El ascenso del Jap¨®n progresista

Cuando se habla del ascenso de Asia, casi todo el mundo piensa en China e India. Nos olvidamos de que Jap¨®n tiene una econom¨ªa que, con un volumen de cinco billones de d¨®lares -m¨¢s que la china y la india juntas-, es la segunda del mundo, y cuenta con una renta per c¨¢pita que es diez veces la de China. Adem¨¢s, Jap¨®n dedica 40.000 millones de d¨®lares anuales a gastos de defensa y posee uno de los cinco mayores ej¨¦rcitos del mundo. La econom¨ªa china crece a m¨¢s velocidad, y probablemente superar¨¢ en volumen total a Jap¨®n en el plazo de 10 o 20 a?os; pero cualquier an¨¢lisis serio del poder en el este asi¨¢tico debe incluir a Jap¨®n como factor fundamental.

Jap¨®n ha desempe?ado un papel ¨²nico en la historia mundial. Fue el primer pa¨ªs asi¨¢tico que se encontr¨® con las fuerzas de la globalizaci¨®n, las domin¨® y las utiliz¨® en su propio beneficio.

Jap¨®n fue el primer pa¨ªs asi¨¢tico que se encontr¨® con las fuerzas de la globalizaci¨®n, las domin¨® y las utiliz¨® en su propio beneficio

En los ¨²ltimos tiempos, el pa¨ªs est¨¢ m¨¢s dispuesto a utilizar su poder y es m¨¢s consciente de los cambios en el equilibrio de poder mundial

A ello hay que a?adir que Jap¨®n se ha reinventado a s¨ª mismo en dos ocasiones. Durante la restauraci¨®n Meiji del siglo XIX, Jap¨®n recorri¨® el mundo en busca de ideas y tecnolog¨ªas que despu¨¦s le permitieron derrotar a una gran potencia europea en la guerra ruso-japonesa de 1904. Por desgracia, de ah¨ª pas¨® al imperialismo materialista de los a?os treinta, que acab¨® desembocando en su rendici¨®n y ocupaci¨®n en 1945.

Pero en el periodo posterior a la II Guerra Mundial, Jap¨®n volvi¨® a utilizar las fuerzas de la globalizaci¨®n para reinventarse como superpotencia econ¨®mica y convertirse en la envidia del mundo. Como alega Kenneth Pyle en el interesante libro que acaba de publicar, Japan rising [El ascenso japon¨¦s], esas reinvenciones de Jap¨®n se produjeron como reacci¨®n a una serie de cambios externos en la pol¨ªtica mundial. Ahora, en plena ascensi¨®n de China, uno de los grandes interrogantes de este siglo ser¨¢ la reacci¨®n japonesa.

El pol¨¦mico art¨ªculo 9

Los japoneses debaten hoy su lugar en la pol¨ªtica mundial. El primer ministro, Shinzo Abe, ha adoptado una postura m¨¢s nacionalista que la mayor¨ªa de sus predecesores, y su Partido Dem¨®crata Liberal est¨¢ decidido a revisar el art¨ªculo 9 de la Constituci¨®n, que s¨®lo permite actuar al ej¨¦rcito en defensa propia. La opini¨®n p¨²blica est¨¢ dividida al respecto, y las encuestas ofrecen resultados distintos en funci¨®n del enunciado de las preguntas. No obstante, muchos analistas avisados creen que la Constituci¨®n se modificar¨¢ antes de diez a?os.

Aunque Abe ha reafirmado su presidencia al visitar China y tratar de limar las asperezas creadas en las relaciones por su predecesor, Junichiro Koizumi, que acudi¨® en varias ocasiones al santuario de Yasukuni (en el que est¨¢n enterrados 14 criminales de guerra de clase A, de la II Guerra Mundial), mucha gente no sabe qu¨¦ pensar sobre su visi¨®n a largo plazo. Como me dijo un conocido intelectual japon¨¦s durante una visita reciente a Tokio: "Puedo aceptar que haya una revisi¨®n constitucional dentro de un tiempo, pero no mientras Abe sea primer ministro".

