Espa?ol (PADE) y, tambi¨¦n, sobre mi modesta persona. Al t¨ªtulo del art¨ªculo en cuesti¨®n Los partidos antiinmigraci¨®n alcanzan poder, acompa?aban expresiones tales como concejales contra los "sin papeles" o "unos 50 concejales electos preconizan en su ideario pol¨ªtico el combate contra los inmigrantes"; "ilegales", puntualizan algunos.

Cualquiera que conozca la trayectoria y actividad pol¨ªtica del PADE, partido al que, muy honrado, represento, se nos acerque, o consulte nuestros documentos ideol¨®gicos, comprobar¨¢ que la vinculaci¨®n de nuestras siglas a movimientos xen¨®fobos, racistas, extremistas o ultras es fruto de una ignorancia superlativa o de la mala fe. Como miembro del PADE prefiero pensar que esta injusta clasificaci¨®n se debe a la primera de las causas mencionadas. Personalmente, y coincidir¨¢ conmigo cualquier observador imparcial, no puede ser ultra un partido que, como el nuestro, defiende los valores democr¨¢ticos y constitucionales, la justicia social, la libertad, la moderaci¨®n de la vida p¨²blica, la regeneraci¨®n democr¨¢tica, la responsabilidad en el ejercicio de la acci¨®n pol¨ªtica y la vertebraci¨®n regional de Espa?a. Por eso ingres¨¦ en el PADE, porque creo y lucho por esas ideas.