Los hijos de Severo y Ram¨®n
Espa?a tiene dos Premios Nobel de Medicina, Santiago Ram¨®n y Cajal (1906), y Severo Ochoa en 1959. Desde entonces, parec¨ªa que la ciencia hab¨ªa dejado de existir para los espa?oles en general, hasta el pasado viernes.
Porque ese d¨ªa ha sido un gran d¨ªa para todos aquellos que nacimos con una inagotable ilusi¨®n dentro de nosotros que nos impulsa a trabajar sin descanso en unas condiciones que raramente son las adecuadas, con contratos basura, o sin contratos, en peque?os laboratorios y en una situaci¨®n completamente inestable y desfavorable que, en la mayor¨ªa de las ocasiones (si no en todas) nos obliga a tener que dejar atr¨¢s nuestra vida, familia y amigos, para empezar desde cero en un alejado lugar de Europa o de los EE UU, en donde podamos realizar a gusto nuestro trabajo y en donde nos reciben con los brazos abiertos y con un mont¨®n de dinero, pero donde nosotros siempre vamos cabizbajos porque en el fondo nos sentimos rechazados por una Espa?a que nunca nos hizo el menor caso.
Hasta el otro d¨ªa, porque por fin un cient¨ªfico de verdad tiene poder de decisi¨®n en Espa?a, por fin se vislumbra la luz al final del t¨²nel y un peque?o rayo de esperanza brilla en el horizonte para los investigadores espa?oles, sobre todo los que, como yo, estamos empezando en esto. Es una gran noticia el que alguien que sabe c¨®mo funciona la ciencia est¨¦ en una posici¨®n donde se le escuchar¨¢ y se le respetar¨¢ y no se le apartar¨¢ a un lado como a un bicho raro.
A¨²n hay mucho trabajo que hacer en Espa?a, pero es un placer sentir que poco a poco las cosas van mejorando. Buena suerte, se?or Bernat Soria.
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