En mayo, Asahi Shimbun, un gran peri¨®dico famoso por su tendencia progresista y de izquierdas, propuso una idea alternativa para el Jap¨®n del siglo XXI en una serie de 21 editoriales, en los que rechazaba la idea de revisar el art¨ªculo 9 y, en su lugar, propon¨ªa que la Dieta Japonesa [Parlamento] legalizase el papel de las Fuerzas de Autodefensa. Asahi aceptaba el tratado con Estados Unidos que constituye la base de la seguridad de Jap¨®n, pero no estaba de acuerdo en que Jap¨®n tenga derecho a una autodefensa colectiva.

Curiosamente, una de las razones alegadas para conservar el art¨ªculo 9 es que dar¨ªa a Jap¨®n m¨¢s fuerza para resistir las presiones estadounidenses para integrarse en "coaliciones de los dispuestos a intervenir" y actuar fuera de sus fronteras. A Asahi le preocupa el precedente que se cre¨® cuando Koizumi envi¨® las Fuerzas de Autodefensa japonesas a Irak -aunque en calidad de no combatientes- para agradar al presidente George W. Bush. Los conservadores defienden todo lo contrario: que precisamente por esos motivos es importante abolir el art¨ªculo 9.

La visi¨®n que propone Asahi es la de un Jap¨®n que se convierta en potencia mundial como proveedor y coordinador de bienes p¨²blicos mundiales que puedan aprovechar todos los pueblos, sin exclusiones: bienes como la libertad de los mares o un sistema monetario internacional estable. Ser¨ªa una forma de que Jap¨®n dejase atr¨¢s su reputaci¨®n de aislamiento, evitase los errores de su historia militar, mejorase sus relaciones con los vecinos asi¨¢ticos que siguen acord¨¢ndose de los a?os treinta y reforzase su poder blando y de atracci¨®n.

M¨¢s en concreto, Asahi considera urgente que Jap¨®n encabece la tarea de afrontar el cambio clim¨¢tico mundial, con el aval que le da su trayectoria de grandes innovaciones en conservaci¨®n energ¨¦tica tras las crisis del petr¨®leo de los a?os setenta. En una interesante confluencia de acontecimientos, poco despu¨¦s del editorial de Asahi, Abe se comprometi¨® a reducir las emisiones de gas de efecto invernadero en Jap¨®n de aqu¨ª a 2050 y a ayudar a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo a integrarse en un nuevo r¨¦gimen sobre el clima derivado del Protocolo de Kioto.

El nuevo papel nip¨®n

La propuesta de Asahi otorga tambi¨¦n a Jap¨®n una participaci¨®n importante a la hora de estabilizar la globalizaci¨®n, mediante el apoyo al comercio internacional y las instituciones monetarias; aliviar la pobreza mundial, mediante el incremento de la ayuda al desarrollo en otros pa¨ªses, especialmente en ?frica; contribuir a desarrollar instrumentos para la prevenci¨®n y gesti¨®n de conflictos, como la Comisi¨®n de Consolidaci¨®n de la Paz de Naciones Unidas, y participar en las misiones de paz de la ONU.

En cuanto al ascenso del gran vecino de Jap¨®n, esta visi¨®n progresista recomienda seguir trabajando con paciencia y tenacidad para contribuir a que China avance hacia una mayor transparencia, el imperio de la ley y la democratizaci¨®n, adem¨¢s de la adhesi¨®n a las normas internacionales que gobiernan el orden mundial. Al mismo tiempo que debe conservar su alianza con Estados Unidos, "Jap¨®n siempre debe tener presente la importancia estrat¨¦gica de estabilizar su relaci¨®n con China". Si ayuda a China en las ¨¢reas de la energ¨ªa y los problemas ambientales, es posible que "las cicatrices de la guerra con Jap¨®n empiecen a cerrarse".

En los ¨²ltimos tiempos, Jap¨®n se muestra m¨¢s dispuesto a utilizar su poder y m¨¢s consciente de los cambios experimentados en el equilibrio de poder mundial. Est¨¢ en ascenso, pero ?en qu¨¦ sentido? Como me dijo un japon¨¦s progresista: "?sta es la tercera vez que respondemos a la globalizaci¨®n. ?Qu¨¦ podemos aportar en esta ocasi¨®n?".

Joseph S. Nye es catedr¨¢tico en Harvard y autor de Soft Power: The Means to Success in World Politics. ? Project Syndicate, 2007. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia