Asta de toro, asta de Tour
Xabier Zandio se rompe la clav¨ªcula y vuelve a Pamplona, donde le esperan el quir¨®fano y su hermano, corneado en un encierro
Xabier Zandio es ciclista. No sube como un colombiano, ni rueda como un holand¨¦s y a llegadas en volata ni se asoma. Por supuesto, no es famoso y no tiene sueldo de ejecutivo de banca. No gana etapas, no sale en muchas fotos y las azafatas del Tour no le besan ni le dan flores. Pero Xabier Zandio (Pamplona, 1977) siempre est¨¢. Por eso se ha ganado un nombre en el pelot¨®n, que le respeta y reconoce. Zandio se fue ayer en ambulancia, camino del hospital de Coulommiers, donde se confirm¨® la rotura de clav¨ªcula que tem¨ªa desde que a la salida de Doucy, Landaluce y De Gregorio se lo llevaron por delante. Por instinto, en vez de poner la mano amortigu¨® el golpe con el hombro. Duerme con la mu?eca derecha inmovilizada desde que se cay¨® en la primera etapa, por eso no puso la mano y se dej¨® la clav¨ªcula en el kil¨®metro 64.
"Las ca¨ªdas son una loter¨ªa. Si te toca y tienes mala suerte, te vas a casa", dice el corredor navarro
Zandio vuelve a casa por San Ferm¨ªn. Le espera, convaleciente, su hermano I?aki, el conejo, al que un toro de Cebada Gago le corne¨® subiendo la calle Estafeta en el cuarto encierro de los Sanfermines de este a?o. "Nada, un puntazo. Por torpe", explic¨® divertido ayer por la ma?ana, antes de pasar el control de firmas y hablar para Euskal Telebista sobre... las ca¨ªdas en el Tour. "Son como son, una loter¨ªa. Te toca o no te toca. Y si te toca y tienes mala suerte, te vas a casa". Toc¨® madera al terminar. No le sirvi¨® de nada; hoy le operan en Pamplona. En su caso, el quinto no fue malo, fue peor.
"Sin Zandio perdemos mucho m¨¢s de lo que la gente pueda imaginar, el equipo lo notar¨¢", asegur¨® Pereiro, l¨ªder del Caisse d'?pargne, al llegar a meta. Le a?orar¨¢ el resto del camino. "Xabi siempre est¨¢, cuando m¨¢s lo necesitas aparece a tu lado. Le vamos a echar de menos", insisti¨® el ciclista gallego, consciente de que llegar¨¢n repechos donde buscar¨¢ la eterna sonrisa de Zandio y no la encontrar¨¢. No olvida la etapa de Morzine, el a?o pasado, cuando se escap¨® Landis y, como casi siempre, apareci¨® Zandio. Txente Garc¨ªa Acosta no olvida el puente de Saint Nazaire, donde se cay¨® a poco de empezar su primer Tour -lleva 11- y escuch¨®, ¨¦l tambi¨¦n, el crujir de la clav¨ªcula. Ayer, en el autocar, camino del hotel, se puso en la piel de su amigo y su mejor alumno: "Estar¨¢ pensando que se ha pasado todo el a?o currando para nada. Y me jode".
Hay ciclistas que dicen adi¨®s con las manos llenas de regalos y otros con la clav¨ªcula rota. Zandio es de los que no sale en las fotos y no besan las azafatas, pero el pelot¨®n del Tour le se?ala y le respeta; Zandio es ciclista.
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