La lista de Rajoy
Obligado el se?or Rajoy a proponer algo que no sea s¨®lo culpabilizar al presidente Zapatero de cuanto haga ETA en el futuro, se saca de la manga esta reforma: ¨²nicamente tendr¨¢ derecho a gobernar la lista m¨¢s votada que cuente con un m¨ªnimo del 30% de los votos. As¨ª, los peque?os partidos de la izquierda y los nacionalistas perif¨¦ricos no podr¨ªan aliarse con el PSOE ni gobernar con ¨¦l. Esta f¨®rmula mayoritaria se opone al art¨ªculo 68.3 de la Constituci¨®n, en el que se consagra el sistema proporcional, y afecta al sentido profundo de la democracia. Las derechas hist¨®ricas prefieren la f¨®rmula del se?or Rajoy. Favorece su tendencia al monopolio pol¨ªtico autoritario. En cambio, el sistema proporcional reconoce el derecho a gobernar que tienen todos los grupos ciudadanos, respeta el pluralismo y convierte la democracia meramente cuantitativa e individualista en una democracia cualitativa, ya que, si bien se basa en el n¨²mero y en la rivalidad como la otra, expresa sobre todo la pluralidad de proyectos leg¨ªtimos, hace a menudo necesarios acuerdos convivientes y permite gobiernos de coalici¨®n pactada en favor de un mejor servicio al mayor n¨²mero de ciudadanos. Este sistema es el preferido por las izquierdas; no en vano ellas han sido siempre las impulsoras de una mayor y m¨¢s aut¨¦ntica democracia.
Pero en un r¨¦gimen parlamentario como es el nuestro la lista m¨¢s votada en las urnas es en el Congreso tan minoritaria como las otras, aunque obtenga m¨¢s esca?os. Si no se ha pactado con ellas antes de votar, no habr¨¢ m¨¢s remedio que hacerlo despu¨¦s si se quiere gobernar de verdad. Aznar lo hizo con las derechas nacionalistas hasta que logr¨® la mayor¨ªa absoluta y entonces s¨ª pudo condenarlas a ser una oposici¨®n est¨¦ril, despreciada y denigrada por su Gobierno. La derecha autoritaria s¨®lo acepta las elecciones que le den el poder, para ejercerlo luego con el menor compromiso posible o imponiendo su rodillo parlamentario. Lo que pretende ahora el PP es impedir gobiernos aut¨®nomos y locales de otros partidos coaligados all¨ª donde su soledad excluyente y agresiva ha sido castigada. Si ¨¦l no gobierna, no gobierna nadie. En las Cortes se trata de impedir lo ocurrido en la actual legislatura. Aunque el PP hubiese sido el m¨¢s votado, tampoco hubiera impedido que al PSOE le apoyaran los dem¨¢s grupos parlamentarios en la investidura del presidente del Gobierno y a la hora de legislar, pues para eso est¨¢n los acuerdos entre dem¨®cratas. El PP ha fracasado siempre en su estrategia de acoso y derribo de ZP porque nadie le ha apoyado en ella. Sus diputados han tenido que aprobar algunas leyes presentadas por el Gobierno si quer¨ªan justificar que ocupan su esca?o para algo m¨¢s que patear y abroncar al presidente Zapatero.
El se?or Rajoy afirma que los gobiernos de coalici¨®n no son democr¨¢ticos y burlan a la ciudadan¨ªa. Lo mismo dijeron los se?ores Mas y Duran de los gobiernos tripartitos de la Generalitat y tambi¨¦n propusieron una reforma como la del PP. Pero con ella lograda, unos y otros perder¨ªan la posibilidad de pactar entre s¨ª, o sea, que les perjudica. Mayor absurdo no es posible, aunque CiU ya ha criticado la propuesta por la cuenta que le trae al se?or Duran. Por otro lado, si la reforma no cabe en la Constituci¨®n y exigir¨ªa en todo caso, como ley org¨¢nica, una mayor¨ªa absoluta que el PP no obtendr¨¢ el marzo que viene, ?c¨®mo realizarla? ?O s¨ª cree el se?or Rajoy que ganar¨¢ por mayor¨ªa absoluta? En su desconcierto y abatido como est¨¢ desde el ¨²ltimo debate con el presidente Zapatero, dice haber recibido con esperanza la vuelta de su amigo Rodrigo Rato, confiando tal vez en que le d¨¦ a su hipot¨¦tica lista m¨¢s votada una imagen de moderaci¨®n que ¨¦l ha perdido gracias a su dependencia de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. ?Qui¨¦n puede creerse que el se?or Rato, que es un rato inteligente, entrar¨¢ ahora en esa lista? No se abandona un cargo como el suyo para participar amistosamente en un fracaso anunciado. Su propio retorno es la mayor confirmaci¨®n de que su amigo y el tr¨ªo de la venganza que le a¨²pa ya tienen perdidas las elecciones anticipadamente por su autodestructora actitud, de la cual est¨¢n sufriendo ahora sus consecuencias. Los que manejan hilos influyentes en el gui?ol internacional de las derechas ya han decidido que el se?or Rato coja las riendas del PP y lo conduzca bien bridado por la senda de una conservaci¨®n m¨¢s h¨¢bil que sarkotice al personal. S¨®lo faltaba la marcha de Josep Piqu¨¦, despu¨¦s de la del mallorqu¨ªn Matas, para que don Mariano siga en manos de los neocons hasta el fracaso final. No tiene ZP mejor testimonio de su credibilidad que la vuelta de don Rodrigo, el nuevo Cid Conservador, destinado a sustituir al se?or Rajoy cuando el grupo de extrema derecha pierda de nuevo las elecciones. Su presencia, justo ahora, tira por tierra el desprestigio que sobre el pol¨ªtico socialista han intentado volcar d¨ªa tras d¨ªa los que rompieron las reglas del honesto juego democr¨¢tico hace casi una d¨¦cada y a¨²n pretenden cambiarlas porque les perjudican. Preveo que esa lista m¨¢s votada del se?or Rajoy dentro de ocho meses m¨¢s bien ser¨¢ la menos.
J. A. Gonz¨¢lez Casanova es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la UB.
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