Leerlo como novedad literaria
ME PREGUNTAN c¨®mo leer el Cantar de Mio Cid a los 13 a?os. En realidad da igual tener 13 o 43. Ante un libro antiguo s¨®lo hay dos opciones de lectura: o convertirse en un arque¨®logo o convertir al libro en una novedad literaria. Un arque¨®logo lo lee buscando el rastro de otros tiempos, de otros hombres y de otros mundos. Una novedad literaria se lee buscando en ella nuestro tiempo, nuestro mundo y a nuestros semejantes. En ambos casos se necesita la ayuda de alguien que domine la lengua, porque el Cantar est¨¢ escrito en otro idioma. Podr¨ªamos traducirlo como traducimos la Il¨ªada; pero ser¨ªa una pena, porque en las traducciones siempre se pierden matices, y el idioma del Cantar, aunque no es el nuestro, tampoco es ininteligible. Con un poco de esfuerzo y sobre todo con ayuda (la ayuda es muy importante) se entiende bastante bien.
Si yo tuviera 13 a?os leer¨ªa el Cantar como si fuera una novedad literaria. Ya tendr¨¦ tiempo de hacer arqueolog¨ªa. Lo leer¨ªa como si fuera la historia de un tal Rodrigo, brillante Sales Manager en una empresa de compra-venta de terrenos. Al fin y al cabo, la Reconquista fue una gigantesca expropiaci¨®n de tierra. El prometedor futuro de Rodrigo se viene abajo cuando sus enemigos dentro de la empresa lo acusan de un delito que no ha cometido. El Executive President lo destierra. O, mejor dicho, lo des-Tierra. Porque si hici¨¦ramos una lectura radicalmente contempor¨¢nea del Cantar, Rodrigo ser¨ªa un h¨¦roe de ciencia-ficci¨®n. Los moros ser¨ªan nuestros marcianos. Y las batallas en las que caen como moscas ser¨ªan jornadas intensivas de oficina, una honrada manera de ganarse el pan. Porque Rodrigo aparece en el Cantar como un currante que quiere recuperar la confianza del Executive President. Sus enemigos son pijos de buena familia, arist¨®cratas que no han trabajado en la vida, y que en su af¨¢n por hacerle da?o violan a sus hijas y las dejan tiradas en un arc¨¦n. Otro en su lugar se hubiera vuelto loco y se habr¨ªa tomado la justicia por su mano. Pero Rodrigo no. Rodrigo pone una denuncia y los lleva a juicio, algo bastante civilizado y moderno para el siglo XII. El Cantar termina con la condena de los arist¨®cratas y la demostraci¨®n de que Rodrigo, un honrado matamoros de clase media, es inocente. ?Ay, qu¨¦ buen Sales Manager, si tuviera buen Executive President!
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