El mayor Rodr¨ªguez trabaja para los 'narcos'
Colombia anuncia un plan para combatir la infiltraci¨®n de las mafias en el Ej¨¦rcito
El 6 de octubre de 2005, una llamada alert¨® a las autoridades: se iba a realizar la transacci¨®n de un cargamento de droga al norte de Bogot¨¢. La sorpresa no s¨®lo fue por los 200 kilos de coca¨ªna, el sofisticado cargamento de armas con mira l¨¢ser y los 11.500 euros en efectivo. En la camioneta donde iba la mercanc¨ªa viajaba Juan Carlos Rodr¨ªguez, un mayor del Ej¨¦rcito colombiano que apenas unos d¨ªas antes hab¨ªa pasado a retiro.
Hoy Rodr¨ªguez est¨¢ de nuevo en el ojo del hurac¨¢n: es el hombre que ejemplifica mejor que nadie hasta d¨®nde ha llegado a infiltrarse el narcotr¨¢fico en las Fuerzas Armadas y en el Ministerio de Defensa. Rodr¨ªguez no s¨®lo trabajaba para los narcos, sino que reclut¨® otros oficiales y suboficiales para trabajar en las filas del crimen organizado. El militar acab¨® siendo el jefe de seguridad de Diego Montoya, alias Don Diego, el jefe del cartel de Cali y uno de los narcotraficantes m¨¢s poderosos de Colombia.
El esc¨¢ndalo es de tal magnitud que el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, tuvo que aceptar p¨²blicamente que "la infiltraci¨®n lleg¨® a los m¨¢ximos niveles y que hay un grupo de sospechosos bajo investigaci¨®n". Reconoci¨®, adem¨¢s, "grandes fallos en el funcionamiento de los servicios secretos".
El caso del mayor retirado est¨¢ plagado de irregularidades. Una vez arrestado y procesado, a Rodr¨ªguez se lo condena a 12 a?os de prisi¨®n. No obstante, un juez decide que, en vez de pasarlos en la prisi¨®n, el condenado cumpla arresto domiciliario en casa de su madre. El magistrado arguy¨® que el oficial retirado era cabeza de familia y le otorg¨® un permiso para salir a trabajar a diario. Mientras las autoridades penitenciarias daban por hecho que el militar cumpl¨ªa su condena sin meterse en problemas, la Fiscal¨ªa ya ten¨ªa pruebas de que el trabajo de Rodr¨ªguez era el de velar por la seguridad de Don Diego.
La cadena de irregularidades de la detenci¨®n de Rodr¨ªguez es aun m¨¢s larga. El diario El Tiempo las revel¨® ayer: dos meses despu¨¦s de la detenci¨®n domiciliaria otro juzgado orden¨® nuevamente su captura y ¨¦sta no se llev¨® a cabo. Adem¨¢s, las visitas de control a la casa de la madre se reportaban sin novedad, mientras que hoy se sabe que Rodr¨ªguez lleva mucho tiempo sin ver a su progenitora.
Hay contundentes testimonios contra este mayor retirado, hijo del coronel Homero Rodr¨ªguez, quien fuera director de la c¨¢rcel de La Catedral en los tiempos en los que se fug¨® de all¨ª el jefe de los carteles de la droga m¨¢s famoso de Colombia: Pablo Escobar. Uno de esos testimonios -publicado en la revista Semana- es de un capit¨¢n retirado del Ej¨¦rcito. Confiesa que "pag¨® mucho dinero" a civiles y militares en activo y retirados, con dinero de su "patr¨®n", Juan Carlos Rodr¨ªguez, que trabaja para Don Diego. Otro coronel retirado, Javier Escobar, detenido en medio de este esc¨¢ndalo, cay¨® cuando le pincharon el m¨®vil de su Rodr¨ªguez. En una de las llamadas, el mayor le insta a enviar hombres a Cali: "Qu¨¦ ha pasado hermano... estamos pendientes del env¨ªo... ac¨¢ todo listo"
La red de reclutamiento encabezada por Rodr¨ªguez funcionaba desde el mismo mando central del Ej¨¦rcito. La secretaria de la oficina de recursos humanos ten¨ªa como misi¨®n sustraer los expedientes de militares retirado o activos que por su capacidad y entrenamiento podr¨ªan servir a Don Diego. Ella es una de las siete personas detenidas hasta el momento.
Una de las misiones que el grupo de militares al servicio del narcotr¨¢fico ten¨ªa planeada era, seg¨²n las primeras investigaciones, un operativo cinematogr¨¢fico para rescatar al hermano del jefe de los narcos detenido en una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad La operaci¨®n requer¨ªa una inversi¨®n de casi ocho millones de euros.
La fiscal¨ªa colombiana, apoyada por los servicios secretos y las agencias antidroga extranjeros, destap¨® el esc¨¢ndalo. Desde un comienzo, han contado con el apoyo de los pocos en el Gobierno que sab¨ªan de la grave infiltraci¨®n de los narcos en el Ej¨¦rcito. Todo empez¨® luego de la masacre de Jamund¨ª -poblaci¨®n cercana a Cali, la capital de la provincia del Valle del Cauca- en mayo del 2006, cuando un pelot¨®n del Ej¨¦rcito mat¨® a disparos al escuadr¨®n m¨¢s reconocido de la polic¨ªa antinarc¨®ticos. Desde all¨ª se empez¨® a investigar hasta qu¨¦ punto pod¨ªa el Ej¨¦rcito estar colaborando con los narcos. Los investigadores dicen que el caso de Rodr¨ªguez es parte de un esc¨¢ndalo mucho mayor, y que de momento s¨®lo han visto la punta del iceberg.
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