La ratonera de la costa
Tarragona se ahoga entre carreteras colapsadas, como su principal arteria, la AP-7, cuyo tr¨¢fico se ha incrementado un 16% en los ¨²ltimos cinco a?os mientras espera una ampliaci¨®n
"Esto es un embudo. Yo en julio y agosto ya no voy en coche a Barcelona. Y en fin de semana, menos". Rafa Mart¨ªnez vive y conduce en Tarragona. Sobre lo primero no tiene queja. Al hablar de lo segundo, en cambio, le sale la vena reivindicativa. "Estamos discriminados respecto a Madrid y a Barcelona. En verano, esta zona duplica la poblaci¨®n y el tr¨¢fico, pero estamos dejados de la mano de Dios". Preguntar por el estado de las carreteras tarraconenses en una gasolinera equivale a registrar una queja tras otra. Y la reina del desencanto es, sin duda, la AP-7. La misma autopista que el s¨¢bado pasado se colaps¨® formando colas de 70 kil¨®metros. La misma que se tuvo que cortar ayer por la ma?ana por un accidente m¨²ltiple y provoc¨® retenciones de hasta 14 kil¨®metros. La misma que, ayer por la tarde, registr¨® otros 20 kil¨®metros de colas en direcci¨®n sur.
El 22% de todo el tr¨¢fico de la AP-7 corresponde a veh¨ªculos pesados
El ¨²ltimo atasco hist¨®rico: cuatro horas para recorrer un trayecto de 35 minutos
El s¨¢bado, un trayecto que deber¨ªa cubrirse en 35 minutos tuvo a los conductores encerrados cuatro horas. El atasco alcanz¨® tales proporciones que, por primera vez en la historia, la concesionaria, Acesa, levant¨® las barreras y dej¨® pasar gratis a los veh¨ªculos atrapados.
Embudo. Cuello de botella. Ratonera. Son algunas de las expresiones que usan los conductores para referirse a este tramo de la AP-7, tambi¨¦n conocida como autopista del Mediterr¨¢neo, una v¨ªa r¨¢pida que vertebra la comunicaci¨®n por la costa, desde la frontera con Francia hasta Algeciras. El punto negro, el tap¨®n, es Tarragona. Desde Barcelona, a la altura de El Vendrell, la autopista adelgaza. Los tres carriles por sentido se convierten en dos. Y se nota. Aunque el atasco del s¨¢bado fue excepcional, los conductores que usan esta v¨ªa saben perfectamente que se satura con facilidad, sobre todo en verano. No hay que remontarse mucho para encontrar otro embudo hist¨®rico. La pasada Semana Santa las colas alcanzaron los 33 kil¨®metros.
Peaje de Tarragona en la AP-7, jueves por la tarde. El tr¨¢fico en direcci¨®n Barcelona es bastante fluido, pero los veh¨ªculos reducen la velocidad y se van api?ando frente a las cabinas. La circulaci¨®n se ralentiza porque la barrera no est¨¢ a la salida de la autopista, sino en la calzada central. En s¨®lo 77 kil¨®metros, hay tres peajes de este tipo, llamados troncales: los de Tarragona, El Vendrell y Martorell. Las tres trampas de la AP-7. "Somos el sem¨¢foro de Europa; el cuello de botella del corredor mediterr¨¢neo", aseguran en la C¨¢mara de Comercio de Tarragona. Su presidente, Albert Abell¨®, se lamenta de la "mala imagen" que generan los colapsos.
La reivindicaci¨®n de un tercer carril por sentido y la eliminaci¨®n de los peajes troncales es casi tan antigua como la propia autopista. "Es que todos los veranos es lo mismo", se lamenta Pepi Ortiz, de Els Pallaresos, cerca de Tarragona. "Te metes en una autopista para ir m¨¢s r¨¢pido y evitar atascos y resulta que te encuentras con una trampa".
En Tarragona, adem¨¢s, no hay mucho donde elegir. La alternativa gratuita a la AP-7 es la carretera que discurre por la costa, la N-340, tambi¨¦n llamada en algunos paneles A-7, para desesperaci¨®n de los conductores for¨¢neos. Con un solo carril por sentido, en plena zona tur¨ªstica de la Costa Daurada, es raro el d¨ªa en que se puede circular con holgura. En el caso de la autopista, a los turistas, los aut¨®ctonos y las mercanc¨ªas se suma el tr¨¢fico europeo de paso hacia el sur. Es una de las m¨¢s transitadas de Espa?a. La intensidad media diaria de veh¨ªculos en el primer semestre del a?o fue de 63.229, seg¨²n c¨¢lculos de Acesa. La media de todas las autopistas que gestiona esta concesionaria es de 36.375. En los ¨²ltimos cinco a?os, el tr¨¢fico de la AP-7 ha aumentado un 16%. Con los mismos carriles y las mismas cabinas de peaje. El 22% del tr¨¢fico total de la AP-7 es de veh¨ªculos pesados.
Instituciones p¨²blicas y empresarios coinciden con los conductores en que la situaci¨®n es insostenible. "Estamos en un punto estrat¨¦gico del corredor mediterr¨¢neo, donde confluyen la AP-7 y la AP-2, otra v¨ªa r¨¢pida que conecta la costa con Lleida y Zaragoza. Aqu¨ª tenemos un puerto, una industria petroqu¨ªmica, un sector tur¨ªstico que se abastece por carretera... Las infraestructuras son vitales para nuestra econom¨ªa", dicen en la C¨¢mara de Comercio. "Tarragona est¨¢ ahogada", asiente Jordi Just, de la Confederaci¨®n Empresarial de Tarragona (CEPTA), para quien lo m¨¢s urgente es "eliminar los peajes troncales" de la autopista. "No nos lo podemos permitir", remata el alcalde accidental de Tarragona, Sergi de los R¨ªos (ERC), que se?ala un culpable: el "eterno d¨¦ficit de inversi¨®n en infraestructuras en Catalu?a".
Una soluci¨®n parcial a los atascos end¨¦micos de las carreteras tarraconenses llegar¨¢, si se cumplen los plazos, a finales del a?o que viene. Los trabajos de construcci¨®n del tercer carril de la AP-7 se empezar¨¢n en septiembre, seg¨²n fuentes de Acesa, y se completar¨¢n con la eliminaci¨®n de los peajes troncales en 2009. As¨ª que quedan por delante uno o dos veranos m¨¢s de ratonera, por lo que el Ayuntamiento de Tarragona ha pedido al Parlamento catal¨¢n que elabore un protocolo de actuaci¨®n para evitar colapsos. "La ¨²nica soluci¨®n a corto plazo es que, hasta que est¨¦n acabadas las obras, las barreras se levanten siempre que haya atascos", aclara De los R¨ªos. El peaje entre Barcelona y Tarragona, por cierto, cuesta 7 euros.
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