El turista gru?¨®n
Cada ¨¦poca tiene sus man¨ªas. A los romanos les gustaba ver a los leones ara?ando el culo a los cristianos. A los chinos les encantaban los jarrones, como a los falleros. Y ahora, lo que nos gusta es viajar. Viajar a cualquier lado. Lo mismo nos da ir a Abrazamoscas que a San Petersburgo. El caso es tener el culo en movimiento como Shakira. Por eso Shakira viaja tanto. Yo creo que, por mucho que lo digan los poetas, viajar no le gusta a nadie. Lo que nos gusta es llegar al destino, pero el viaje es un tost¨®n.
Viajar consiste b¨¢sicamente en llevarse una maleta llena de ropa limpia para traerla sucia. Todo el mundo dice que viajando se aprende; pero, para ser sinceros, viajar lo que de verdad produce es estre?imiento. Al salir de tu casa, el culo se cierra en banda y no suelta prenda. Por eso en los aviones hay m¨¢s puertas de emergencia que v¨¢teres. Y en los hoteles lo saben, por eso lo que se gastan en toallas lo ahorran en papel higi¨¦nico. Siempre est¨¢ empezado y con un piquito doblado, que debe de ser la firma del ¨²ltimo estre?ido.
Durante los viajes en grupo no se puede ofender a la gente del pa¨ªs. Cuidado, se ofenden pronto: "?Vamos, amigo, prueba nuestro yogur caliente de perro!"
Adem¨¢s, no hay nada m¨¢s triste que un aeropuerto. En los aeropuertos no se r¨ªe nadie. Ves a la gente seria, tirada en los sillones o despidi¨¦ndose con l¨¢grimas, rodeada de bultos. Parece que, en vez de iniciar un viaje, les fueran a operar de la ves¨ªcula. Que, por cierto, ¨¦sa ser¨ªa una utilidad de los viajes largos. Ya que est¨¢s tan aburrido y tan inc¨®modo, esos viajes se podr¨ªan aprovechar para operarte de algo. En vez de zumo, un trapo con cloroformo, de forma que cuando llegaras a Canc¨²n, adem¨¢s de no tener jet lag, llegar¨ªas a tu destino con un lifting, una liposucci¨®n y tres ri?ones, que en Canc¨²n te van a hacer falta con la barra libre.
En el avi¨®n, todo est¨¢ preparado para jorobarte. ?Por qu¨¦ cuando despegas y aterrizas hay que plegar la bandejita? "Huy, gracias, por si acaso hay un accidente y morimos todos, al menos que no se me derrame el caf¨¦ en los pantalones. Tendr¨¦ una muerte digna". Y tambi¨¦n hay que poner el respaldo recto; para que el de atr¨¢s pueda plegar la bandejita, debe de ser... O eso, o para morir inc¨®modo. Claro, que si te agobias siempre puedes conectar el aire acondicionado, ese chorro potente y direccional que te permite tener tres cent¨ªmetros de la cabeza muy fr¨ªos... Hay gente que con este sistema se ha quitado las verrugas de la nuca. As¨ª que, si os encontr¨¢is una gominola en un avi¨®n, mejor no os la com¨¢is.
Luego hay que reconocer que el cintur¨®n de seguridad tampoco es que sea la leche. El tren de la bruja de la feria de mi pueblo tiene un sistema bastante m¨¢s elaborado. Claro que en mi pueblo son tan impredecibles que lo ponen para que nadie pueda pegar a la bruja.
Ahora la cosa es comprar los billetes por Internet, en las agencias de viaje de Internet, un sin¨®nimo de "no trabajar". Por Internet puedes, por ejemplo, alquilar una casa en el monte para hacer turismo rural. Hay que explicar un poco lo que es el turismo rural, que no es que un paleto vaya a la ciudad, es m¨¢s bien al rev¨¦s. Vas t¨² donde el paleto para que se r¨ªa de ti. El lugar es una casa en ruinas al precio de un loft en Manhattan. A cambio, las vistas a trav¨¦s de las mosquiteras son preciosas. Menos mal que siempre puedes contratar unas excursiones que consisten en subir a una monta?a para ir a una fuente donde el agua sale superpura. Pero descubres que no la puedes beber, porque est¨¢ tan fr¨ªa que si le das un trago te duele la cabeza toda la tarde.
Hay gente con gingivitis que ha perdido los dientes por el agua pura. Por eso la gente de los pueblos, en general, tiene tan pocos dientes. Recuerdo que una vez fui a beber de un agua muy pura en una monta?a. Y venga a beber, y venga a beber... Y luego me enter¨¦ de que los del pueblo lavaban los pa?ales arriba? Y en el pueblo no hab¨ªa ni?os. Misterios de los viajes.
