El p¨¦ndulo de Zapatero

"Tengo plena confianza en un periodo pol¨ªtico en Navarra donde la concordia, el fin del uso pol¨ªtico de la identidad de Navarra, lo que representa el enfrentamiento electoralista ¨²nica y exclusivamente por fines electoralistas y de corto o cort¨ªsimo plazo no sea lo que mueva la direcci¨®n y el devenir pol¨ªtico de Navarra", replic¨® ayer el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, a Uxue Barcos. En el breve intercambio entre ambos las pistas sobre el color del inminente Gobierno de Navarra han brillado por su ausencia.

?C¨®mo, pues, orientarse tras el chantaje abierto de Mariano Rajoy durante su intervenci¨®n del pasado martes? Si se toma al pie de la letra al l¨ªder del PP, Zapatero no tiene salvaci¨®n.

?C¨®mo orientarse tras el chantaje abierto de Rajoy durante su intervenci¨®n del martes?

?Ni siquiera haciendo un pacto PSN-UPN para gobernar Navarra o dejando el PSN a UPN gobernar en minor¨ªa? La l¨®gica de Rajoy ser¨ªa esta: tampoco en esas condiciones. ?Por qu¨¦?

Quedar¨ªa pendiente lo principal, la pistola humeante, la prueba de cargo del enga?o y la mentira: la entrega de las actas de los contactos ETA-Gobierno.

Pero Zapatero sabe que esto es un recurso de cara a la galer¨ªa. Y probablemente lo sea. Despu¨¦s de recibir a Rajoy en el palacio de la Moncloa, a ra¨ªz de la ruptura formal de la tregua, Zapatero coment¨® en privado, seg¨²n fuentes consultadas, que el l¨ªder del PP hab¨ªa acudido, entre otras cosas, por una muy elemental: porque por encima de todo le interesa el poder. Porque, entre otras cosas, se?al¨® Zapatero, Rajoy quer¨ªa mantener a UPN en el Gobierno de Navarra.

?Y el dar por caducado a Zapatero y acusarle inquisitorialmente de alta traici¨®n -pruebe su inocencia entregando las actas- es un camino para conseguir su objetivo de poder, por ejemplo, en Navarra?

Se puede llamar el p¨¦ndulo de Zapatero a aquel que en la cuesti¨®n del futuro gobierno navarro ha ido oscilando tanto por su propia ambivalencia como por fuerzas externas. En estas ¨²ltimas hay que distinguir dos: la primera, formada por personalidades pertenecientes al Gobierno y al Partido Socialista, y la segunda, por la campa?a de Rajoy y del PP.

Lo que le ped¨ªa el cuerpo a Zapatero era apoyar a sus conmilitones navarros y formar Gobierno en un pacto firmado ante notario sin letra peque?a. Acto seguido, en las 48 horas previas al anuncio de ruptura de la tregua, razon¨® que para evitar un impacto negativo de esa decisi¨®n sobre los electores socialistas del resto de Espa?a -evitar una erosi¨®n similar a la provocada por el guirigay del tripartito catal¨¢n- lo mejor ser¨ªa abrir un par¨¦ntesis -esa palabra tan de moda- hasta despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones generales, dejando gobernar en minor¨ªa a UPN. Y, en el medio de este movimiento pendular, ha tenido lugar el asalto frustrado de Rajoy a la ciudadela del poder, con Navarra y las actas en el punto de mira.

Aunque Rajoy est¨¢ dispuesto a pactar en Navarra con quienes traicionan a los muertos y han perdido toda credibilidad -Zapatero y el PSOE-PSN-, ?el golpe del PP asegura su permanencia en el Gobierno de Navarra o lo aleja definitivamente del mismo?

Hay fuentes para ambos gustos. Una de ellas se?al¨® ayer que si Zapatero confirmarse que la percepci¨®n p¨²blica es que ha derrotado sin atenuantes a Rajoy en el debate, ello har¨ªa que el p¨¦ndulo se inclinase definitivamente hacia el acuerdo de Gobierno con Nafarroa Bai en las pr¨®ximas horas. Otras fuentes estiman que a pesar de la fiereza de gladiadores que tuvo el duelo del martes pasado y de la batalla de las resoluciones finales, Zapatero tiene que calibrar los pros y los contras de un acuerdo de gobierno PSN-Nafarroa Bai sobre el electorado nacional. Y que el PSN tiene siempre la carta de haber explorado la viabilidad de un Gobierno tanto con UPN como con Nafarroa Bai, siendo que al final decide apartarse a esperar y ver, dejando que las cosas sigan, por un tiempo no superior a ocho o nueve meses, igual que hasta ahora. El p¨¦ndulo oscilar¨¢ hacia uno u otro lado en pocos d¨ªas m¨¢s.

Rajoy est¨¢ interesado por mantener el poder en Navarra. Su chantaje del martes continu¨® ayer a trav¨¦s del diputado de UPN Jaime Ignacio del Burgo, que no piensa, ni mucho menos, como el presidente Miguel Sanz, que "Zapatero ha puesto los puntos sobre las ¨ªes" tras la ruptura de la tregua.

"Si despu¨¦s de la ruptura de la tregua los nacionalistas consiguen gobernar Navarra, volver¨¢ a levantarse la sospecha fundada de que el proceso contin¨²a", escribi¨® ayer Del Burgo a este peri¨®dico.

Rajoy busca desesperadamente las actas de la indignidad. La versi¨®n m¨¢s favorable para su estrategia ya ha sido publicada en Gara. ?No le convence? ?Quiere, como registrador que es, la versi¨®n oficial debidamente certificada? No. Ha invertido la carga de la prueba para su campa?a electoral.