Greg Norman firma un divorcio millonario

Los tiburones no siempre son de sexo masculino. A Greg Norman, golfista -campe¨®n del Open Brit¨¢nico en 1986 y en 1993- le apodan el tibur¨®n blanco pero, en casa, la que tiene los colmillos m¨¢s afilados es su ex mujer Laura. Y es que Laura ha intentado defender con u?as y dientes su matrimonio con Norman.

Desde el punto de vista amoroso le ha salido fatal porque Norman no s¨®lo le ha dejado por la vecina -m¨¢s joven y m¨¢s guapa-, sino que tambi¨¦n lo ha convertido en algo p¨²blico. Los peri¨®dicos ingleses le han fotografiado cogido de la mano de su nueva novia tras romper un matrimonio que ha durado 25 a?os. Su nuevo romance no es una vecina cualquiera sino la gran ex tenista Chris Evert.

La reconquista de Laura ha sido un fracaso. Pero, econ¨®micamente, ha triunfado. Sus cuentas bancarias, seg¨²n acaban de decidir los jueces tras un a?o de batallas, ingresar¨¢n nada menos que 100 millones de d¨®lares. La fortuna de Greg Norman est¨¢ estimada en alrededor de 300 millones -a ello contribuyen una mansi¨®n llamada Tranquilidad en el para¨ªso de los ricos de Florida, una isla, un jet privado, un helic¨®ptero y unas cuantas hect¨¢reas de terrenos-. Laura hab¨ªa pedido que se dividiera en partes iguales para reparar el da?o moral que le hab¨ªa causado la rotura del matrimonio.

Quien ha vivido muy de cerca esta batalla familiar ha sido el golfista espa?ol Sergio Garc¨ªa, que sale con la hija de Norman.

"A nadie le gustar¨ªa sufrir lo que yo he sufrido Pero as¨ª es la vida y lo acepto. Ahora s¨®lo quiero pasar p¨¢gina", declar¨® Norman durante un viaje a su Australia natal, donde sobrevive gracias a sus negocios inmobiliarios y un imperio econ¨®mico que cre¨® a trav¨¦s de su propia marca de ropa. Y es que Evert tambi¨¦n tuvo que indemnizar con siete millones de d¨®lares a su ex marido, del que se divorci¨® el a?o pasado, el esquiador Andy Mill.

Norman ha perdido la mitad de su fortuna pero niega que, como sostiene su ex mujer, ella haya contribuido a crear su fama mundial. "Una mujer no ense?a a su marido ni a jugar al golf ni a ganar, tampoco a conseguir el ¨¦xito profesional. Quiz¨¢s el matrimonio con ella me haya abierto puertas para las actividades comerciales que he emprendido, pero el que jugaba bien al golf era yo, no ella", ha declarado Norman.

Despu¨¦s de escuchar el veredicto en los juzgados, Laura se puso sus gafas de Chanel y se fue de compras con un amigo. Tiene hasta 100 millones de d¨®lares para gastarse.