Si el turismo rural no es lo tuyo, siempre te puedes apuntar a un viaje en grupo, que es divertid¨ªsimo. Vas con unas personas a las que no conoces de nada, pero de repente es ?tu grupo! Todos segu¨ªs al se?or del paraguas, porque ¨¦l es tu ¨²nico contacto con la realidad, y crees que si pierdes al se?or del paraguas vas a morir, porque es el ¨²nico que sabe frases clave para espantar a los que piden dinero, en varios idiomas.
Pero lo peor de los viajes en grupo son las amenazas. Se pasan todo el rato amenazando: "Ahora vamos a parar aqu¨ª 20 minutos. ?Pero si en 20 minutos no est¨¢is, nos iremos y os dejaremos abandonados aqu¨ª, en Kurcijist¨¢n! ?Donde los hombres son violentos, y puntuales!".
En estos viajes se suele ir en autobuses que se caracterizan por tener un v¨ªdeo sin tracking y un micr¨®fono con el que no se entiende nada: "Y no se pierdan aqu¨ª la excelente visi¨®n del majestuoso Sdlkjsfdkfj, en la que es muy f¨¢cil ligar si se entra con un d?alskdsdf; las mujeres se les tirar¨¢n a los brazos y les har¨¢n un ?lsjsdfkj". Aqu¨ª tambi¨¦n te suelen amenazar: "?Pero cuidado con las mujeres de Kurcijist¨¢n, porque si usted hiciera algo como sdkfjlkajsd, al bajar del autob¨²s les esperar¨ªa una muerte lenta y dolorosa!".
Eso s¨ª, lo que no se puede hacer en estos viajes es ofender a la gente del pa¨ªs. Y cuidado, porque se ofenden pronto: "?Vamos, amigo, prueba nuestro yogur caliente de perro...! ?Si t¨² no pruebas, t¨² ofendes a toda mi familia! Y ahora dale un beso al se?or del herpes gigante, que se le ha muerto la cabra..., est¨¢ triste. ?Vamos! ?Besa en la boca y acaba el yogur de perro, que eso fr¨ªo no hay quien se lo trague!".
Si no quieres estas incomodidades, siempre puedes hacer el turismo sin turismo, conocido como "los hoteles con pulsera". El reclamo no puede ser mejor: comer y beber hasta reventar. Este turismo suelen elegirlo los reci¨¦n casados, con el siguiente pensamiento: ?para qu¨¦ nos vamos a esperar hasta los 40 para ponernos gordos si en una semana podemos ver c¨®mo ser¨¢ nuestro futuro? Y t¨², que te hab¨ªas casado con una chica mon¨ªsima, vuelves a Espa?a con la Bruja Aver¨ªa, oliendo a aguacate y con la cabeza llena de trenzas. A cambio, t¨² vuelves tan gordo y con tan poca movilidad que te tiene que limpiar el culo un p¨¢jaro.
Los que m¨¢s ganas tienen de viajar son los j¨®venes, porque es lo m¨¢s parecido a irse de casa que pueden hacer. Para estos menesteres, los Gobiernos han inventado una cosa que se llama
Interrail. En esta modalidad, el reto consiste en irse lo m¨¢s lejos posible y conseguir volver sin haber gastado dinero. Cuando vuelve alguien de Interrail le preguntas: "?Qu¨¦ has comido en Austria?". "Ch¨®ped"... "?Y en Checoslovaquia?". "Ch¨®ped"... "?Y en Kurcijist¨¢n?"... "Yogur de perro, que, si no, se enfadan".
Ligar en el Interrail es complicado. Normalmente se liga con chicas que tambi¨¦n est¨¢n de viaje, con lo cual ya no te fijas en si es guapa o no. Es m¨¢s importante cu¨¢ntos d¨ªas lleva sin ducharse. ?Y qu¨¦ le ofreces a una chica en esa situaci¨®n? No es f¨¢cil: "Eh, guapa... Si quedas conmigo, que sepas que hay una lata de mejillones que tiene tu nombre. ?Y qu¨¦ te parecer¨ªa un poco de agua... potable?".
