?Aterriza como puedas!
Dicen los m¨¢s expertos, servicio de Estudios del Bilbao Vizcaya incluido, que el aterrizaje del sector inmobiliario ser¨¢ suave. Que aquellas tenebrosas palabras del relator de la ONU, Miloon Kothan, que auguraba miserias y hasta violencia de g¨¦nero por culpa de la burbuja inmobiliaria, estaban m¨¢s destinadas al consumo de las ONG que a prever comportamientos econ¨®micos. A¨²n m¨¢s. Dicen que con aunque baje espectacularmente la venta del ladrillo tenemos una buena renta familiar, otra per c¨¢pita m¨¢s saneada y un PIB a prueba de bomba, excepci¨®n hecha de la provincia de Alicante.
Pero ojo, todos los agentes que intervienen en el negocio reconocen un aterrizaje suave pero que cada uno va a hacerlo como pueda. Hay miles de viviendas que estar¨¢n a punto en los pr¨®ximos meses y no tienen comprador. ?C¨®mo aguantar¨¢n las empresas promotoras y constructoras el tir¨®n bancario? ?A qu¨¦ se van a dedicar los trabajadores de la paleta? ?Y las suministradoras de material? ?Qui¨¦n se atreve ahora con un PAI? Los ayuntamientos no reciben una licencia para construir y hasta el Banco Popular acaba de anunciar la restricci¨®n total de cr¨¦ditos a promotores y constructores para anticiparse a posibles impagados.
Por ahora el fantasma del paro no aparece en la lejan¨ªa. ?Pero qu¨¦ har¨¢n miles de trabajadores (gran parte de ellos inmigrantes y de escasa formaci¨®n) cuando acaben las obras en marcha? Hasta el momento la magn¨ªfica situaci¨®n de Alemania y Francia se lleva lo que podamos fabricar de bienes de equipo. Pero nuestra tecnolog¨ªa no da para mucho m¨¢s. Ni siquiera hay una preocupaci¨®n notable por intensificar la inversi¨®n en infraestructura p¨²blica. Seg¨²n Seopan, los ayuntamientos y la Generalitat casi doblan la inversi¨®n anual que hace la Administraci¨®n General del Estado (perd¨®n: Gobierno de Espa?a) en la Comunidad Valenciana. Tema que a buen seguro no ser¨¢ discutido en el Comit¨¦ Nacional del PSOE a celebrar hoy en Valencia.
Pero todo suave, suave, porque el PIB y la renta son buenos. Pero lo es porque hay trabajo para todos con un bajo coste de la hora de mano de obra. Baratitos, pero al final da para pagar la hipoteca, comprar un coche nuevo y gastarse dos mil euros en las vacaciones. Pero esa mano de obra sin cualificar ser¨¢ la primera que notar¨¢ el descenso en el ritmo de la construcci¨®n. Un ritmo que cae por el p¨¢nico psicol¨®gico insuflado para joder pol¨ªticamente. Todo porque Zapatero le dijo a la cesada ministra Trujillo que destrozar el negocio del ladrillo era ser progre. ?A muerte con ellos!, fue la consigna. Y a¨²n est¨¢ por descontar la nueva Ley del Suelo.
Como el aterrizaje ser¨¢ suave la recomendaci¨®n es doble: reforzar las t¨¦cnicas de venta contra el p¨¢nico comprador y con el capital acumulado entrar en nuevos nichos de negocio. Todo aquel que sepa apretar tornillos ya tiene faena en la fabricaci¨®n de bienes de equipo cuando empiece el gran par¨®n en la construcci¨®n. Pero hay que ir m¨¢s all¨¢ en la sociedad del conocimiento que reina en la generaci¨®n de riqueza del siglo XXI. Reto dif¨ªcil, porque aunque el gobierno de Zapatero diga lo que diga los datos del INE dicen claramente que s¨®lo el Reino Unido ya duplica el gasto espa?ol en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n.
La cosa, por lo tanto, puede acabar en el aterriza como puedas, quiz¨¢ porque, aunque necesarias, seguimos pensando en las infraestructuras como ¨²nica tabla de salvaci¨®n alternativa al ladrillo. Lo dec¨ªa el pasado lunes Carlos Moreira en este peri¨®dico. O convertimos Valencia y alrededores en un hub (centro de redes) tecnol¨®gico del Mediterr¨¢neo o vestimos santos. Es la apuesta por la sociedad del conocimiento, que llega a esta tierra junto con la Copa Am¨¦rica, la F¨®rmula 1 o la pelea por ser punto de salida para cables mar¨ªtimos hacia ?frica, puertos electr¨®nicos y otras muchas recomendaciones que en 2006 hac¨ªan Alvin y Heidi Toffler en La Revoluci¨®n de la Riqueza. La innovaci¨®n es, adem¨¢s, la base de la competitividad. La sociedad del conocimiento no necesita tanta agua ni tanto cemento para hacer negocio. Pero todav¨ªa hay gente que cree que esto de los coches, los barcos o los ordenadores s¨®lo sirven para navegar y jugar a la Nintendo.
www.jesusmontesinos.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.