A un paso de la gloria
Sergio Garc¨ªa sigue l¨ªder tras firmar una tarjeta sin fallos y acaricia su primer 'grande'
Uno de los problemas que suele achacarse al golf de Sergio Garc¨ªa es su falta de consistencia, su irregularidad, el miedo esc¨¦nico que parece invadirle en las grandes citas. Sus detractores dicen que s¨ª, que tiene talento, pero que en demasiadas ocasiones le falta el empaque y la solidez necesarios para poder optar a la victoria en los torneos que forjan a las leyendas, los que separan al buen jugador del mito. Ning¨²n escenario mejor que el viejo Open Brit¨¢nico para derribar clich¨¦s, para dar un pu?etazo en la mesa y disipar las dudas. Ninguno mejor para madurar. Y no hay hierba m¨¢s propicia para la haza?a que el temible Carnoustie, el campo del que sali¨® entre l¨¢grimas en 1999, en su primer contacto con un grande.
Todo eso parece superado. Sergio Garc¨ªa est¨¢ a un paso de la gloria. Cuando falta una jornada para que termine el torneo, El Ni?o se est¨¢ mostrando como un rodillo sobre el links escoc¨¦s. Firm¨® una vuelta inmaculada (68), sin fallo alguno, y consolid¨® su liderato, que ahora ostenta con tres golpes de ventaja sobre el estadounidense Steve Stricker -que se destap¨® con una soberbia actuaci¨®n (64), cinco birdies en los siete primeros hoyos- y a seis de los siguientes perseguidores.
Garc¨ªa no perdi¨® el tiempo. En el primer hoyo, sac¨® su hierro a pasear y dej¨® la bola algo escorada a la derecha de la calle. Un fant¨¢stico approach con el wedge le dej¨® el birdie servido, el primero de la tarde. Sentadas las bases, era el turno de la sobriedad. Pas¨® algunos momentos tensos en los primeros hoyos, pero los solvent¨® con una buena selecci¨®n de palos en las salidas, y apoy¨¢ndose siempre en ese inesperado amigo en que se ha convertido su nuevo putter.
El d¨ªa era propicio y ¨¦l se sent¨ªa muy c¨®modo. Muy tranquilo. El viento no era tan molesto como en d¨ªas anteriores y en el hoyo octavo vio de nuevo la posibilidad de ara?arle un golpe a Carnoustie. Otro birdie. Y uno m¨¢s en el 11. Con -9, la situaci¨®n era id¨®nea para afrontar la recta final del recorrido con el mejor de los ¨¢nimos.
Era el momento de la verdad, los tres ¨²ltimos hoyos, los m¨¢s dif¨ªciles. Sergio solvent¨® sin apuros el 16. Pero en el accidentado 17, un segundo golpe defectuoso hizo que su bola impactase directamente en un fot¨®grafo, que qued¨® conmocionado y requiri¨® de atenci¨®n m¨¦dica. El partido tuvo que detenerse. Pero nada parec¨ªa inquietar al castellonense. Se acerc¨® al herido, se interes¨® por su estado y habl¨® durante unos instantes con su caddie. Incluso se permitieron algunas risas. No parec¨ªa que la conversaci¨®n versara sobre c¨®mo deb¨ªa realizar el siguiente impacto. No hac¨ªa falta. Reanudado el juego, Sergio se meti¨® entre la densa maleza y se sac¨® un diestro golpe que dej¨® la bola mansa sobre el green, salvando el par del hoyo.
Y para acabar, lo mejor. El endiablado 18 aguardaba. El que trae de cabeza a los mejores. En el que la r¨ªa Barry ejerce su mayor influencia. Muchas de las bolas que intentan sobrevolarla acaban inexorablemente en el agua. No fue el caso. Sergio dibuj¨® un swing precioso que arranc¨® los ?ohhh! de admiraci¨®n del p¨²blico. Pudo incluso haber firmado otro birdie, pero el ¨²ltimo putt del d¨ªa se le escap¨® por los pelos.
Con Tiger Woods ya casi sin opciones, otro estadounidense se presenta como la mayor amenaza al primer major en la carrera del espa?ol. Es Steve Stricker, de 40 a?os, segundo en el PGA de 1998, que sol¨ªa llevar a su esposa de caddie y que ayer igual¨® la mejor ronda del torneo. Por detr¨¢s, un grupo de ilustres nombres -Els, Harrington, McGinley, Singh...- y otro espa?ol: Miguel ?ngel Jim¨¦nez. Todos tratar¨¢n de aguarle la fiesta. Pero Sergio s¨®lo debe aguantar un d¨ªa m¨¢s para volver a llorar en Carnoustie. Esta vez, de alegr¨ªa.
1. S. Garc¨ªa (65, 71, 68: 204, -9). 2. S. Stricker (EE UU) (71, 72, 64: 207). 3. C. DiMarco (EE UU) (74, 70, 66: 210), Paul McGinley (Irl.) (67, 75, 68: 210), P. Harrington (Irl.) (69, 73, 68: 210) y E. Els (Sur.) (72, 70, 68: 210). 10. M. ?. Jim¨¦nez (69, 70, 72: 211). 18. T. Woods (EEUU) (69, 74, 69: 212).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.