Una ¨¦poca borgiana
Estad¨ªsticas
Si la mayor¨ªa de los problemas de este mundo estuvieran ya resueltos se entender¨ªa mejor el triunfo de la derecha, porque tiene m¨¢s salero y m¨¢s solvencia y m¨¢s veteran¨ªa, pero si no es cierto es que la verdad es invisible
A Borges ya no lo leen m¨¢s que los especialistas en tesis y tesinas universitarias, algunos profesores de letras secundarias y aficionados un tanto esot¨¦ricos a la manera de F¨¦lix de Az¨²a. El pulcro maestro argentino dej¨® dicho que la democracia era un error, o un abuso, ya no me acuerdo, de la estad¨ªstica, y lo mismo pasa con la liga espa?ola de f¨²tbol. Soci¨®logos de vocaci¨®n aficionada dan en establecer un cierto nivel de paralelismo entre el equipo que se alza con la competici¨®n y el nivel de renta de la comunidad o ciudad a la que dice representar, pero en la pen¨²ltima jornada de este campeonato (sin ganador claro cuando escribo esta tonter¨ªa) bast¨® un minuto de oro para trastocar todas las certidumbres, debido al fallo o a la habilidad de alg¨²n futbolista en particular y en el ¨²ltimo minuto. Y eso es magia de postrimer¨ªas. Incentivada.
Qui¨¦n lo dir¨ªa
Es desalentador que baste la amenaza del terrorismo etarra de volver a las andadas para que los partidos dejen de tratarse como ebrios tabernarios y traten de hacer las paces para reconstruir el asunto. ?Qu¨¦ asunto? El de la lucha contra ETA, claro, lo que visto de lejos es lo m¨¢s pr¨®ximo a cogerse a un clavo ardiendo para volver a las maneras educadas. Es posible que en los meses anteriores Zapatero haya pecado de exceso de confianza en su famoso optimismo antropol¨®gico, cuando est¨¢ claro desde siempre que el terrorismo vasco juega en otro escenario, pero es seguro que Rajoy y los suyos, o al rev¨¦s, han manifestado las mayores atrocidades desde el franquismo sin que nadie haya pedido excusas o reconocido que esas perversas afirmaciones estaban en deuda exclusivamente con el fragor de otra batalla. Desgraciadamente, ETA es algo m¨¢s que un fantasma sombr¨ªo, pero a veces da la impresi¨®n de que, para algunos, si no existiera habr¨ªa que inventarla, cuando en realidad se basta a s¨ª misma para reinventarse sin tregua.
Talism¨¢n de centro
El hundimiento de la izquierda en las recientes elecciones legislativas francesas parece inaugurar una nueva etapa no tanto en las habilidades de las formaciones pol¨ªticas como en la dispensaci¨®n del voto en los electores. Se vota centro, energ¨ªa y eficacia, aunque nadie sepa muy bien c¨®mo se conjugan esos t¨¦rminos en un proyecto pol¨ªtico, mientras que las referencias m¨¢s o menos caritativas a los excluidos y a una sociedad m¨¢s igualitaria no parece interesar a nadie m¨¢s que a cuatro trotskistas extraviados. El anta?o todopoderoso Partido Comunista ni siquiera alcanza la barrera del 5 % de los votos, en una tendencia que le llevar¨¢ a la desaparici¨®n a corto plazo, como si, a juicio de los votantes, ya no tuviera pol¨ªtica de la que ocuparse de una manera solvente. El aplastante triunfo de la derecha se ha interpretado como indicio de una situaci¨®n que no responde a la cl¨¢sica divisi¨®n entre derecha e izquierda, refundando un habitat pol¨ªtico que, parad¨®jicamente, controla la derecha. ?Es casual que el regreso de la derecha fuerte coincida con la crisis de identidad de la Uni¨®n Europea?
Coches por contenedores
Para una vez que se dise?a con cierta gracia la fachada mar¨ªtima y su ligaz¨®n con la ciudad, pese al tumulto pijo de la Copa del Am¨¦rica, aqu¨ª que llegan los mala sombra de siempre para segregar un circuito urbano para b¨®lidos de f¨®rmula uno donde estaba pensado abrir un entorno m¨¢s o menos apacible para disfrute del ciudadano. Un circuito de urgencia que ser¨¢ utilizado apenas un par de veces por temporada, y que mientras tanto acrecentar¨¢ el tumulto del tr¨¢fico de a diario, convirtiendo en un vial de alta densidad un proyecto que parec¨ªa asumible pese a algunos reparos.
Asalariados
La pregunta es cu¨¢nto gana una empresa para pagar a uno de sus grandes directivos unos mil millones anuales, como se informaba el otro d¨ªa en este diario. Claro que no todos re¨²nen tantos m¨¦ritos, pero s¨ª lo bastante como para alzarse, entre unas cosas y otras, con sueldos de sesenta, noventa o ciento veinte millones, lo que tampoco es poca cosa. La otra pregunta es a qu¨¦ demonios se dedican esas empresas para ganar tanto dinero en una sociedad de mileuristas. No estoy muy atento a la informaci¨®n econ¨®mica de la prensa diaria, pero en algunas noticias breves no es raro encontrarse con multitud de empresas que han obtenido el 50, el 40 o el 30% m¨¢s de beneficios que en id¨¦ntico periodo del ejercicio anterior, as¨ª que si esos negocios van tan viento en popa no se acaba de entender c¨®mo la retribuci¨®n de los empleados del nivel m¨¢s bajo apenas compensa el incremento del IPC, incluso entre el profesorado universitario. Estafas te da la vida.
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