Albert Ellis, psicoterapeuta
Su m¨¦todo de terapia de comportamiento cognitivo hizo que se tambaleasen los cimientos del psicoan¨¢lisis
La vida y la trayectoria de Albert Ellis fueron peculiares desde su infancia. Nacido en Pittsburgh en 1913 pero educado en Nueva York, ya entonces se defin¨ªa a s¨ª mismo como "un solucionador de problemas", y a esa capacidad le atribuy¨® el haber podido sobreponerse a una ni?ez dif¨ªcil en la que tuvo que superar no s¨®lo el divorcio de sus padres, sino una grave enfermedad que le apart¨® de su pasi¨®n de entonces, los deportes, para sumergirle en otra nueva que se convertir¨ªa en parte fundamental de su vida, los libros.
Ellis aspiraba a estudiar contabilidad, ganar mucho dinero y jubilarse a los 30 a?os, pero la Gran Depresi¨®n del 29 cambi¨® el rumbo de sus proyectos. Se gradu¨® en empresariales en 1934 y mont¨® su primer negocio: la venta de parches de pantalones. En sus ratos libres se dedicaba a la literatura, y con apenas 28 a?os ya hab¨ªa completado varios manuscritos de ficci¨®n, aunque no consigui¨® publicarlos. Sin embargo, se dio cuenta de que sus ensayos s¨ª gustaban, y decidi¨® centrarse en ese tipo de literatura. A lo largo de su vida llegar¨ªa a escribir m¨¢s de setenta libros, muchos de ellos best sellers de autoayuda y relacionados con el sexo, como Gu¨ªa para un matrimonio feliz o Sexo sin culpa.
Su defensa a ultranza de la liberaci¨®n sexual y su efecto en otros ¨¢mbitos de la vida le llev¨® a convertirse en asesor sexual y a trabajar con el c¨¦lebre Alfred C. Kinsey. Tras tomar un curso en la Universidad de Columbia sobre pr¨¢ctica cl¨ªnica a principios de los a?os cuarenta, mont¨® un despacho de psicoan¨¢lisis. Durante varios a?os fue un firme defensor del m¨¦todo freudiano, pero pronto su fe se vino abajo: en su experiencia como psic¨®logo empez¨® a observar que sus pacientes obten¨ªan mejores resultados cuando ¨¦l les daba consejos pr¨¢cticos para intentar cambiar sus comportamientos del d¨ªa a d¨ªa que cuando se centraba en la exploraci¨®n de la infancia como v¨ªa para curarles. "Neurosis es s¨®lo una palabra culta para definir a un quejica", proclam¨®. "El problema con la mayor¨ªa de las terapias es que te hacen sentir bien pero no te curan. Es necesario apoyar toda terapia con acciones concretas", explic¨® hace unos a?os en una entrevista.
A mediados de los a?os cincuenta, el doctor Ellis present¨® oficialmente su m¨¦todo de terapia de comportamiento cognitivo, que se basa en la creencia de que las personas nacemos con un talento natural para distorsionar la percepci¨®n y, por tanto, sabotear nuestros deseos de felicidad. Al mismo tiempo, Ellis sosten¨ªa que tambi¨¦n tenemos la capacidad de cambiar eso y, por tanto, el papel de los terapeutas es intervenir directamente, usando estrategias y ejercicios que ayuden al paciente primero a aceptarse a s¨ª mismo, y despu¨¦s a evitar emociones destructivas y cambiarlas por formas de comportamiento positivas.
La comunidad de psiquiatras y psic¨®logos estadounidense en un principio se neg¨® a aceptar las teor¨ªas de Ellis porque pon¨ªan en duda la efectividad del maestro, Sigmund Freud. Sin embargo, con el paso del tiempo, su impacto en la pr¨¢ctica cl¨ªnica ha sido tal que en 1982 su nombre apareci¨® por encima del de Freud en el listado de qui¨¦n hab¨ªa ejercido una mayor influencia en el campo de la psicolog¨ªa a lo largo de la historia.
El tratamiento de la depresi¨®n, la ansiedad o los des¨®rdenes de personalidad ha resultado ser especialmente eficaz con el tipo de terapia creada por Ellis, quien para popularizar su m¨¦todo cre¨® el Institute for Rational Living, hoy rebautizado Ellis Institute, con sede en Manhattan. Durante 30 a?os, este peculiar terapeuta imparti¨® all¨ª clases todos los viernes en unas sesiones que han pasado a la historia por su sentido del humor, su atrevimiento y su brillantez.
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