Orejas cortadas y orejas perdidas

?ltimo cartel del mes de julio en Barcelona, en el que los tres diestros repet¨ªan actuaci¨®n. Con el primero de la tarde un bonito casta?o, Finito de C¨®rdoba mulete¨® con m¨¢s sentido de la est¨¦tica que acoplamiento. Se ech¨® fuera a la hora de matar, lo que no consigui¨® hasta el cuarto intento. El jabonero cuarto fue muy bien recogido por el sabio capote de Juan Montiel, que llev¨® el peso de la lidia en los primeros tercios, ante la inoperancia de Finito, que con la muleta extrem¨® las precauciones ante una res que ofrec¨ªa un cierto peligro, defraudando de nuevo la confianza que en ¨¦l tiene depositada la empresa, que por algo son sus apoderados. Otra vez se ech¨® fuera a la hora de matar lo que realiz¨® de forma excesivamente precavida. Se aplaudi¨® al toro en el arrastre para molestar al torero.

El segundo manse¨® de salida y se doli¨® en banderillas. El Cordob¨¦s le plant¨® cara en el ¨²ltimo tercio y pr¨¢cticamente lo meti¨® en la muleta sin refugiarse en ning¨²n momento en sus habituales recursos efectistas. En el quinto se le agradecieron los deseos de agradar con el capote, brindando su faena al p¨²blico e intentando levantar la tarde, a lo que colabor¨® el buen toro de Parlad¨¦, que permiti¨® ver la mejor cara de El Cordob¨¦s, que tore¨® templado y mand¨®n por ambos pitones. Hasta tuvo el buen gusto de no hacer el salto de la rana. Estocada entera y certero descabello recibiendo como justo premio una oreja.

Castella, ante un ejemplar de gran presencia inici¨® la faena al tercero sentado en el estribo, pero el animal, serio y poco franco, no inmut¨® a Castella, que estuvo sereno y valerosos con ¨¦l, intentando un lucimiento imposible y fallando de nuevo como sucediera el domingo pasado con el estoque. Brind¨® tambi¨¦n al p¨²blico la faena al que cerr¨® plaza, que inici¨® muy toreramente por bajo, siguiendo con un toreo templad¨ªsimo, ligado y de mano baja, siempre con su sereno valor y su gran quietud. Pinchazo y estocada baja dejaron todo en una fuerte ovaci¨®n, recogida desde los medios, esfum¨¢ndosele de nuevo un triunfo de puerta grande.

Es una l¨¢stima que a Catella se le hayan evaporado en dos domingos consecutivos, cinco o seis orejas, pero su torer¨ªa y su valor permanecer¨¢n en el recuerdo de los aficionados.