Las calles golpean a Alan Garc¨ªa

Alan Garc¨ªa cumple hoy un a?o como presidente de Per¨². Son los primeros 12 meses de un mandato que para Garc¨ªa supone su reivindicaci¨®n como pol¨ªtico tras el pol¨¦mico final de su primera experiencia como jefe del Estado peruano entre 1985 y 1990, de la que huy¨® dejando una econom¨ªa hundida y varias denuncias por corrupci¨®n. Su ¨¦xito, esta vez, depende b¨¢sicamente de que sea capaz de distribuir la gran riqueza que Per¨² ha estado generando desde 2003, en especial gracias a los altos precios de los minerales. A juzgar por la rebeli¨®n social que vive el pa¨ªs, Garc¨ªa a¨²n est¨¢ lejos de cantar victoria.

El gran problema, se?alan varios analistas, es que las grandes cifras macroecon¨®micas no se reflejan en las zonas m¨¢s pobres del pa¨ªs. Seg¨²n la Defensor¨ªa del Pueblo, persisten en todo Per¨² 75 conflictos sociales, de los cuales 35 est¨¢n activos y el resto permanece "en estado latente". La mitad de todas las disputas involucran a una comunidad enfrentada a las compa?¨ªas que explotan recursos naturales. A todos estos conflictos, que vienen de tiempo atr¨¢s, el pa¨ªs soport¨® durante el pasado junio 14 huelgas y 17 movilizaciones de protesta. El informe de julio a¨²n no se conoce, pero se descuenta que el malestar se ha disparado.

En todo el pa¨ªs hay al menos 75 conflictos abiertos y el malestar crece d¨ªa a d¨ªa

Recientemente, Garc¨ªa orden¨® a las Fuerzas Armadas que impidieran las manifestaciones y dispuso, por decreto, la prohibici¨®n para todos los gobernadores y otras autoridades de participar en las protestas. Le?a al fuego: las centrales sindicales amenazan con una segunda huelga general en apenas 15 d¨ªas en protesta por esta medida. Sin duda, el malestar social le est¨¢ pasando factura a la popularidad del presidente, que se ha desplomado del 60% al 32% en el a?o que lleva al frente del Gobierno.

Lo parad¨®jico es que el porcentaje de popularidad de Garc¨ªa es lo ¨²nico que parece ir a la baja en Per¨². El producto interior bruto (PIB) peruano creci¨® un 7,6% en el segundo trimestre del a?o y la poblaci¨®n en situaci¨®n de pobreza descendi¨® de un 49% a un 44%, una marca tan inesperadamente buena que el ministro de Econom¨ªa, Luis Carranza, se apresur¨® a se?alar que las metas de reducci¨®n de pobreza para los cuatro a?os que quedan de Gobierno ser¨¢n replanteadas. Hace unos meses, el objetivo declarado era llegar a 2011 con la pobreza en torno a un 40%. Ahora, se cree posible bajarla m¨¢s.

"Quiz¨¢s ha habido un exceso de triunfalismo", ha declarado Jaime C¨¢ceres Say¨¢n, presidente de la patronal Confederaci¨®n Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep). "Se ha dicho todos los meses que la recaudaci¨®n est¨¢ batiendo r¨¦cords, que Per¨² va extraordinariamente bien, y ha faltado comunicaci¨®n sobre las cosas que s¨ª se est¨¢n haciendo", explica. Y a?ade otro problema: la falta de gente cualificada en el Gobierno que no permite, por ejemplo, que las obras de infraestructura necesarias se ejecuten con prontitud. Hay una falta de capacidad gerencial en el Estado", se?ala. La magnitud del cuello de botella es tal que el Ministerio de Econom¨ªa tiene registrados m¨¢s de 12.000 proyectos de infraestructura aprobados en distintas regiones y sin ejecutar. Muchos de ellos son proyectos de agua, alcantarillado, electrificaci¨®n y caminos en zonas rurales que mejorar¨ªan el nivel de vida de la gente.

El peor de los conflictos latentes es el de la ciudad andina de Andahuaylas, la misma en la que se produjo el levantamiento del ultranacionalista Antauro Humala -hermano de Ollanta, el rival electoral de Garc¨ªa- en enero de 2005. Alrededor de 10.000 campesinos se alzaron en la ciudad en petici¨®n de mejoras salariales. Los enfrentamientos con la polic¨ªa dejaron un manifestante muerto y m¨¢s de 20 heridos de ambos bandos. Al mismo tiempo, otros miles de campesinos del resto del pa¨ªs iniciaron una huelga indefinida en demanda de cr¨¦ditos baratos, la reducci¨®n del precio de los fertilizantes y subsidios. Los arequipe?os se rebelaron para exigir varias obras de infraestructura y el sindicato de maestros, uno de los m¨¢s potentes del pa¨ªs, se alz¨® en contra de la nueva ley del magisterio.