Guy de Rothschild, un banquero legendario
Era el patriarca de una de las grandes familias de la empresa en Europa
Guy Eduard Alphonse Paul de Rothschild naci¨® en Par¨ªs el 21 de mayo de 1909, hijo del bar¨®n Edouard de Rothschild, biznieto de James, el fundador en 1812 de la rama francesa de esta familia de banqueros jud¨ªos ennoblecida, que adem¨¢s est¨¢ establecida en Londres, N¨¢poles y Viena. Su vida recorre los grandes acontecimientos del siglo XX. Tras estudiar leyes, Guy de Rothschild entr¨® a trabajar en la banca parisiense que lleva su nombre en 1931. La experiencia, seg¨²n contaba ¨¦l mismo, no fue muy excitante. "Se dedicaban, amablemente, a prolongar el siglo XIX", dijo.
Pero los tiempos iban en una direcci¨®n muy distinta. El irresistible ascenso de Hitler en Alemania y la ola de antisemitismo que recorri¨® Europa -su nombre fue incluido en la lista de Las 200 familias que controlan Francia- se combinaron con la llegada al poder del Frente Popular, que nacionaliz¨® buena parte de sus inversiones. Se cas¨® en 1937 con una prima lejana suya de origen h¨²ngaro, Alich Schey, y cuando las tropas nazis invadieron Francia en 1939, y en su condici¨®n de oficial de caballer¨ªa particip¨® en la batalla de Dunkerque, fue condecorado con la Cruz de Guerra. Finalmente cruz¨® el canal de la Mancha en la triste retirada. El Gobierno colaboracionista de Vichy le desposey¨® a ¨¦l y a toda su familia de la nacionalidad francesa, y tambi¨¦n de su patrimonio.
Guy de Rothschild se traslad¨® a Estados Unidos para unirse a sus padres y all¨ª, en 1941, naci¨® su primer hijo, David. Sin embargo, al poco tiempo volv¨ªa a Londres y se un¨ªa a la resistencia liderada por el general Charles de Gaulle. Cuenta la leyenda que su barco fue torpedeado y hundido por un submarino alem¨¢n, pero el bar¨®n fue rescatado y lo celebr¨® bebi¨¦ndose una botella de Chateau Laffite 1895 de los vi?edos de la familia.
Acabada la guerra, opt¨® por quedarse en Europa, concretamente en Francia. Recuper¨® la vieja banca familiar, rescat¨® asimismo las propiedades industriales que le hab¨ªan requisado los nazis, se lanz¨® de lleno en las labores de reconstrucci¨®n y forz¨® a las empresas en las que ten¨ªa participaciones a utilizar los servicios de su banca. En poco tiempo la convirti¨® en una potencia financiera. A mediados de la d¨¦cada de 1950, en plena crisis de la guerra de Argelia, contrat¨® a un gerente muy peculiar llamado Georges Pompidou, que luego ser¨ªa presidente de la Rep¨²blica francesa.
En 1976, coincidiendo con el 150? aniversario de la llegada a Par¨ªs del primer Rothschild, el bar¨®n procedi¨® a una reestructuraci¨®n de los negocios familiares. La banca Messieurs de Rothschild Fr¨¨res cambi¨® su nombre por el de Banque Rothschild, y la sociedad que controlaba las propiedades familiares, Compagnie du Nord, entr¨® comprando el 70% del capital. Al mismo tiempo restableci¨® las relaciones empresariales con la rama brit¨¢nica NM Rothschild.
Pero Francia iba a darle un segundo susto al bar¨®n Guy de Rothschild. La llegada de la izquierda al poder en 1981, de la mano del socialista Fran?ois Mitterrand, supuso la segunda nacionalizaci¨®n de su banca. En esta ocasi¨®n, indignado por el trato recibido, el bar¨®n, aunque ya se hab¨ªa retirado del cargo de director ejecutivo, volvi¨® a exiliarse a Estados Unidos. Ser¨ªa su hijo David el encargado de reconstruir el negocio que desde 1987 se denomina Banco Rothschild & Cie. Actualmente comparten la propiedad a partes iguales la rama francesa y la brit¨¢nica.
Hombre de porte aristocr¨¢tico, elegante, bon vivant, el bar¨®n pose¨ªa tambi¨¦n, entre otros muchos negocios, las famosas bodegas de Burdeos que llevan su nombre. Se cas¨® dos veces. La segunda, en 1957, tras divorciarse de su primera mujer, con Nyevelt de Haar, de una familia cat¨®lica de la nobleza holandesa. Un matrimonio que le llev¨® a renunciar a la presidencia del Consistorio jud¨ªo, organizaci¨®n creada en 1905 por los jud¨ªos franceses. Le sobreviven dos hijos: David y Edouard. Este ¨²ltimo es el principal accionista del diario franc¨¦s Lib¨¦ration.
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