Est¨¢ claro que el Interrail triunfa m¨¢s por la fama que tiene que por lo que es en realidad, que te dicen: "Vete a Noruega. All¨ª los espa?oles pillan cacho todos, es llegar y te bajan los pantalones". Y llegas all¨ª y te ves solo con tu amigo El Chapas, que entre los dos ten¨¦is seis euros, en una estaci¨®n que est¨¢ en un descampado, y, efectivamente, te quitan los calzoncillos, el chorizo y la faltriquera con el pasaporte que te cosi¨® tu madre al forro de los bermudas. Y t¨², mientras, piensas: qu¨¦ bien estar¨ªa en Torrevieja con mis padres comiendo paella de Paellador, abras¨¢ndome el culo en el asiento y con los codos ardiendo en esas mesas como de espejo, el mejor invento de los bares de costa.
Pero de todas las formas que hay de hacer turismo, la m¨¢s extrema es el turismo en pareja. El viaje es muy diferente si lo haces con un rollete o si lo haces con la pareja estable. Con la pareja estable es como si estuvieras haciendo la mili. Madrugas m¨¢s que cuando vas a trabajar porque no te puedes perder el desayuno. Si vas con un rollete y te pierdes el desayuno da igual, te tomas un caf¨¦ por ah¨ª o vas directo a la cerveza. Pero la pareja estable lleva un plan de viaje que ella ha preparado durante seis meses: se ha metido en todos los foros de Internet y se ha subrayado con fosforito la gu¨ªa de El Pa¨ªs Aguilar. Algunas llevan tatuado en el pecho los itinerarios que hay que seguir, como el de Prison Break.
Y es mucho peor si la pareja viaja en coche, porque eso ya es un no parar de discutir. Antes se discut¨ªa porque, cuando te perd¨ªas, ella te dec¨ªa: "Para y pregunta". Ahora llev¨¢is GPS, pero la mujer, en general, no cree en los aparatos. A ella le gusta desplegar el plano, met¨¦rtelo en un ojo, taparte toda la visibilidad, y luego lo dobla mal y queda m¨¢s gordo que El c¨®digo Da Vinci y no cabe en la guantera, as¨ª que lo tira al asiento de atr¨¢s con el resto de porquer¨ªas que ha ido tirando: una bolsa de patatas, unas chanclas, los peri¨®dicos, el pareo, una piedra de recuerdo, una manzana que ha cogido del hotel (por si le daba hambre), botellas de agua de varios d¨ªas (calentita y con olor a pl¨¢stico)... Llevas el coche de tal manera que, si lo aparcas mal, no sabes qui¨¦n se lo va a llevar antes, si la gr¨²a o el cami¨®n de la basura.
No es que yo est¨¦ en contra de los viajes en pareja, pero si viajas con pareja estable vuelves con m¨¢s estr¨¦s del que ten¨ªas. ?De d¨®nde sacar¨¢n esa energ¨ªa las mujeres en los viajes? Son como Carlinhos Brown despu¨¦s de tomarse la p¨®cima de Ast¨¦rix. No se les puede quedar una iglesia por ver. Ella tiene que ir a todos los sitios que le han recomendado sus amigas y a todos los que ha le¨ªdo en las revistas: el verm¨², en Via Veneto; comer fettuccini, en el Trastevere, y el capuchino, en la Piazza Navona. Y le tienes que hacer una foto con el m¨®vil tom¨¢ndose el capuchino para que se la mande a todas sus amigas. A ti no te hace falta la foto para acordarte del capuchino. Con lo que te clavan, no se te olvida en la vida.
No pod¨¦is parar ni a echaros la siesta porque ella quiere ver todas las piedras del Foro. Y te va leyendo a qui¨¦n pertenece cada pedrusco: "?sta es la casa de Trajano, ¨¦sta es la de Plinio el Viejo, ¨¦sta es la de Tito Livio...". Que te dan ganas de preguntar: "?Y la de Torrebruno?, ?a que ¨¦sa no te la sabes?".
Pero aunque el turismo en pareja es el m¨¢s extremo, no es el peor. El peor turismo del mundo es el que haces cuando eres ni?o, que te da igual donde te lleven porque t¨² s¨®lo miras el suelo? Y adem¨¢s no decides nada: a los sitios guays para ver, tus padres no quieren entrar. El Museo de la Tortura suele ser un sitio pol¨¦mico, que al final tu padre te lleva, y se oye a tu madre desde fuera: "?Blablabl¨¢ irresponsable, blablabl¨¢ no est¨¢ preparado, blablabl¨¢!"... Y cuando sales de ah¨ª est¨¢s flipao. Con seis a?os, y ya sabes utilizar el verbo empalar. ?Y eso tambi¨¦n es cultura, hombre!
En fin, feliz verano, disfrutad de vuestros viajes, y si ten¨¦is que cometer un delito, esperaos a la vuelta, que las c¨¢rceles del extranjero son horribles y adem¨¢s no te entienden cuando les gritas: "?No, por favor!".
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