Moore afronta el ¨¦xito o la ley
El director env¨ªa una copia de 'Sicko' a Canad¨¢ por miedo al embargo
?Podr¨ªa Michael Moore acabar en la c¨¢rcel? No se trata del t¨ªtulo de su pr¨®xima pel¨ªcula. Ni de una campa?a de promoci¨®n de su ¨²ltimo filme. El pol¨¦mico e irreverente cineasta ha violado las leyes de comercio de Estados Unidos al viajar a Cuba para filmar parte de su nuevo trabajo. Sicko ha llegado a las salas de Nueva York este fin de semana con una gran ovaci¨®n, una semana antes de la fecha prevista para su estreno, el d¨ªa 29. ?La raz¨®n? Hay para elegir. La oficial: las expectativas eran tan altas que se anticip¨® un pase para los neoyorquinos. La oficiosa: el temor de Moore a que la pel¨ªcula no llegue a estrenarse si el Departamento del Tesoro dicta el embargo de la obra. Ante esta posibilidad, el director confirma a este peri¨®dico que ha puesto una copia a buen recaudo en Canad¨¢.
La nueva pel¨ªcula cuestiona el sistema sanitario de Estados Unidos y ensalza el de Cuba
Si el realizador levant¨® ampollas con Bowling for Columbine; si Fahrenheit 9/11 se convirti¨® en el documental que m¨¢s dinero ha recaudado de la historia del cine; Sicko no va a dejar indiferente a nadie. Michael Moore ha apuntado su c¨¢mara hacia el sistema sanitario norteamericano. En EE UU no hay cobertura universal. Cada ciudadano o empleador es responsable de contratar un seguro que muchas veces cubre hasta un tope m¨¢ximo de dinero. Los precios de las consultas son astron¨®micos y pueden llegar a 400 d¨®lares por una simple visita al ginec¨®logo o a m¨¢s de mil por acudir a emergencias por un c¨®lico. El Estado s¨®lo cubre a las personas de ingresos muy bajos y a ancianos, jubilados y personas dependientes. Lo dem¨¢s es cuesti¨®n de poder pagarse el m¨¦dico. O no.
Sicko muestra a pacientes muriendo en condiciones infrahumanas en Los ?ngeles. O a la v¨ªctima de un accidente que tiene que elegir qu¨¦ dedo se le reimplanta porque no se puede permitir pagar dos implantes. Seg¨²n las cifras del director de cine, "EE UU ocupa el n¨²mero 37 en asistencia sanitaria, justo un poco por encima de Eslovenia".
"Creo que una pel¨ªcula puede cambiar las cosas", declaraba Moore tras el pase para la prensa en Washington hace unos d¨ªas. ?sa era tambi¨¦n la opini¨®n de algunos legisladores en el Capitolio, que auguraban que Sicko ser¨¢ para la necesaria reforma del sistema de salud de EE UU lo que el documental de Al Gore para la lucha contra el cambio clim¨¢tico. La diferencia es que Gore meti¨® el dedo en el ojo con un simple sistema de power point e inocentes aunque desasosegantes fotograf¨ªas y Moore decidi¨® viajar a la Cuba embargada desde 1962. Alquil¨® un bote y traslad¨® a un grupo de trabajadores de los servicios de emergencias de Nueva York afectados por los efluvios del 11-S para que recibieran asistencia sanitaria en la bah¨ªa de Guant¨¢namo. Moore quer¨ªa demostrar que los detenidos sospechosos de ser parte de Al Qaeda reciben una asistencia m¨¦dica inalcanzable en EE UU: dentista, oftalm¨®logo... Y gratis. Sobra decir que Moore no pudo anclar su paquebote en la base militar de Guant¨¢namo. Y en esto lleg¨® Fidel. Moore puso rumbo a La Habana y all¨ª encontr¨® a un doctor que trat¨® a todos los afectados. En su periplo por Cuba, el cineasta descubri¨® que bajo el comandante todos tienen m¨¦dico. "Cuba tiene un sistema de sanidad incre¨ªble para un pa¨ªs tan pobre", explica el director. "Tienen una tasa de mortalidad infantil muy baja y viven m¨¢s a?os". "Bush me est¨¢ investigando y quiz¨¢ tenga que ir a la c¨¢rcel", declara Moore. Para Harvey Weinstein, directivo de la distribuidora de Sicko, "la cerrada ovaci¨®n del p¨²blico en Nueva York confirma lo que intu¨ªamos: que la audiencia adora la pel¨ªcula". Moore cree que el precio merecer¨ªa ser pagado. Y si hay embargo del Tesoro..., siempre queda Canad¨¢.
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