La CIA y la Mafia contra Castro
Papeles desclasificados por el espionaje de EE UU detallan un intento de asesinato del l¨ªder cubano
La Agencia Central de Inteligencia (CIA) desclasific¨® ayer los famosos documentos de 1973 conocidos como las Joyas de la familia que confirman un intento de asesinato de Fidel Castro a principios de los a?os sesenta y la participaci¨®n destacada del servicio de espionaje norteamericano en la desestabilizaci¨®n del Gobierno socialista de Salvador Allende en Chile, los rumores sobre el asesinato del l¨ªder paname?o Omar Torrijos y diversas operaciones relacionadas con Vietnam y la URSS, entre otros episodios en contra de la ley. Pero los abusos perpetrados no s¨®lo fueron dirigidos contra pa¨ªses o dirigentes extranjeros.
La Agencia fue objeto de cr¨ªtica e investigaci¨®n en su momento por haber ejercido el espionaje dentro de Estados Unidos, algo expresamente prohibido por la ley. Estos papeles son el resultado de esa investigaci¨®n, conducida como consecuencia del impacto por el esc¨¢ndalo del Watergate.
Lo desclasificado ayer confirma lo que muchos llevaban a?os asegurando pero no ten¨ªan pruebas que lo certificasen. Pero m¨¢s all¨¢ del valor simb¨®lico de exponer a la luz p¨²blica la historia m¨¢s oscura de la Agencia, los documentos no aportan revelaciones significativas a lo largo de las 693 p¨¢ginas de que constan. Sin lugar a duda, las p¨¢ginas m¨¢s impactantes son las que incluyen la narraci¨®n del intento de asesinato del presidente cubano Fidel Castro utilizando a un miembro de la Mafia.
"En agosto de 1960, Richard Bissell se aproxim¨® al coronel Sheffield Edwards para determinar si la Oficina de Seguridad ten¨ªa recursos que pudieran ser utilizados en una misi¨®n delicada que requer¨ªa una acci¨®n tipo g¨¢ngster. El objetivo era Fidel Castro", se lee en la p¨¢gina 13 de los documentos desclasificados. A continuaci¨®n se describe con todo detalle c¨®mo la agencia de espionaje quiso usar a un miembro de la Mafia, Johnny Roselli, en el magnicidio. Roselli "inicialmente no quiso verse implicado, pero se mostr¨® de acuerdo en presentar a un amigo, Sam Gold
[en realidad Momo Salvatore Giancana, uno de los hombres entonces m¨¢s buscados del FBI], que conoc¨ªa a gente cubana. Roselli dej¨® claro que no quer¨ªa dinero a cambio de su intervenci¨®n y cre¨ªa que Sam har¨ªa lo mismo. Ninguno de los dos individuos recibi¨® dinero de fondos de la Agencia", explican los documentos.
"Al discutir los posibles m¨¦todos para llevar a cabo la misi¨®n, Sam sugiri¨® que ellos no recurr¨ªan a las armas, pero que si le proporcionaban alguna droga potente la pod¨ªa poner en la comida o bebida de Castro y ser¨ªa m¨¢s efectivo para la operaci¨®n", queda escrito de forma literal en los documentos.
El plan qued¨® frustrado. Cuando el proyecto estaba en fase de preparaci¨®n se suspendi¨® debido al fracaso de la invasi¨®n de Bah¨ªa de Cochinos, en abril de 1961. Roselli acab¨® en la c¨¢rcel por una larga cadena de delitos.
Parte del valor m¨ªtico de estos documentos tiene que ver con la ¨¦poca en que se produjeron. Una ¨¦poca en la que mor¨ªa Stalin en la URSS; en la que el presidente Kennedy ca¨ªa asesinado en Dallas; en la que el Pent¨¢gono rociaba con napalm Vietnam y las revueltas del 68 convulsionaban Par¨ªs, Praga, M¨¦xico.... Tiempos en los que Washington se empleaba a fondo para frenar la expansi¨®n del comunismo en Am¨¦rica Latina y se derribaba a Salvador Allende en Chile.
Sobre la URSS, los documentos muestran que la CIA ten¨ªa bastantes lagunas y, en relaci¨®n con algunos momentos decisivos, una manifiesta falta de informaci¨®n. Tras la muerte de Stalin, por ejemplo, uno de los informes se afirma: "Es imposible determinar si Stalin lleva muerto alg¨²n tiempo, si ha sido asesinado o si ha muerto de la forma en que afirman los boletines m¨¦dicos oficiales".
Obviamente, la informaci¨®n de la CIA sobre Am¨¦rica Latina era mejor en esa ¨¦poca. El 15 de mayo de 1972 unos desconocidos irrumpieron en la legaci¨®n de Chile en Washington. Todas las habitaciones fueron saqueadas. "El embajador Letelier descarta el robo como posible motivo", afirma uno de los informes. Orlando Letelier fue despu¨¦s asesinado en Washington por un contratado por la CIA.
Importante a?o 1973. En plena investigaci¨®n del caso que concluir¨ªa con la dimisi¨®n del presidente Richard Nixon, el entonces director de la Agencia, James Schlesinger, se cans¨® de desayunarse cada ma?ana con las acusaciones de la prensa que aseguraban que la CIA hab¨ªa dado apoyo a dos de sus ex agentes, Howard Hunt y James McCord, ambos declarados culpables por el asalto a las oficinas del Partido Dem¨®crata en el edificio Watergate en Washington. En mayo de 1973, Schlesinger ordenaba que "todos los agentes en activo reportaran inmediatamente las actividades en las que estaban involucrados".
El resultado fueron 693 p¨¢ginas mecanografiadas de informaci¨®n que llegaron a la CIA cuando Schlesinger ya hab¨ªa dejado el espionaje y ejerc¨ªa en el Pent¨¢gono. Los documentos los recogi¨® el siguiente director, William Colby, quien se deshizo todo lo deprisa que pudo de la patata caliente y envi¨® los papeles al Departamento de Justicia. Esas 693 p¨¢ginas alcanzaron relevancia m¨ªtica desde aquel momento. Dentro de la CIA se les llamaba "esqueletos", nombre que les dio Colby.
Pero el nombre que ha perdurado popularmente durante todo este tiempo ha sido el de las "Joyas de la familia".
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